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lunes, 16 de febrero de 2015

XVI. Yo, fariseo... (Mc 8, 11-13).

¡¡¡Buenos días hermanos!!! Hoy volvemos al Evangelio de San Marcos (Mc 8, 11-13).
 
"En aquel tiempo, (1)se presentaron los fariseos y se pusieron a (2) discutir con Jesús; para (2)ponerlo a prueba, (3)le pidieron un signo del cielo. Jesús dio un profundo suspiro y dijo: ¿Por qué esta generación reclama un signo? (4) Os aseguro que no se le dará un signo a esta generación. Los dejó, se embarcó de nuevo y se fue a la otra orilla."
 
(1) Los fariseos son los que acuden a Jesús. (Por supuesto no es Jesucristo quién va a buscarles a ellos para que le evalúen; porque Él sabe que su principal virtud es la rigidez y el cumpli-miento externos y el vacío interno). ¿Y qué les mueve a acercarse al Señor? ...
 
(2)... ¡Pues sólo buscan discutir con Él y ponerle a prueba! No están abiertos a dialogar, ni a aprender, ni a intercambiar ideas; ... sólo querían  enfrentarse a Jesucristo y vencerle. Porque ellos se han erigido en jueces, ... (Y en verdad, una gran parte del pueblo hebreo confiaba en ellos y seguía su doctrina)...
 
... Pero querer juzgar a Dios es una insensatez... (por supuesto ellos no creían que Jesús era el Mesías). Jamás quisieron oír aquellas palabras de Jesucristo: "no juzguéis y no seréis juzgados"... y se dedicaron a juzgar a los demás, (a Dios hecho hombre incluido).
 
(3) Pero aún van más allá y le piden que haga un milagro para ellos que les muestre que Él es el Ungido... (lo mismo que le pidió a Jesús el tentador en el desierto)
 
(4)... ¡Y Jesucristo se niega a hacer un signo para que ellos crean! Seguramente, tampoco hubieran creído si lo hubiera hecho... habrían pensado que era un truco o que Su poder venía del demonio...
 
... Pero el Maestro no pierde más el tiempo con ellos y sigue Su camino y les deja en su soberbia y su suficiencia, sabiendo que algún día Él juzgará a los que hoy le rechazan (¡una pena tener a Dios tan cerca y no ser capaz de abrirle el corazón!).
 
Reflexión: En el Evangelio de hoy Jesús discierne y hace el acto de libertad de no dedicar Su tiempo a quienes sólo buscan discutir, juzgar y examinar a los demás... (Y parece un sabio ejemplo, pues sin duda hay gente que nos necesita más o igual que ellos y sí están abiertos al menos a dialogar, a Amar y a escuchar...)
 
Mi oración hoy por todos los fariseos de hoy (la mayoría ya no están en el Templo). Esos que miran por encima a los demás y los ven tontos, inferiores o miserables; y que no son capaces de ver su propia realidad en un espejo... (¡Pues ellos son más tontos, inferiores o miserables que aquellos que condenan o se burlan!) ... También por los fariseos que juzgan a Dios o le piden un milagro para poder creer y cambiar de vida... ¡o si no le chantajean con que no cambiarán jamás! ... Y también por mí; porque he sentido que también yo juzgo y condeno a estos fariseos,  e incluso a veces también espero de Dios un milagro sólo para mí, ¡cómo si no me bastara sólo con Su Gracia! ¡Qué Jesucristo resucitado que transformó al fariseo Saulo de Tarso en San Pablo Apóstol, nos transforme y nos santifique también a todos los fariseos! Amén.
 
¡Feliz día hermanos! ¡Besos y abrazos DE COLORES! ......
 
 Pd: Y no olvidéis nunca que cualquier semilla puede ser el origen de un bosque, (si Dios lo quiere).

 

2 comentarios:

