Vistas de página en total

Vistas de página en total

miércoles, 15 de julio de 2015

15. "Sólo Dios conoce a Dios y puede llevar a Él (Mt 11, 25-27)"

¡¡¡Buenos días hermanos!!! Hoy la lectura del Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Mateo, ha estado a punto de salir mucho más tarde de lo habitual... Porque ayer me hablaron de que hoy tiene cita para abortar a las 11,00 una persona a la que no conozco y que no juzgo, que se llama Ana, y que ha tenido la desgracia de vivir en un país que no valora la vida y que por eso esta enfermo de gravedad, agonizando mientras ve como no habrá relevo  generacional (demográficamente hablando)... Hoy pensé primero que sería mejor dedicar este tiempo a orar al Señor, pero finalmente sé que si pido oración en el Evangelio de hoy por ella quizá estamos a tiempo de detener este asesinato sin sentido; en el que no morirá sólo una inocente, sino que dos personas van a perder de golpe sus vidas para que otros ganen dinero... ¡Cuento hermanos con vuestras oraciones y sacrificios!
 
  Hoy Mt 11, 25-27:
 
"En aquel tiempo, Jesús exclamó: «(1) Te doy gracias, (2) Padre, (3) Señor de cielo y tierra, (4) porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, (5) y se las has revelado a la gente sencilla. (6) Sí, Padre, así te ha parecido mejor. (7) Todo me lo ha entregado mi Padre, (8) y nadie conoce al Hijo más que el Padre, (9) y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar».
 
(1) Jesucristo, cuya vida es ejemplo para nosotros, nos enseña lo primero a ser agradecidos... ¡Y a dar gracias! ¡Y es que hay que dar gracias por todo! Lo primero por la vida, que ninguno nos hemos dado a nosotros mismos y que es un regalo de Dios, y de la generosidad y el Amor de nuestros padres...

... Y ¿por qué a veces no damos las gracias? Porque nos dejamos ahogar por el pesimismo, sobre el que Chesterton decía: "Hay un pecado, llamar gris a una hoja verde"... Pero, ¿ por qué nos empeñamos en ver gris lo verde? Por nuestras expectativas. Esperamos mucho y a veces es imposible satisfacerlas... ¡Nunca hay que dejar de confiar en las personas! ¡Nunca hay que dejar de valorar todo lo que tenemos y la inmensa belleza de este mundo! ...

... Recuerdo que en un momento muy doloroso de mi vida, con el corazón bastante dañado y muy pesimista, me dio por comprar una maceta, tierra y unas plantas pequeñas,  trasplantarlas, regarlas, admirarlas,... Y esa tontería comenzó a sanar mi corazón (porque el más pequeño acto de Amor no queda sin recompensa...)... ¡¡¡El más pequeño acto de Amor no queda sin recompense!!! (Por supuesto en aquella etapa oscura pensar en confesarme era hablarme de ciencia ficción)...
 
(2) Y Jesucristo le da las gracias a Dios Padre, (y así nos enseña a que debemos dárselas también nosotros)...
 
(3) Y nos muestra que sólo hay un Señor del Cielo y de la Tierra: ¡¡¡Dios!!! ...

... Ya sé que nos creemos nosotros, y que eso nos da derecho de destrozar el planeta y decidir incluso quién debe vivir o morir, ... ¡Pero no! ¡Es Dios! Y algún día le daremos cuenta de lo que hicimos con nuestros talentos y con el mundo que nos prestó, pero sin dejar de ser nunca su Dueño y Señor...
 
(4) Pero esta vez Jesucristo le da gracias al Padre, en concreto, por esconder la Verdad a los sabios y entendidos... Y por hacer que a Dios no se llegue desde la inteligencia (lo que sería injusto porque unos la tienen y otros no tanto), sino desde el corazón... ¡Qué todos tenemos! (Aunque en momentos de nuestras vidas hayamos querido olvidarlo)...
 
(5) Y Dios elige a la gente sencilla para revelarles la Verdad. ¿Por qué? Porque no tienen algunas barreras que dificultan aceptar la Palabra de Dios: soberbia, vanidad, egolatría,...
 
(6) Aquí hay una admiración implícita hacia la decisión de Dios Padre, a la vez que corrobora que esa ha sido Su Voluntad...
 
(7) "Todo me lo ha entregado mi Padre"
 
Dios Padre le ha dado todo a Jesucristo, (que no olvidemos que sigue siendo el mismo Dios pero una Persona diferente)... Por eso en otra parte del Evangelio dirá: "Nadie va al Padre sino es por mí."
 
Y es importante recordar que Jesucristo nunca dirá "nuestro" Padre. Sino "mí" Padre y "vuestro" Padre;  para subrayar que tenemos distinta naturaleza: ¡Él es Dios y nosotros creaturas!

¡Pero a la vez nunca estuvo Dios tan cerca del hombre! ¡Cómo para llamarle papá!
 
