¡¡¡Buenos días hermanos!!! Hoy es el día 21 de Cuaresma y el comentario número 100 en el blog, así que le doy gracias a Dios por regalarme poder comentar estas 100 preciosas lecturas llenas de sabiduría (por supuesto me refiero al Evangelio, y no a mí comentario). Hoy lectura del Santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Mateo. (Mt 18, 21-35):
"En aquel tiempo, se adelantó (1) Pedro y preguntó a Jesús:– «Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces le tengo que perdonar? ¿Hasta siete veces?» (2) Jesús le contesta:– «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. (3) Y a propósito de esto, el reino de los cielos se parece a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus empleados. Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así. El empleado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo:"Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré todo, "El señor tuvo lástima de aquel empleado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda. (4) Pero, al salir, el empleado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, agarrándolo, lo estrangulaba, diciendo:"Págame lo que me debes." El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba, diciendo:"Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré" Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía. Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido. (5) Entonces el señor lo llamó y le dijo:"¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo pediste. ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?" Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda. Lo mismo hará con vosotros mi Padre del cielo, si cada cual no perdona de corazón a su hermano.»
(1) A San Pedro, como a todos se ve que nos cuesta perdonar. Por eso propone 7 veces como un límite máximo aceptable para perdonar. (Además de que el 7 es el número que indica perfección para los hebreos)...
(2) ¡Pero Dios va mucho más allá! Y con el 70 veces 7, Jesucristo no se refiere que perdone 490 veces y a la 491 ya se le puede guardar rencor... ¡Quiere decir que hay que perdonar siempre! Y se lo explica con una parábola muy aclaratoria...
(3) El Rey es el Señor, y ya nos dice el Credo que: "ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos". Así que conviene recordar que habrá que rendirle cuentas algún día...
... Pero aquí el Maestro, no se refiere al Juicio Final, ni al Juicio Particular, sino a los muchos pecados que nos perdona en toda nuestra vida: Esos son los 10.000 talentos...
... Y el hombre deudor pide perdón y paciencia con su inmensa deuda (es imagen del pecador que EN VIDA y consciente de sus muchos pecados acude a la Misericordia de Dios para evitar la condena eterna)...
... Y el Rey (que es Dios): "lo dejó marchar perdonándolo la deuda"... ¡Atención! No le fracciona el pago, ni le alarga el plazo, ni le dice que le de algo a cambio: ¡le perdona la deuda! ¡Totalmente! Y aquí vemos que la Misericordia de Dios va mucho más allá de nuestras expectativas...
... Y así Dios nos perdona cosas que ni nosotros mismos terminamos de perdonarnos... (Y si Dios me perdona yo no tengo derecho a no perdoname a mí mismo. Eso sería querer despreciar la Misericordia de Dios; y soberbia, porque al final me siento mal por no haber sabido actuar y haber fallado, y no por haber ofendido a Dios. Y pedir Su perdón en el Sacramento de la Confesión y aceptarlo es la humildad que Dios quiere de nosotros...) Y, por supuesto, que yo así lo llegue a comprender, no significa que lo consiga... ¡desgraciadamente!
(4) El perdonado se encuentra con un compañero que le debe sólo 100 denarios. Y él se los exige sin Misericordia ninguna, le trata con violencia y le encarcela...
... Y es que damos por hecho que nos merecemos el perdón de Dios, pero no tratamos con igual generosidad los defectos ajenos que los propios... ¡y les condenamos! (Y por esa condena seremos condenados)
(5) Y al enterarse el Rey se indigna de que no tenga Misericordia y perdone 100, al que él le perdonó 10.000. Y le reprocha su falta de compasión y le condenó hasta que pagara su deuda...
... El problema es que esa deuda es impagable (y más estando en la cárcel)... ¡Así que parece un castigo perpetuo! (Al que el Rey no condena realmente, si no que juzga con la ley que él juzgó)...
... Y para que no haya dudas sale de la parábola a la realidad y dice que Dios también juzgará sin compasión al que "no perdona de corazón a su hermano ".
Reflexión: Hay quien dice que "perdona pero no olvida". ¿Puede haber perdón de la deuda si sigo recordando que me debía 100 denarios? En principio Sí, si no albergo en su interior ningún sentimiento negativo al recordarlo...
...Pero la frase mencionada encierra más de lo que dice en principio, y la gente termina queriendo decir: "le perdono porque tengo que perdonarle, pero le tengo un asco que no se me va a olvidar nunca y si le pasa una desgracia me alegraré".... ¿Es eso perdonar de corazón al hermano? Por eso el perdón de verdad es el que olvida (o al menos el que se esfuerza en olvidar)...
Mi oración hoy porque el Señor nos ayude a perdonar para que podamos ser perdonados. Y también para que el Señor les conceda el don de la conversión y de la perseverancia final a todas las personas que habéis leído o lereéis alguno de estos 100 comentarios... ¡Muchas gracias por vuestro interés y qué Dios os bendiga a vosotros y a vuestras familias!
¡Feliz día hermanos! ¡Besos y abrazos DE COLORES!
Pd: Y no olvidéis nunca que cualquier semilla puede ser el origen de un bosque, (si Dios lo quiere).
