¡¡¡Buenos días hermanos!!! Hoy Miércoles Santo, y la Pasión del Señor es ya inminente. Hoy lectura del Santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Mateo. (Mt 26, 14-25):
"En aquel tiempo, (1) uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sumos sacerdotes y les propuso:– «¿Qué estáis dispuestos a darme, si os lo entrego?» Ellos se ajustaron con él en treinta monedas. Y desde entonces andaba buscando ocasión propicia para entregarlo. (2) El primer día de los Ázimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron: – «¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?» (3) Él contestó: – «Id a la ciudad, a casa de Fulano, y decidle: "El Maestro dice: Mi momento está cerca; deseo celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos."» (4) Los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua. Al atardecer se puso a la mesa con los Doce. (5) Mientras comían dijo:– «Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar.» (6) Ellos, consternados, se pusieron a preguntarle uno tras otro: – «¿Soy yo acaso, Señor?» (7) Él respondió: – «El que ha mojado en la misma fuente que yo, ése me va a entregar. El Hijo del hombre se va, como está escrito de él; pero, ¡ay del que va a entregar al Hijo del hombre!; más le valdría no haber nacido.» (8) Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar:– «¿Soy yo acaso, Maestro?» Él respondió: – «Tú lo has dicho.»"
(1) "uno de los Doce"... ¡Jesucristo elige sólo 12 personas para que sean sus Apóstoles y uno le vende! Y en Judas, vemos reflejados nuestros propios pecados:
a) De idolatría: Porque puso a su ídolo por delante de Dios (el de Judas era el dinero, pero el mundo esta lleno de ídolos que ocupan aquel lugar que debería estar en nuestro corazón sólo para Dios) y eso le llevó a vender al Mesías.
b) De autosuficiencia: Es el hombre que se repente piensa que no necesita a Dios, ... Y claro, ¡esto es un suicidio!
c) Hace el trabajo del diablo y quiere tentar a Dios y obligarle a actuar. Así sabrá si es verdad o no todo lo que ha visto y oído.
d) El pecado de acostumbrarse a Dios y a lo sobrenatural y a hacerlo rutina.
f) Pero, sobre todo, EL PEOR PECADO DE JUDAS ISCARIOTE FUE NO ACEPTAR EL PERDÓN DE JESUCRISTO...
... No creer que a pesar de todo lo que había hecho el Amor de Dios era mucho más grande que sus pecados; y quitarse la vida renunciando a la Esperanza... ¡Pobre Judas!
Y es Judas, el que tentado va a ver a los sumos sacerdotes y le venderá por 30 monedas... ¡El peor negocio de la historia con diferencia!
(2) Mientras uno traiciona al Señor otros le sirven y le preguntan dónde quiere que le preparen el banquete Pascual... ¡El que supondrá la institución de la Eucaristía! El Sacramento por el que Jesucristo se quedó para siempre con nosotros... ¡El momento en el que una persona puede estar más cerca del Cielo en la tierra!
También mientras yo traicionaba al Señor mis hermanos preparaban un sítio para celebrar el banquete con el Maestro, y gracias a ellos yo tuve una Iglesia a la que volver tras mi conversión,... Sin embargo, cuando voy a la Iglesia de mi barrio, veo mi parte de mies seca, esa que dejé sin trabajar cuando me fuí,... ¡Y siento pena!
(3) Y Jesucristo, les envía a una casa donde serán bien recibidos... ¡La Divina Providencia les va dando todo lo que necesitan!
(4) Y los buenos discípulos preguntan y luego obedecen. Porque si no estarían obviando lo principal... Así todo estaba preparado aquella tarde para la Pascua...
Si todos obedecieramos al Señor, quizá ya estaríamos viviendo plenamente el Cielo en la tierra...
(5) El Maestro les va preparando, y está informando a 11 de la futura traición y para Judas, fue un "ultimo" aviso que no quiso escuchar y dar marcha atrás...
(6) Y aquí surgen las dudas naturales que surgen de la conciencia de nuestra debilidad. Y todos piensan que pueden ser ellos y por eso le preguntan a Jesús... ¡Y yo con ellos! Yo también le pregunto: "¿Seré yo Maestro? ¿Te volveré a traicionar y a vender, una vez más, o me seguirás sosteniendo en tu PAX? (Porque lo dos sabemos que no soy mejor que Judas. Es más, puede que San Pedro tampoco lo fuera, ¡pero él sí acepto el perdón del Señor! ¡Y yo también, Señor, quiero aceptarlo! ).
(7) Jesús, señala a Judas discretamente, puede que muy pocos se hubieran fijado entonces quién mojó en su fuente. Y le advierte de nuevo,... ¡Le hace una nueva llamada a la conversión! ...
... ¿Cuántas nos ha hecho a nosotros? ¿Le abriremos por fin la puerta o dejaremos que el miedo o la comodidad nos paralicen?
(8) Judas quiere asegurarse de que Jesucristo sabe que es él el traidor, y directamente le pregunta. Y el Señor directamente le contesta que sí...