(8) Jesucristo, les dice que aunque le estén viendo y convivan con Él, en realidad sólo el Padre le conoce, ...¿Por qué? Porque sólo el Padre existía cuando fue engendrado antes de todo tiempo, por sólo el Padre ve lo invisible y le conoció cuando era la Palabra; porque sólo el Padre (y siempre, claro está, el Espíritu Santo) pudo "ver" Su Encarnación en Santa María... ¡SÍ! ¡Nadie conoce al Hijo más que el Padre!
 
(9) Y a su vez, "nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar"...
 
Luego sólo Jesucristo conoce al Padre (y sólo a través de Él podemos nosotros llegar a Él)....
 
Mi oración hoy por Ana y por su hija. Porque en medio del dolor, de las dudas, de la desorientación, del mundo que le quiere hacer ver a su bebé como a su enemigo y como una carga, se de cuenta de que aunque aparentemente la bebe morirá y ella seguirá viva, la realidad es que la niña se irá directa con Dios Padre y vivirá eternamente, y ella es la que habrá muerto (y seguirá muerta aunque quiera olvidarlo mientras Jesucristo no la salve)... ¡Por favor Ayudarme con vuestras oraciones y sacrificios! ¡Sólo quedan unas horas pero es posible un milagro! Y por todas las mujeres que están en la misma situación que Ana, porque en un acto de Amor y confianza acepten la Vida y no entreguen víctimas a los ídolos de este mundo...
 
¡ Feliz día hermanos! ¡ Besos y abrazos DE COLORES!

 Pd: Y no olvidéis nunca que cualquier semilla puede ser el origen de un bosque, (si Dios lo quiere).

 
Del 22 al 25. 07.2015 AD - Cursillo nº 720 de hombres de la Diócesis de Zamora (México).
Del 12 al 15. 08.2015 AD - Cursillo nº 722 de mujeres de la Diócesis de Zamora (México).
 

1 comentario:

  1. SEGUNDA LECTURA

    Del Opúsculo de san Buenaventura, obispo, Sobre el itinerario de la mente hacia Dios
    (Cap. 7, 1. 2. 4. 6: Opera omnia 5, 312-313)

    LA SABIDURÍA MISTERIOSA REVELADA POR EL ESPÍRITU SANTO

    Cristo es el camino y la puerta. Cristo es la escalera y el vehículo, él, que es el propiciatorio colocado sobre el arca de Dios y el misterio oculto desde los siglos. El que mira plenamente de cara este propiciatorio y lo contempla suspendido en la cruz, con fe, con esperanza y caridad, con devoción, admiración, alegría, reconocimiento, alabanza y júbilo, este tal realiza con él la pascua, esto es, el paso, ya que, sirviéndose del bastón de la cruz, atraviesa el mar Rojo, sale de Egipto y penetra en el desierto, donde saborea el maná escondido, y descansa con Cristo en el sepulcro, como muerto en lo exterior, pero sintiendo, en cuanto es posible en el presente estado de viadores, lo que dijo Cristo al ladrón que estaba crucificado a su lado: Hoy estarás conmigo en el paraíso.

    Para que este paso sea perfecto, hay que abandonar toda especulación de orden intelectual y concentrar en Dios la totalidad de nuestras aspiraciones. Esto es algo misterioso y secretísimo, que sólo puede conocer aquel que lo recibe, y nadie lo recibe sino el que lo desea, y no lo desea sino aquel a quien inflama en lo más íntimo el fuego del Espíritu Santo, que Cristo envió a la tierra. Por esto dice el Apóstol que esta sabiduría misteriosa es revelada por el Espíritu Santo.

    Si quieres saber cómo se realizan estas cosas, pregunta a la gracia, no al saber humano; pregunta al deseo, no al entendimiento; pregunta al gemido expresado en la oración, no al estudio y la lectura; pregunta al Esposo, no al Maestro; pregunta a Dios, no al hombre; pregunta a la oscuridad, no a la claridad; no a la luz, sino al fuego que abrasa totalmente y que transporta hacia Dios con unción suavísima y ardentísimos afectos. Este fuego es Dios, cuyo horno, como dice el profeta, está en Jerusalén, y Cristo es quien lo enciende con el fervor de su ardentísima pasión, fervor que sólo puede comprender el que es capaz de decir: Preferiría morir asfixiado, preferiría la muerte. El que de tal modo ama la muerte puede ver a Dios, ya que está fuera de duda aquella afirmación de la Escritura: Nadie puede ver mi rostro y seguir viviendo. Muramos, pues, y entremos en la oscuridad, impongamos silencio a nuestras preocupaciones, deseos e imaginaciones; pasemos con Cristo crucificado de este mundo al Padre, y así, una vez que nos haya mostrado al Padre, podremos decir con Felipe: Eso nos basta; oigamos aquellas palabras dirigidas a Pablo: Te basta mi gracia; alegrémonos con David, diciendo: Se consumen mi corazón y mi carne por Dios, mi herencia eterna. Bendito el Señor por siempre, y todo el pueblo diga: «¡Amén!»

    ResponderEliminar