  1. PRIMERA LECTURA

    De la primera carta a los Corintios 7, 1-24

    CUESTIONES SOBRE EL MATRIMONIO

    Hermanos: Viniendo a tratar de las consultas que me hicisteis, os digo: Es cosa buena que el hombre se abstenga de la mujer. Mas, por los peligros de la fornicación, cada uno tenga su mujer, y cada una tenga su marido.El marido vaya pagando su deuda a la mujer, e igualmente la mujer a su marido. La mujer no es dueña de su propio cuerpo; sino el marido. Y del mismo modo: el marido no es dueño de su propio cuerpo; sino la mujer. No os defraudéis uno al otro vuestro derecho, a no ser de común acuerdo, y por algún tiempo, y para daros a la oración. Y, de nuevo, volved al mismo orden de vida, para que no os tiente Satanás por vuestra incontinencia. Esto lo digo como una concesión, no como un mandato.Bien quisiera que todos los hombres fuesen como yo; pero cada uno tiene su propia gracia de estado, recibida de Dios: unos para vivir de esta manera; otros, de la otra.Sin embargo, a los no casados y a las viudas les digo que es cosa excelente para ellos quedarse en el mismo estado que yo. Ahora que, si no pueden guardar continencia, que se casen. Mejor es casarse que arder en concupiscencia.Respecto de los casados, hay un precepto, no mío, sino del Señor: Que la mujer no se separe del marido. Y, caso de separarse, que no vuelva a casarse o que haga las paces con su marido. Y también: Que el marido no despida a la mujer.En cuanto a los demás, digo yo, no el Señor: Si un hermano tiene mujer pagana, y ésta consiente en cohabitar con él, no la despida. Y, del mismo modo: Si una hermana tiene marido pagano, y éste consiente en cohabitar con ella, no despida al marido. El marido pagano queda santificado por la mujer creyente; y la mujer pagana queda santificada por el marido que tiene fe. Porque, de otra manera, tendríamos que vuestros hijos serían impuros; pero, de hecho, son santos.Sin embargo, si la parte pagana se retira, que se retire. En tales casos, ni el hermano ni la hermana están sometidos a la esclavitud. El Señor nos ha convocado para la paz. Porque, tú, mujer, no sabes si podrás salvar al marido. Y tú, marido, no sabes si podrás salvar a la mujer.Fuera de esto, cada uno ande conforme el Señor le asignó en herencia, cada uno conforme Dios lo ha convocado. Y así lo voy ordenando en todas las Iglesias. ¿Ha sido uno convocado del judaísmo? No disimule su condición de judío. ¿Lo ha sido otro del paganismo? No se circuncide. No importa nada el ser o no ser circuncidado, sino la guarda de los mandamientos de Dios. Cada uno continúe en la condición en que fue convocado por Dios.¿Fuiste convocado siendo esclavo? No te preocupes. Pero, si puedes ser liberto, aprovéchate más bien de ello. El que, siendo esclavo, ha sido convocado en el Señor es un liberto del Señor. Y, de la misma manera, el que, siendo libre, ha sido convocado es un esclavo de Cristov Habéis sido comprados a precio. No os hagáis esclavos de los hombres. Hermanos, que cada uno continúe sirviendo a Dios en la condición en que fue convocado.

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  2. SEGUNDA LECTURA

     De los sermones de san Bernardo, abad(Sermón 15 sobre diversas materias: PL 183, 577-579)

    HAY QUE BUSCAR LA SABIDURÍA

    Trabajemos para tener el manjar que no se consume: trabajemos en la obra de nuestra salvación. Trabajemos en la viña del Señor, para hacernos merecedores del denario cotidiano. Trabajemos para obtener la sabiduría, ya que ella afirma: Los que trabajan para alcanzarme no pecarán. El campo es el mundo -nos dice aquel que es la Verdad-; cavemos en este campo; en él se halla escondido un tesoro que debemos desenterrar. Tal es la sabiduría, que ha de ser extraída de lo oculto. Todos la buscamos, todos la deseamos.Si queréis preguntar -dice la Escritura-, preguntad, convertíos, venid. ¿Te preguntas de dónde te has de convertir? Refrena tus deseos, hallamos también escrito. Pero, si en mis deseos no encuentro la sabiduría -dices-, ¿dónde la hallaré? Pues mi alma la desea con vehemencia, y no me contento con hallarla, si es que llego a hallarla, sino que echo en mi regazo una medida generosa, colmada, remecida, rebosante. Y esto con razón. Porque, dichoso el que encuentra sabiduría, el que alcanza inteligencia. Búscala, pues, mientras puede ser encontrada; invócala, mientras está cerca.¿Quieres saber cuán cerca está? La palabra está cerca de ti: la tienes en los labios y en el corazón; sólo a condición de que la busques con un corazón sincero. Así es como encontrarás la sabiduría en tu corazón, y tu boca estará llena de inteligencia, pero vigila que esta abundancia de tu boca no se derrame a manera de vómito.Si has hallado la sabiduría, has hallado la miel; procura no comerla con exceso, no sea que, harto de ella, la vomites. Come de manera que siempre quedes con hambre. Porque dice la misma sabiduría: El que me come tendrá más hambre. No tengas en mucho lo que has alcanzado; no te consideres harto, no sea que vomites y pierdas así lo que pensabas poseer, por haber dejado de buscar antes de tiempo. Pues no hay que desistir en esta búsqueda y llamada de la sabiduría, mientras pueda ser hallada, mientras esté cerca. De lo contrario, como la miel daña -según dice el Sabio- a los que comen de ella en demasía, así el que se mete a escudriñar la majestad será oprimido por su gloria.Del mismo modo que es dichoso el que encuentra sabiduría, así también es dichoso, o mejor, más dichoso aún, el hombre que piensa en la sabiduría; esto seguramente se refiere a la abundancia de que hemos hablado antes.En estas tres cosas se conocerá que tu boca está llena en abundancia de sabiduría o de prudencia: si confiesas de palabra tu propia iniquidad, si de tu boca sale la acción de gracias y la alabanza y si de ella salen también palabras de edificación. En efecto, por la fe del corazón llegamos a la justificación, y por la profesión de los labios, a la salvación. Y además, lo primero que hace el justo al hablar es acusarse a sí mismo: y así, lo que debe hacer en segundo lugar es ensalzar a Dios, y en tercer lugar (si a tanto llega la abundancia de su sabiduría) edificar al prójimo.

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