EVANGELIO DEL JUEVES 2.5.2024 AD:
J 2. "¡Para que vuestra alegría sea plena! " (Jn 15, 9-11):
¡¡¡Buenos días hermanos!!! La Pascua es tiempo de Alegría, porque supone el paso de Dios con su huella imborrable por nuestra historia:
Así comenzó siendo una fiesta en la que se celebraba que el ganado pasaba de los pastos de invierno a los de verano. Luego la más conocida Pascua hebrea cuando el Señor pasó e Israel fue liberado de la esclavitud.
Después fue la Pascua de Navidad cuando Dios glorifica nuestra carne encarnándose, y así nuestra naturaleza va siendo redimida en sus actos más cotidianos, desde el Santo e Inmaculado vientre de Santa María hasta inclinar la cabeza en la Cruz...
Y la que da la certeza a la anterior y la lleva a plenitud: la Pascua de Resurrección cuando Jesucristo, vuelve vencedor de la muerte y vemos que es Verdad que era el Mesías (¡Y mucho más! ¡¡¡Dios Encarnado!!!) y que unidos a Él también podremos vencer a la muerte... ¿No es motivo de alegría infinita?
Pues hoy el Señor sigue hablando a sus Discípulos. Y nos dice qué busca: ¡Que teniendo Su Alegría, nuestra alegría sea plena!
Si buscáis una Alegría plena escuchad el Santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Juan (15, 9-11) al que vamos de la mano del Señor: ¡¡¡Ven Espíritu Santo!!! ¡¡¡Ven Espíritu Creador!!!
Así comenzó siendo una fiesta en la que se celebraba que el ganado pasaba de los pastos de invierno a los de verano. Luego la más conocida Pascua hebrea cuando el Señor pasó e Israel fue liberado de la esclavitud.
Después fue la Pascua de Navidad cuando Dios glorifica nuestra carne encarnándose, y así nuestra naturaleza va siendo redimida en sus actos más cotidianos, desde el Santo e Inmaculado vientre de Santa María hasta inclinar la cabeza en la Cruz...
Y la que da la certeza a la anterior y la lleva a plenitud: la Pascua de Resurrección cuando Jesucristo, vuelve vencedor de la muerte y vemos que es Verdad que era el Mesías (¡Y mucho más! ¡¡¡Dios Encarnado!!!) y que unidos a Él también podremos vencer a la muerte... ¿No es motivo de alegría infinita?
Pues hoy el Señor sigue hablando a sus Discípulos. Y nos dice qué busca: ¡Que teniendo Su Alegría, nuestra alegría sea plena!
Si buscáis una Alegría plena escuchad el Santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Juan (15, 9-11) al que vamos de la mano del Señor: ¡¡¡Ven Espíritu Santo!!! ¡¡¡Ven Espíritu Creador!!!
(1) "EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; (2) permaneced en mi amor. (3) Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; (4) lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. (5) Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud».
(1) "EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; "
Jesús nos Ama del mismo modo que el Padre le Ama a Él...
¿Y cómo Ama el Amor? Pues ya que es el Amor Supremo, tiene que Amar así: del modo más elevado y sublime posible... ¡Con Amor de Dios!
¡Nosotros no podemos Amar así! Pero no sólo por ser muy limitados... ¡Sino porque nos da miedo abrirnos a los dones ilimitados de Dios y porque estamos muy atados al mundo!
Jesús es Hombre verdadero y pleno y sí es capaz de Amar como Dios. Y los grandes santos casi Amaron como Dios, porque vivieron plenamente en el Amor de Dios... (El primero que me viene a la cabeza es Santo Domingo Savio, quizá porque "si no os hacéis como niños no alcanzaréis el Reino de los Cielos").
Primera petición: ¡Qué Dios nos dé el don de poder Amar como Él!
(2) "...permaneced en mi amor. "
Pero no vale un Amor intenso que nos incendie y nos haga arder de Amor por Dios y al día siguiente o tiempo después se desvanezca. ¡No! ¡Eso vale para poco! ¿Qué es lo importante? ¡¡¡PERMANECER!!! ("Permaneced en mí Amor")...
