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jueves, 12 de febrero de 2015

XII. Exorcismo a distancia intercultural. (Mc 7, 24-30):

¡¡¡Buenos días hermanos!!! Hoy el Evangelio de San Marcos daría miedo (por la combinación niña y demonio) si no estuviera en él Jesucristo. Hoy Mc 7, 24-30:
 
"En aquel tiempo, Jesús fue a la región de Tiro. Se alojó en una casa (1) procurando pasar desapercibido, pero no lo consiguió; (2)una mujer que tenía una hija poseída por un espíritu impuro se enteró enseguida, fue a buscarlo y se le echó a los pies. La mujer era pagana, una fenicia de Siria, y (3) le rogaba que echase el demonio de su hija. El le dijo: Deja que coman primero los hijos. No está bien echarles a los perros el pan de los hijos. Pero ella replicó: (3)Tienes razón, Señor; pero también los perros, debajo de la mesa, comen las migajas que tiran los niños. El le contestó: (4) Anda, vete, que por eso que has dicho, el demonio ha salido de tu hija. Al llegar a su casa, se encontró a la niña echada en la cama ; el demonio se había marchado."
 
(1) Jesucristo, también necesitaba tranquilidad para poder orar, descansar y enseñar a los Apóstoles. Y se refugia en una casa en la que no pasará desaparecido del todo...
 
(2)... El Amor por su hija de la mujer consiguió encontrar a Dios, ¡al único que podía salvar a su hija de ese espíritu inmundo o demonio!
 
(3) La mujer ruega con humildad absoluta y se postra ante Jesucristo. Y cuando su Fe es puesta a prueba ella permanece fiel. En el fondo no duda (a pesar de sus duras palabras) que Jesús puede hacerlo y lo hará...
 
(4) Y consigue la salud de su hija y el demonio se marchó y fue expulsado por Jesucristo. (Y un demonio ante Dios sólo puede hacer una cosa: ¡obedecer!) ...
 
... En este párrafo del Evangelio equipara demonios y espíritus inmundos; en otros no. La diferencia es que un demonio es un ángel (un ser plenamente espiritual) que rechazó a Dios y ya está condenado a vivir la vida que eligió, ¡una vida sin Dios! ; y dentro de los espíritus inmundos están los demonios, pero también las almas de los condenados que rechazaron a Dios en esta vida terrena, y que hasta la segunda venida del Señor (la Parusía) vivirán sólo en espíritu. (Algunos exorcistas dicen que ellos también pueden poseer). Esto es interesante saberlo para advertir de un peligro ya muy en desuso: ¡El espiritismo! Por el que puede producirse la posesión (como por santería, güija, reiki, ritos satánicos, brujería, magia,...),... ¡Imaginaros que pasaría si se invoca el alma de un condenado! ¡Una desgracia!
 
De este Evangelio destaco la humildad como medio ideal para llegar a Dios. Y que el Amor de Dios nunca nos abandona, aunque lleguen pruebas y fatigas que no comprendamos ya dice San Pablo que: "Para los que aman a Dios, todo les sirve para el bien"...
 
... Y la salvación de Dios ya se hace para todos en Jesucristo, que cura también, ya en vida, a los gentiles (palabra despectiva que equivale a la de "bárbaros" para Grecia o Roma) y así lo muestra la curación de una niña sirio fénicia, que es curada a pesar de no ser judía.
 
Hoy quiero rezar con la última línea del Padre Nuestro: "y libranos del mal". (Para algunos teólogos como el Padre José Antonio Sayés, estaría mal traducido del griego y debería decir: "libranos del maligno"). Así que mi oración se eleva hoy para decir al Padre: "libranos del mal y del maligno". Amén. ¡ Feliz día hermanos! ¡ Besos y abrazos DE COLORES!
 
  Pd: Y no olvidéis nunca que cualquier semilla puede ser el origen de un bosque, (si Dios lo quiere).


2 comentarios:

  1. PRIMERA LECTURA

    De la primera carta a los Corintios 4, 1-21

    EXHORTACIÓN CONTRA EL ORGULLO

    Hermanos: Que la gente sólo vea en nosotros servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios. Ahora, en un administrador lo que se busca es que sea fiel. Por lo que a mí se refiere, me importa muy poco ser juzgado por vosotros o por cualquier tribunal humano. Ni siquiera yo mismo juzgo mi actuación. Cierto que mi conciencia nada me reprocha, mas no por eso me creo justificado. Mi juez será el Señor.

    No juzguéis antes de tiempo; dejad que venga el Señor. Él sacará a la luz lo que está oculto en las tinieblas y pondrá al descubierto las intenciones del corazón. Entonces vendrá a cada uno su alabanza de parte de Dios.

