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miércoles, 11 de febrero de 2015

XI. ¡Ya sabía yo que el jamón no podía ser impuro! (Mc 7, 14-23):

¡¡¡Buenos días hermanos!!! Hoy sigue el Evangelio según San Marcos, (Mc 7, 14-23):
 
"En aquel tiempo, llamó Jesús de nuevo a la gente y les dijo:–Escuchad y entended todos: (1) Nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; (2)lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre. El que tenga oídos para oir que oiga. Cuando dejó a la gente y entró en casa, le pidieron sus discípulos que les explicara la comparación. El les dijo:–¿Tan torpes sois también vosotros? ¿No comprendéis? (1)Nada que entre de fuera puede hacer impuro al hombre, (3) porque no entra en el corazón (1)sino en el vientre y se echa en la letrina. (Con esto declaraba puros todos los alimentos). Y siguió:(2)–Lo que sale de dentro, eso sí mancha al hombre. (3)Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los malos propósitos, (4)las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, injusticias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro." (5)
 
(1) El Señor declara a la gente que todos los alimentos son puros, y todos terminan  digiriéndose y  expulsándose. Un ciclo  demasiado breve para tener reflejos en la vida eterna... 
 
 ...Animales impuros, costumbres que si no se cumplen traen impureza (lavarse las manos...),... Parece que todo es impuro menos el hombre, que es el único que de verdad puede pecar. (Porque los animales actúan por instinto y están condicionados totalmente por él. Hay una frase muy clarificadora al respecto: "si un hombre y un perro suben a un acantilado, sabemos seguro que el perro nunca se va a tirar". Y si no pueden elegir, ¿Cómo van a pecar?)....
 
... ¡El ser humano siempre puede elegir! Es verdad que cada decisión que libremente tomamos nos va condicionando poco a poco. Ya decía Santo Tomás de Aquino, que: "La repetición de actos buenos genera virtud; mientras que de la reiteración en el pecado nacen los vicios"... ¡Pero siempre Dios es más grande que nuestro pecado y si se los damos venceremos! Y da igual las veces que caigamos, que la perseverancia y la Gracia y la Misericordia de Dios nos llevarán a la victoria. Sebastián Gayá, ya sentenciaba: "somos soldados derrotados de un ejército vencedor ", pero con segur perteneciendo a este ejército ¡¡ya hemos vencido!! ¡¡Jesucristo ya ha vencido!!!...
 
(2) Y el Señor deja muy claro que la impureza no viene de fuera, si no de dentro...
 
(3) ... concretamente del corazón; que es de donde salen los malos propósitos y vemos la enumeración que hace Jesucristo, que nos señala que en 21 siglos nos seguimos pudriendo de la misma forma: fornicación, adulterios, robos, homicidios, codicia, injusticia, fraude, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad...
 
(4) Vamos a verlos por grupos:
 
a) Los que sirven a la idolatría del dinero: (son 4) robo, codicia, injusticia, fraude...
b) Los que sirven al ídolo del placer: (son 3) adulterio, fornicación, desenfreno.
c) Los que atentan contra los demás hermanos: (son 3) homicidio, envidia, difamación.
d) Los que sirven al ídolo del ego, la egolatría (son 2): orgullo y frivolidad (esta última toca muchos más aspectos).
 
Por supuesto son sólo unos ejemplos y no están todos y muchso están interelacionados; pero todos parten de la soberbia. El soberbio piensa: yo tengo derecho a acumular bienes, a utilizar a otras personas, a atacarlas porque me molestan,...
 
... Y esa misma soberbia le impide acercarse a Dios y pedirle perdón. Es un círculo vicioso que sólo la Gracia de Dios puede romper...
 
(5) Los 3 consejos evangélicos son castidad, pobreza y obediencia. (Y la verdad es que con este slogan electoral, en principio, no sacamos ni un escaño). Pero viéndolos quizá los entendamos más:
 
a) ¿Por qué la castidad? En el noviazgo porque es un tiempo para discernir y no para entregarse. Y el matrimonio será el tiempo de entrega. Así que si no se discierne en el noviazgo (porque fue tiempo de entrega), se pasará todo el matrimonio discerniendo si fue la persona adecuada para casarse... (Las libertades a veces no lo son tanto y conllevan un alto precio a pagar)...
 