La permanencia o perseverancia es un don que hay que pedir siempre al Señor. (Ya van dos peticiones: poder Amar como Dios Ama y Que Él nos conceda permanecer en Su Amor).
Pero ¿Podemos hacer algo más para permanecer en el Amor de Dios? Pues se me ocurren algunas ideas:
1.- No puedo permanecer en un Amor que no frecuento. (Si me alejo de Dios, de Sus Sacramentos, de Su Palabra, de la oración, de la Comunidad... seré la brasa que fuera del fuego se apaga). ¿Qué novio le dice a su novia: "¡Te quiero tanto que no necesito verte!" ¿Y qué novia se lo cree? (O viceversa)...
2. La relación con Dios como cualquier Amor o Amistad debe mimarse y procurar que la Belleza esté presente en nuestros encuentros: Por ejemplo poner unas velas para rezar mientras miramos al Señor... Rezar de vez en cuando en la naturaleza que Él creó: en un lago, bosque, montaña... Escuchar música que nos ayude a orar... Rezar con los que amamos... (son sólo unas ideas para la oración personal)...
En un viaje a Francia fue una delicia ver en todas las Iglesias velas de verdad. Y uno podía ponerlas: de distintos tamaños, el olor a cera y su luminosidad rutilante y danzarina ayudaba a entrar en la oración. Luego uno vuelve a España y ve las frías bombillas de plástico y le dan ganas de gritar: ¡¡¡VIVA FRANCIA!!! (Y en cuestión de velas nos ganan por goleada).
3. Ver cada momento dedicado al Señor como un regalo y un descanso, y vivirlo sin prisas y disfrutar en Su PAX...
4. ¡Y quizá el principal! Amar la liturgia e ir descubriendo sus "significados" y admirarse porque cada gesto y palabra tienen un sentido pleno... Y desear permanecer en el Amor e Dios y no cambiarlo por nada, ¡pues por cualquier cosa que lo cambiemos será un negocio horrible!
5º. "La liturgia después de la liturgia", concepto que me enseñó un hermano franciscano, y que consiste en llevar al mundo los bienes que obtengo en mi relación con Dios, y servir a Dios en los demás... ¡¡¡Algo importantísimo!!!
(3) "Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; "
Y aquí Jesucristo, nos dice un requisito para poder permanecer en Su Amor: ¡Guardar sus mandamientos! ...
Entonces, ¿El que pecó ya no permanece en el Amor de Dios? ¡No tiene porque! (Si no le damos al pecado la última palabra). Si volvemos a levantarnos y a pelear contra nuestros pecados una y otra vez, "Sin perder la paz, pero sin hacer las paces", estamos luchando por permanecer en el Amor de Dios (¡Y Cristo pelea con nosotros! ¡Y Su Fuerza es la de Dios!)
Y con el tiempo, por Gracia de Dios, hay pecados que desaparecen y otros pierden intensidad. Por eso me gusta recordar un mensaje de Facebook en el que el Señor decía: "No olvides de donde te saqué". La libertad no es lo que vende el mundo, que quiere hacernos volver a Egipto... ¡Sólo hay Libertad en Dios! ¡Bendito sea!).
(4) "lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor."
¡Jesucristo no pide cosas imposibles! Y todo lo que nos pide Él ya lo ha hecho y puede hacerse...
¡Él ya ha guardado los mandamientos de Su Padre! ¿Por qué? Porque le Ama... ¡Es el Amor a Dios el que le hace cumplir los mandamientos y permanecer en Él! ¡Y ser cristiano es tan fácil como eso! Amar a Dios, frecuentar sus Sacramentos y dejar que la porquería vaya saliendo sola poco a poco...
Y, como bien decía, Isidro, un hermano de Comunidad: "No se puede ser santo si antes no se ha tenido una experiencia del amor de Dios en nuestra vida". Sólo si descubrimos el Amor que Dios nos tiene, es cuando podemos intentar cumplir los mandamientos. (¡Caeremos! Pero la experiencia del Amor de Dios que conocimos no nos permitirá estar alejados de Él y desearemos volver cuanto antes! ¡¡Bendito sea!!!)