    Estas verdades, hermanos, las he expuesto por vuestro provecho, aplicándolas a mi persona y a Apolo. Así, por esta aplicación, aprenderéis aquello de: «No más de lo que está escrito», a fin de que nadie se enorgullezca de un apóstol y desprecie a otro. Porque, ¿quién es el que te distingue? ¿Qué tienes que no hayas recibido? Y, si lo recibiste, ¿por qué te glorías como si no lo hubieras recibido?

    ¡Ya estáis satisfechos! ¡Os habéis hecho ya ricos! ¡Habéis ganado un reino sin ayuda nuestra! ¡Ya lo podíais haber ganado! ¡Así tendríamos nosotros parte en vuestro reino!
    Por lo que veo, Dios nos ha asignado a los apóstoles el último lugar, como a condenados a muerte; porque hemos venido a ser el espectáculo del mundo, de los ángeles y de los hombres. Nosotros somos insensatos por Cristo, vosotros sensatos en Cristo; nosotros débiles, vosotros fuertes; vosotros estimados, nosotros despreciados.

    Todavía ahora pasamos hambre, sed y desnudez. Somos maltratados y arrojados de una parte a otra, y nos fatigamos trabajando con nuestras manos. Cuando nos maldicen, bendecimos; cuando nos persiguen, soportamos; cuando nos injurian, respondemos con dulzura. Hemos venido a ser hasta ahora como basura del mundo, como el desecho de la humanidad.

    No os escribo esto para confundiros, sino para amonestaros como a hijos míos carísimos. Aunque tengáis, en efecto, diez mil maestros que os lleven a Cristo, de hecho sólo tenéis un padre. Yo os engendré para Cristo por la predicación del Evangelio. Os exhorto, pues, a que seáis mis imitadores, como yo imito a Cristo. Con este fin, os envío a Timoteo, que es mi muy amado y fiel hijo en el Señor. Él se encargará de recordaros mis normas de conducta en Cristo, según las voy dando por doquier en todas las Iglesias.

    Algunos se han hinchado de orgullo, pensando que ya no voy a ir a veros. Pero iré pronto, si el Señor lo quiere. Y entonces conoceré no las palabras de esos presumidos, sino su poder y eficacia. Que el reino de Dios no se prepara con palabras, sino con el poder de Dios. ¿Qué preferís? ¿Que me presente vara en mano o con amor y espíritu de mansedumbre?

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  2. SEGUNDA LECTURA

    De las Catequesis de san Cirilo de Jerusalén, obispo
    (Catequesis 18, 26-29: PG 33, 1047-1050)

    LA IGLESIA ES LA ESPOSA DE CRISTO

    «Católica»: éste es el nombre propio de esta Iglesia santa y madre de todos nosotros; ella es en verdad esposa de nuestro Señor Jesucristo, Hijo unigénito de Dios (porque está escrito: Como Cristo amó a su Iglesia y se entregó por ella, y lo que sigue), y es figura y anticipo de la Jerusalén de arriba, que es libre y es nuestra madre, la cual, antes estéril, es ahora madre de una prole numerosa.

    En efecto, habiendo sido repudiada la primera, en la segunda Iglesia, esto es, la católica, Dios -como dice Pablo- estableció primero apóstoles, luego profetas, luego doctores, luego el poder de los milagros, las virtudes; después, las gracias de curación, de asistencia, de gobierno, los géneros de lengua, y toda clase de virtudes: la sabiduría y la inteligencia, la templanza y la justicia, la misericordia y el amor a los hombres, y una paciencia insuperable en las persecuciones.

    Ella fue la que antes, en tiempo de persecución y de angustia, con armas ofensivas y defensivas, con honra y deshonra, redimió a los santos mártires con coronas de paciencia entretejidas de diversas y variadas flores; pero ahora, en este tiempo de paz, recibe, por gracia de Dios, los honores debidos, de parte de los reyes, de los hombres constituidos en dignidad y de toda clase de hombres. Y la potestad de los reyes sobre sus súbditos está limitada por unas fronteras territoriales; la santa Iglesia católica, en cambio, es la única que goza de una potestad ilimitada en toda la tierra. Tal como está escrito, Dios ha puesto paz en sus fronteras.

    En esta santa Iglesia católica, instruidos con esclarecidos preceptos y enseñanzas, alcanzaremos el reino de los cielos y heredaremos la vida eterna, por la cual todo lo toleramos, para que podamos alcanzarla del Señor. Porque la meta que se nos ha señalado no consiste en algo de poca monta, sino que nos esforzamos por la posesión de la vida eterna. Por esto, en la profesión de fe, se nos enseña que, después de aquel artículo: La resurrección de los muertos, de la que ya hemos disertado, creamos en la vida del mundo futuro, por la cual luchamos los cristianos. Por tanto, la vida verdadera y auténtica es el Padre, la fuente de la que, por mediación del Hijo, en el Espíritu Santo, manan sus dones para todos, y, por su benignidad, también a nosotros los hombres se nos han prometido verídicamente los bienes de la vida eterna.

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