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miércoles, 21 de enero de 2015

21. Cura, cura, ¡qué ya te pillaremos! (Mc 3,1-6):

¡¡Buenos días hermanos!!! Hoy prosigue la Lectura del Santo Evangelio según San Marcos (Mc 3,1-6):
 
"En aquel tiempo, entró (2)Jesús otra vez (1) en la sinagoga, y había allí un hombre con parálisis en un brazo. (3) Estaban al acecho, para ver si curaba en sábado y acusarlo. (5)Jesús le dijo al que tenía la parálisis: «Levántate y ponte ahí en medio.»Y a ellos les preguntó: «¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer lo bueno o lo malo?, ¿salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir?» Se quedaron callados. Echando en torno una mirada de ira, y dolido de su obstinación, le dijo al hombre: «Extiende el brazo.» Lo extendió y quedó restablecido. (4) En cuanto salieron de la sinagoga, los fariseos se pusieron a planear con los herodianos el modo de acabar con él."
 
(1) La historia la vemos, como es lógico, desde la visión del protagonista: Jesús. Pero ¿y el hombre con parálisis? También está en la sinagoga, a pesar de su enfermedad. Sigue siendo fiel a Dios y poniendo en Él sus esperanzas a pesar de su discapacidad. No hace como mucha gente, que nunca se acuerda de Dios salvo para echarle la culpa de sus problemas. ¡No! Su Fe y Esperanza es mayor que la tentación de abandonar y está en la sinagoga y eso hace posible el encuentro con Jesucristo. ...
 
... Seguro que en algún momento de su vida, cuando arreciaba la tentación dijo como San Pedro: "Señor, ¿a donde iremos? Sólo Tú tienes palabras de vida eterna."
 
(2) Jesús, volvió a la sinagoga "otra vez" (que puede significar que ya había estado no hace mucho, o enfatiza que sigue yendo a pesar de que era peligroso ir). Yo tomo la primera opción y pienso que volvió porque sabía que allí estaba un hombre fiel y quiso premiarle su amor con un poco de Su Amor y de Su Salud...
 
(3) Habían convertido un lugar de oración en un puesto de espionaje y en un estrado de juez. Ellos fueron dejando apagarse la llama del amor a Dios, y la cambiaron poco a poco por una idolatría a la Ley. Pero los mandamientos son sólo un libro de instrucciones en el que Dios nos muestra como podemos ser felices y llegar hasta Él ya en este mundo. Y si ponemos la Ley por encima del Amor, estamos poniendo un muro delante de Dios. Los mandamientos nos sirven para ver en que fallamos y darle a Dios nuestros pecados para comenzar a disfrutar de Su PAX, y ¡Dios es muchísimo más grande que la Ley! (Aunque incumplir gravemente la Ley es alejarse para siempre de Dios. Y esto no lo hace sólo quien roba y mata, ¡que los mandamientos son 10 y van más allá de cada precepto! Y por eso la Confesión no es una opción, ¡es la única opción! ).
 
(4) ¡Es increíble! ¡Querían matar a Jesús porque había curado a un hombre! Acaban de ver un milagro ante sus ojos y eso sólo les lleva a querer matar... Y aunque no lo sabían, ¡¡querían matar a Dios!! ...
 
... Una primera reflexión es como el tentador y la soberbia nos hace ver lo blanco negro. Y el diablo siempre intenta llevarnos al mal bajo apariencia de bien. (Seguro que ellos pensaban que tenían que matar a un blasfemo que curaba con el poder de los demonios y así salvaban al mundo). ¿Cómo podemos evitarlo? Con oración y Sacramentos, porque cuanto más dentro estemos de Dios, más fácil será descubrir los trampantojos del maligno. Por eso el "diabolo" (=Lo primero que intenta es separarnos de Dios, y cuanto más solos estemos más vulnerables somos) ...
 
... Pero ¿fue este un hecho puntual del pasado?... En la película "El Séptimo Sello" se pregunta el caballero: "¿Por qué no puedo matar a Dios dentro de mí?". Y es que en el fondo ve, que si tras una vida de errores y violencia no ha podido matar el sentimiento de Dios en él es porque tiene que ser real. Y ante la muerte Le busca con ansia...
 
... Desgraciadamente muchos han intentado matar a Dios. E incluso en sus discursos la Verdad termina saliendo a flote. Así un personaje de Nietzsche, tras afirmar "hemos matado a Dios"; en seguida sólo puede asumir el vacío que se ofrece ante su recreación mental y se lamenta: "¿Cómo pudimos hacerlo?" Y luego sabe que su existencia desde entonces queda abocada a la locura, al vacío y a la nada... ¡Y es que sin Dios nada tiene sentido! Como decía Chesterton: "Si en el hombre quitamos lo sobrenatural, no queda lo natural, si no lo antinatural" ....
 
(5) Jesucristo, podía curarle con un pensamiento o un susurro, discretamente. ¡Pero sabe que el más necesitado no es el paralítico si no los que le odian! (El odio pudre los corazones, y como dice el refrán: "El rencor es el veneno que uno se toma por odio a otra persona" ...¡Pero el que se bebe el veneno es el que tiene rencor!). Y por eso quiere hacerles ver y convencerles desde la humildad y el Amor. Y le entristece ver que no le aceptan y siguen esclavos de su odio... Y al final sólo puede curar al paralítico y no las enfermedades del alma, porque respeta su libertad...
 
Mi oración hoy porque el Señor cure les enfermedades de nuestra alma. Así que os propongo gritar en el silencio desde lo más profundo de nuestro ser: "¡¡¡¡ SEÑOR, POR FAVOR, SANA LA ENFERMEDAD QUE DAÑA MI ALMA, PONME EN EL CAMINO QUE LLEVA HACIA TÍ Y JAMÁS ME ABANDONES!!! Y es que en el silencio interior es donde más retumban los gritos... ¡ Feliz día hermanos! ¡ Besos y abrazos DE COLORES!
 
 Pd: Y no olvidéis nunca que cualquier semilla puede ser el origen de un bosque, (si Dios lo quiere).


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