(5) "Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud».".
Jesucristo, viene a salvarnos pero desde la Alegría... ¡Viene a darnos Su Alegría!
Me hace gracia recordar la carta que un niño italiano que iba a hacer la Comunión escribió al Niño Jesús (carta pedida por el catequista) y decía: "Jesús, ¿el padre Mario es tú amigo o sólo sois compañeros de trabajo"? ... Y una niña croata preguntó a la catequista: "¿Tú crees que Jesús resucitó de verdad?" Respondió que sí, que porque lo decía: "¡Porque no te veo muy feliz!"
Así que pidamos al Señor tener el don de la Alegría. de esa inmensa Alegría interna que sólo puede dar vivir unidos a Dios. Y es que como decía Santa Teresa de Jesús: "Señor, líbranos de los santos con cara triste, porque un santo triste es un triste santo."
+ Oremos por todos los tristes, deprimidos, o esclavos de su mal humor y los que las sufren; porque acepten la Alegría de Jesucristo resucitado y que ésta pueda llegar a todos nosotros con toda su plenitud...
+ Y por los Cursillos de Cristiandad y todos los carismas, parroquias y movimientos de la Iglesia... ¡Porque la Gracia de Dios se siga derramando en ellos y a través de ellos! ¡Por todos los consagrados y todos los fieles laicos!
(1) "EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; "
Jesús nos Ama del mismo modo que el Padre le Ama a Él...
¿Y cómo Ama el Amor? Pues ya que es el Amor Supremo, tiene que Amar así: del modo más elevado y sublime posible... ¡Con Amor de Dios!
¡Nosotros no podemos Amar así! Pero no sólo por ser muy limitados... ¡Sino porque nos da miedo abrirnos a los dones ilimitados de Dios y porque estamos muy atados al mundo!
Jesús es Hombre verdadero y pleno y sí es capaz de Amar como Dios. Y los grandes santos casi Amaron como Dios, porque vivieron plenamente en el Amor de Dios... (El primero que me viene a la cabeza es Santo Domingo Savio, quizá porque "si no os hacéis como niños no alcanzaréis el Reino de los Cielos").
Primera petición: ¡Qué Dios nos dé el don de poder Amar como Él!
(2) "...permaneced en mi amor. "
Pero no vale un Amor intenso que nos incendie y nos haga arder de Amor por Dios y al día siguiente o tiempo después se desvanezca. ¡No! ¡Eso vale para poco! ¿Qué es lo importante? ¡¡¡PERMANECER!!! ("Permaneced en mí Amor")...
La permanencia o perseverancia es un don que hay que pedir siempre al Señor. (Ya van dos peticiones: poder Amar como Dios Ama y Que Él nos conceda permanecer en Su Amor).
Pero ¿Podemos hacer algo más para permanecer en el Amor de Dios? Pues se me ocurren algunas ideas:
1.- No puedo permanecer en un Amor que no frecuento. (Si me alejo de Dios, de Sus Sacramentos, de Su Palabra, de la oración, de la Comunidad... seré la brasa que fuera del fuego se apaga). ¿Qué novio le dice a su novia: "¡Te quiero tanto que no necesito verte!" ¿Y qué novia se lo cree? (O viceversa)...
2. La relación con Dios como cualquier Amor o Amistad debe mimarse y procurar que la Belleza esté presente en nuestros encuentros: Por ejemplo poner unas velas para rezar mientras miramos al Señor... Rezar de vez en cuando en la naturaleza que Él creó: en un lago, bosque, montaña... Escuchar música que nos ayude a orar... Rezar con los que amamos... (son sólo unas ideas para la oración personal)...
En un viaje a Francia fue una delicia ver en todas las Iglesias velas de verdad. Y uno podía ponerlas: de distintos tamaños, el olor a cera y su luminosidad rutilante y danzarina ayudaba a entrar en la oración. Luego uno vuelve a España y ve las frías bombillas de plástico y le dan ganas de gritar: ¡¡¡VIVA FRANCIA!!! (Y en cuestión de velas nos ganan por goleada).