... Yo entendí la castidad viendo los monjes benedictinos. Cuando llega un "novicio" que por ejemplo es un buen carpintero, nunca le ponen a trabajar con la madera, porque ya sabe que la madera le gusta y lo que tiene que discernir es si su vocación es ser monje... Pues lo mismo pasa en el noviazgo, ya se sabe que la madera nos va a gustar, ahora se trata sólo de ver si la vocación es esa persona en concreto.
 
b) Vivir la pobreza nos libra de hacer un ídolo del dinero (lo tengamos o no). Y nos hace saber que no tenemos derecho a todo con tal de conseguirlo. (Por cierto, en la lista hay más pecados de avaricia, que de lujuria)...
 
... Dios quiere que vivamos la pobreza evangélica; pero no quiere la miseria. Y desde el Evangelio su voz clama: "Dadles vosotros de comer"...
 
c) La obediencia nos libra del orgullo, la vanidad, y nos lleva hacia la humildad. Obedecer la voluntad de Dios sobre mis ocurrencias, sus planes sobre los míos... La obediencia me indica que Dios es mi Señor y no un ídolo de barro que en nada me compromete...
 
Mi oración hoy porque el Señor limpie a fondo nuestros corazones (el mío el primero) y lo ponga en sintonía con Su Santa Voluntad; pues acompasar mis latidos a los suyos será la forma más fácil y alegre de caminar... ¡Qué Su generosidad lo haga posible y nos libere de nuestras idolatrías! ¡Feliz día hermanos! ¡ Besos y abrazos DE COLORES!

 Pd: Y no olvidéis nunca que cualquier semilla puede ser el origen de un bosque, (si Dios lo quiere).

 

1 comentario:

  1. PRIMERA LECTURA

    De la primera carta a los Corintios 3, 1-23

    MISIÓN DE LOS MINISTROS DE LA IGLESIA

    POR lo que a mí respecta, hermanos, no pude hablaros como a hombres penetrados del espíritu, sino como a influenciados por la carne, como a niños en Cristo.Os di a beber leche; no os ofrecí manjar sólido, porque aún no lo admitíais. Y ni siquiera ahora lo admitís, porque todavía sois endebles en la fe. Desde el momento que dais lugar entre vosotros a envidias y contiendas, ¿no es verdad que os dejáis llevar por la carne, que os movéis por principios puramente humanos?Siempre que uno dice: «Yo soy de Pablo», y otro: «Yo soy de Apolo», ¿no es verdad que procedéis por miras puramente humanas? Porque, vamos a ver: ¿Quién es Apolo?, y ¿quién es Pablo? Servidores, cada uno según la gracia que le dio el Señor; y por medio de los cuales llegasteis a abrazar la fe. Yo planté; Apolo regó; pero Dios hacía crecer.Por lo tanto, ni el que planta ni el que riega son algo, sino Dios que da el crecimiento. El que planta y el que riega desempeñan un mismo oficio, bien que cada cual recibirá su remuneración, conforme a su trabajo, pues somos cooperadores de Dios. Vosotros sois campo de Dios, edificación de Dios.Conforme a la gracia que Dios me dio, yo, como buen arquitecto, puse los cimientos; otro va edificando encima. Cada uno mire cómo edifica; pues, en cuanto al cimiento, nadie puede poner otro sino el que ya está puesto: Jesucristo. Y, según edifique uno sobre este cimiento con oro, plata, piedras preciosas, madera, heno o paja, se pondrá en evidencia su obra: el día del juicio la dará a conocer, porque se manifiesta en fuego; y el fuego hará ver de qué cualidad es la obra de cada cual.Aquel constructor cuya obra resista recibirá su remuneración. Pero aquel cuya obra sea reducida a cenizas se verá defraudado. Él, sin embargo, se salvará, pero a duras penas, como quien pasa por el fuego. ¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita envosotros? Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él; porque el templo de Dios es santo: ese templo sois vosotros.Nadie se engañe. El que crea ser sabio entre vosotros, según los principios de este mundo, hágase necio, para llegar a ser sabio; pues la sabiduría de este mundo es necedad ante Dios. Dice a este propósito la Escritura: «Yo cazaré a los sabios en su astucia.» Y también: «Sabeel Señor que son vanas las razones de los sabios.»Así que nadie ponga su gloria en los hombres. Que todo os pertenece: Ya sea Pablo, Apolo, Cefas, el mundo, la vida, la muerte, lo presente, lo futuro: todo es vuestro, y vosotros de Cristo, y Cristo de Dios.

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