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sábado, 17 de enero de 2015

17. Él me encontró. No me rechazó por mí pecado y desde el primer día comió conmigo. ... (Mc 2, 13-17)

 ¡¡¡Buenos días hermanos!!! Continúa San Marcos, justo donde ayer: (Mc 2, 13-17)
 
En aquel tiempo, (2) Jesús salió de nuevo a la orilla del lago; toda la gente lo seguía y él les enseñaba. (4) Al pasar vio a Leví, el hijo de Alfeo, que estaba sentado en su mesa de impuestos, y le dijo: "Sígueme". El se levantó y lo siguió. Después, mientras Jesús estaba sentado a la mesa en casa de Leví, muchos publicanos y pecadores se sentaron con él y sus discípulos, porque eran muchos los que lo seguías. (3) Entonces unos escribas de la secta de los fariseos, viéndolo comer con pecadores y recaudadores de impuestos, preguntaron a sus discípulos: "¿Por qué come con recaudadores de impuestos y con pecadores?" Habiendo oído esto, Jesús les dijo:(1) "No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores".
 
(1) Ayer un extracto de la Carta a los Hebreos de San Pablo, en la primera lectura del Oficio de Lecturas, nos recordaba que ningún hombre es justo ante Dios; y que la Ley de Dios no sirve para salvar, si no para ver en que nos equivocamos cada uno y dárselo al Señor. Sin embargo, hoy Jesucristo, parece contradecirle... ¡No es así! ¡En el Evangelio no hay contradicciones, si no matices! Veámoslo...
 
... Dios, no envío a Su Hijo único para salvar a los justos, (que ya estaban salvados antes de que llegase el Señor), si no para los pecadores;  lo mismo que un médico no va a curar a los "sanos", si no a los enfermos... ¿A qué parece que son dos ideas totalmente opuestas? ¡Qué no!
 
... Para entenderlo nos va a ayudar San Juan Pablo II, y porque insistió en el Concilio Vaticano II, (antes de ser Papa), en que se mantuvieran la distinción entre pecados veniales (aquellos que no impiden llegar a Dios, pero que sí nos hacen dar un rodeo)  y mortales (nunca nos permitirán llegar a Dios, salvo que se los demos en el Sacramento de la Confesión, porque suponen ir en dirección contraria a Él y rechazarle)... Y esta importante diferencia es la que salva la aparente incompatibilidad de textos: Jesucristo, viene para salvar a los que están en pecado mortal, que son los que llama Jesús, "enfermos" y "pecadores"; y no viene, en principio, para los "justos" y "sanos", que en realidad también tienen pecados, pero son veniales... ¡Y así estaban las cosas antes de  la venida de Cristo! ...
 
... Otra idea importante,... ¡Nadie se salva por sus buenas obras! (Pero sí se auto excluye por las malas). Porque la salvación la da siempre Jesucristo, a "los justos" de antes y de después de Su Resurrección... Y por eso dice San Pablo, la necesidad de aceptar a Jesucristo, para salvarse: los que vivieron antes del Señor, eran responsables de sus obras pero no de rechazar a Jesucristo; pero los de después Sí podían rechazarle y con ello rechazaban Su Salvación... Y es que Jesucristo, dice: "Yo soy el camino, la verdad y la vida. NADIE VA AL PADRE SI NO ES POR MÍ"...
 
... Y como última idea, una que dió el Obispo Munilla: "sólo consigue vencer los pecados mortales el que ataca los veniales"...
 
... Y estos son los ingredientes que os propongo para que los guiseis (para que los recéis).... respecto a este punto... (Que por supuesto no agota el tema, y por ejemplo hay ateísmo culpable o inculpable, gente que no ha podido llos conocer a Jesucristo, por causas ajenas a ellos, etc...)
 
(2) Jesús, siempre sale a buscarnos. Él siempre da el primer paso. Podemos quedarnos sentados en nuestras mesas contando dinero, que Él sabrá como venir a nosotros.
 
(3) Si Jesús, se esfuerza en ir a buscar a la oveja perdida, ¿no pecaríamos si intentamos cerrarle nosotros la puerta del redil? (¡Cuánta paciencia tenemos con nuestros pecados y qué poca con los ajenos!).
 
(4) El Amor de Jesús es más grande que el gentío, que los compromisos y la labor pendiente. Y el amor de Leví es más grande que sus pecados pasados, y futuros, por eso terminará siendo San Mateo, Apóstol, Discípulo, Evangelista y Santo; y el mismo dirá que: "lo importante no es cuantas veces uno cae, si no cuantas se levante". (Que se complementa también con la frase de San Agustín: "Conócete, acéptate, pero supérate"...).
 
Mi oración de hoy para que el Señor nos dé un amor como el de Leví, capaz de vencer siempre nuestros pecados, pasados y futuros...¡Amén! ¡ Feliz día hermanos! ¡ Besos y abrazos DE COLORES!
 
 Pd: Y no olvidéis nunca que cualquier semilla puede ser el origen de un bosque, (si Dios lo quiere).

 

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