... Y aquí era una nueva oportunidad de conversión. Si aquí lo hubiera reconocido todo y se hubiera echado atrás no hubiera acabado en suicidio y hoy sería San Judas Iscariote, igual que otro Apóstol es San Judas Tadeo... ¡Y es que nuestra historia no está escrita aún! ¡Y siempre podemos comenzar a escribirla de nuevo como si fuera un folio en blanco, gracias al Sacramento de la Confesión!
Hoy quiero rezar al Señor por todos los enfermos, de cuerpo y de alma. Y porque todos los que acudan a Dios en este tiempo de Gracia sean sanados para siempre, por Aquel cuyos brazos siempre están abiertos para perdonar... ¡Jesucristo! ¡Bendito sea Dios, que solo por Amor se hizo hombre!
¡Feliz día hermanos! ¡ Besos y abrazos DE COLORES!
Pd: Y no olvidéis nunca que cualquier semilla puede ser el origen de un bosque, (si Dios lo quiere).
Miércoles Santo.
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A 24 días del Cursillo Mixto en Loeches (Madrid) del 23 al 26 de abril de 2015 AD.
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A 43 días del Cursillo Mixto en Villalba (Madrid) del 15 al 17 de mayo de 2015 AD.
A 64 días del Cursillo Mixto en Collado Villalba (M) del 4 al 7 de junio de 2015 AD.
A 78 días del Cursillo Mixto en Collado Villalba (Madrid) del 18 al 21 de junio de 2015 AD
SEGUNDA LECTURA
ResponderEliminarDe los tratados de san Agustín, obispo, sobre el evangelio de san Juan (Tratado 84, 1-2: CCL 36, 536-538)
LA PLENITUD DEL AMOR
El Señor, hermanos muy amados, quiso dejar bien claro en qué consiste aquella plenitud del amor con que debemos amarnos mutuamente, cuando dijo: Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Consecuencia de ello es lo que nos dice el mismo evangelista Juan en su carta: Cristo dio su vida por nosotros; también nosotros debemos dar nuestra vida por los hermanos, amándonos mutuamente como él nos amó, que dio su vida por nosotros.Es la misma idea que encontramos en el libro de los Proverbios: Sentado a la mesa de un señor, mira bien qué te ponen delante, y pon la mano en ello pensando que luego tendrás que preparar tú algo semejante. Esta mesa de tal señor no es otra que aquella de la cual tomamos el cuerpo y la sangre de aquel que dio su vida por nosotros. Sentarse a ella significa acercarse a la misma con humildad. Mirar bien lo que nos ponen delante equivale a tomar conciencia de la grandeza de este don. Y poner la mano en ello, pensando que luego tendremos que preparar algo semejante, significa lo que ya he dicho antes: que así como Cristo dio su vida por nosotros, también nosotros debemos dar la vida por los hermanos. Como dice el apóstol Pedro: Cristo padeció por nosotros, dejándonos un ejemplo para que sigamos sus huellas. Esto significa preparar algo semejante. Esto es lo que hicieron los mártires, llevados por un amor ardiente; si no queremos celebrar en vano su recuerdo, y si nos acercamos a la mesa del Señor para participar del banquete en que ellos se saciaron, es necesario que, tal como ellos hicieron, preparemos luego nosotros algo semejante.Por esto, al reunirnos junto a la mesa del Señor, no los recordamos del mismo modo que a los demás que descansan en paz, para rogar por ellos, sino más bien para que ellos rueguen por nosotros, a fin de que sigamos su ejemplo, ya que ellos pusieron en práctica aquel amor del que dice el Señor que no hay otro más grande. Ellos mostraron a sus hermanos la manera como hay que preparar algo semejante a lo que también ellos habían tomado de la mesa del Señor.Lo que hemos dicho no hay que entenderlo como si nosotros pudiéramos igualarnos al Señor, aun en el caso de que lleguemos por él hasta el testimonio de nuestra sangre. Él era libre para dar su vida y libre para volverla a tomar, nosotros no vivimos todo el tiempo que queremos y morimos aunque no queramos; él, en el momento de morir, mató en sí mismo a la muerte, nosotros somos librados de la muerte por su muerte; su carne no experimentó la corrupción, la nuestra ha de pasar por la corrupción, hasta que al final de este mundo seamos revestidos por él de la incorruptibilidad; él no necesitó de nosotros para salvarnos, nosotros sin él nada podemos hacer; él, a nosotros, sus sarmientos, se nos dio como vid, nosotros, separados de él, no podemos tener vida.Finalmente, aunque los hermanos mueran por sus hermanos, ningún mártir derrama su sangre para el perdón de los pecados de sus hermanos, como hizo él por nosotros, ya que en esto no nos dio un ejemplo que imitar, sino un motivo para congratularnos. Los mártires, al derramar su sangre por sus hermanos, no hicieron sino mostrar lo que habían tomado de la mesa del Señor. Amémonos, pues, los unos a los otros, como Cristo nos amó y se entregó por nosotros.