3. Ver cada momento dedicado al Señor como un regalo y un descanso, y vivirlo sin prisas y disfrutar en Su PAX...
4. ¡Y quizá el principal! Amar la liturgia e ir descubriendo sus "significados" y admirarse porque cada gesto y palabra tienen un sentido pleno... Y desear permanecer en el Amor e Dios y no cambiarlo por nada, ¡pues por cualquier cosa que lo cambiemos será un negocio horrible!
5º. "La liturgia después de la liturgia", concepto que me enseñó un hermano franciscano, y que consiste en llevar al mundo los bienes que obtengo en mi relación con Dios, y servir a Dios en los demás... ¡¡¡Algo importantísimo!!!
(3) "Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; "
Y aquí Jesucristo, nos dice un requisito para poder permanecer en Su Amor: ¡Guardar sus mandamientos! ...
Entonces, ¿El que pecó ya no permanece en el Amor de Dios? ¡No tiene porque! (Si no le damos al pecado la última palabra). Si volvemos a levantarnos y a pelear contra nuestros pecados una y otra vez, "Sin perder la paz, pero sin hacer las paces", estamos luchando por permanecer en el Amor de Dios (¡Y Cristo pelea con nosotros! ¡Y Su Fuerza es la de Dios!)
Y con el tiempo, por Gracia de Dios, hay pecados que desaparecen y otros pierden intensidad. Por eso me gusta recordar un mensaje de Facebook en el que el Señor decía: "No olvides de donde te saqué". La libertad no es lo que vende el mundo, que quiere hacernos volver a Egipto... ¡Sólo hay Libertad en Dios! ¡Bendito sea!).
(4) "lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor."
¡Jesucristo no pide cosas imposibles! Y todo lo que nos pide Él ya lo ha hecho y puede hacerse...
¡Él ya ha guardado los mandamientos de Su Padre! ¿Por qué? Porque le Ama... ¡Es el Amor a Dios el que le hace cumplir los mandamientos y permanecer en Él! ¡Y ser cristiano es tan fácil como eso! Amar a Dios, frecuentar sus Sacramentos y dejar que la porquería vaya saliendo sola poco a poco...
Y, como bien decía, Isidro, un hermano de Comunidad: "No se puede ser santo si antes no se ha tenido una experiencia del amor de Dios en nuestra vida". Sólo si descubrimos el Amor que Dios nos tiene, es cuando podemos intentar cumplir los mandamientos. (¡Caeremos! Pero la experiencia del Amor de Dios que conocimos no nos permitirá estar alejados de Él y desearemos volver cuanto antes! ¡¡Bendito sea!!!)
(5) "Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud».".
Jesucristo, viene a salvarnos pero desde la Alegría... ¡Viene a darnos Su Alegría!
Me hace gracia recordar la carta que un niño italiano que iba a hacer la Comunión escribió al Niño Jesús (carta pedida por el catequista) y decía: "Jesús, ¿el padre Mario es tú amigo o sólo sois compañeros de trabajo"? ... Y una niña croata preguntó a la catequista: "¿Tú crees que Jesús resucitó de verdad?" Respondió que sí, que porque lo decía: "¡Porque no te veo muy feliz!"
Así que pidamos al Señor tener el don de la Alegría. de esa inmensa Alegría interna que sólo puede dar vivir unidos a Dios. Y es que como decía Santa Teresa de Jesús: "Señor, líbranos de los santos con cara triste, porque un santo triste es un triste santo."
+ Oremos por todos los tristes, deprimidos, o esclavos de su mal humor y los que las sufren; porque acepten la Alegría de Jesucristo resucitado y que ésta pueda llegar a todos nosotros con toda su plenitud...
+ Y por los Cursillos de Cristiandad y todos los carismas, parroquias y movimientos de la Iglesia... ¡Porque la Gracia de Dios se siga derramando en ellos y a través de ellos! ¡Por todos los consagrados y todos los fieles laicos!