Pd: Y no olvidéis nunca que cualquier semilla puede ser el origen de un bosque, (si Dios lo quiere).
Día 21 de Cuaresma.
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A 9 días Cursillo Mixto en Villalba (Madrid) del 19 al 22 marzo de 2015 AD.
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A 46 días del Cursillo Mixto en Loeches (Madrid) del 23 al 26 de abril de 2015 AD.
A 65 días del Cursillo Mixto en Villalba (Madrid) del 15 al 17 de mayo de 2015 AD.
A 86 días del Cursillo Mixto en Collado Villalba (M) del 4 al 7 de junio de 2015 AD.
A 100 días del Cursillo Mixto en Collado Villalba (Madrid) del 18 al 21 de junio de 2015 AD
SEGUNDA LECTURA
ResponderEliminarDe los Sermones de san Pedro Crisólogo, Obispo
(Sermón 43: PL 52, 320. 322)
LO QUE PIDE LA ORACIÓN LO ALCANZA EL AYUNO Y LO RECIBE LA MISERICORDIA
Tres cosas hay, hermanos, por las que se mantiene la fe, se conserva firme la devoción, persevera la virtud. Estas tres cosas son la oración, el ayuno y la misericordia. Lo que pide la oración lo alcanza el ayuno y lo recibe la misericordia. Oración, misericordia y ayuno: tres cosas que son una sola, que se vivifican una a otra.
El ayuno es el alma de la oración, la misericordia es lo que da vida al ayuno. Nadie intente separar estas cosas, pues son inseparables. El que sólo practica una de ellas, o no las practica simultáneamente, es como si nada hiciese. Por tanto, el que ora que ayune también, el que ayuna que practique asimismo la misericordia. Quien desea ser escuchado en sus oraciones que escuche él también a quien le pide, pues el que no cierra sus oídos a las peticiones del que le suplica abre los de Dios a sus propias peticiones.
El que ayuna que procure entender el sentido del ayuno: que se haga sensible al hambre de los demás, si quiere que Dios sea sensible a la suya; si espera alcanzar misericordia, que él también la tenga; si espera piedad, que él también la practique; si espera obtener favores de Dios, que él también sea dadivoso. Es un mal solicitante el que espera obtener para sí lo que él niega a los demás.
Hombre, sé para ti mismo la medida de la misericordia; de este modo, alcanzarás misericordia del modo que quieras, en la medida que quieras, con la presteza que quieras; tan sólo es necesario que tú te compadezcas de los demás con la misma presteza y del mismo modo.
Hagamos, por consiguiente, que la oración, la misericordia y el ayuno sean los tres juntos nuestro patrocinio ante Dios, los tres juntos nuestra defensa, los tres juntos nuestra oración bajo tres formas distintas.
Reconquistemos con nuestro ayuno lo que perdimos por no saberlo apreciar; inmolemos con el ayuno nuestras almas, ya que éste es el mejor sacrificio que podemos ofrecer a Dios, como atestigua el salmo: Mi sacrificio es un espíritu quebrantado: un corazón quebrantado y humillado tú no lo desprecias.
Hombre, ofrece a Dios tu alma, ofrécele el sacrificio del ayuno, para que sea una ofrenda pura, un sacrificio santo, una víctima viva que, sin salirse de ti mismo, sea ofrecida a Dios. No tiene excusa el que niega esto a Dios, ya que está en manos de cualquiera el ofrecerse a sí mismo.
Mas, para que esto sea acepto a Dios, al ayuno debe acompañar la misericordia; el ayuno no da fruto si no es regado por la misericordia, se seca sin este riego: lo que es la lluvia para la tierra, esto es la misericordia para el ayuno. Por más que cultive su corazón, limpie su carne, arranque sus malas costumbres, siembre las virtudes, si no abre las corrientes de la misericordia, ningún fruto recogerá el que ayuna.
Tú que ayunas, sabe que tu campo, si está en ayunas de misericordia, ayuna él también; en cambio, la liberalidad de tu misericordia redunda en abundancia para tus graneros. Mira, por tanto, que no salgas perdiendo, por querer guardar para ti, antes procura recolectar a largo plazo; al dar al pobre das a ti mismo, y lo que no dejas para los demás no lo disfrutarás tú luego.
LECTURA BREVE St 2, 14. 17. 18b
ResponderEliminarHermanos, ¿qué provecho saca uno con decir: «Yo tengo fe», si no tiene obras? ¿Podrá acaso salvarlo la fe? La fe, si no va acompañada de las obras, está muerta en su soledad. Pruébame tu fe sin obras que yo por mis obras te probaré mi fe.
Himno: NO ME PESA, SEÑOR, HABER FALTADO.
ResponderEliminarNo me pesa, Señor, haber faltado
por el eterno mal que he merecido,
ni me pesa tampoco haber perdido
el cielo como pena a mi pecado.
Pésame haber tus voces despreciado
y tus justos mandatos infringido,
porque con mis errores he ofendido
tu corazón, Señor, por mí llagado.
Llorar quiero mis culpas humillado,
y buscar a mis males dulce olvido
en la herida de amor de tu costado.
Quiero tu amor pagar, agradecido,
amándote cual siempre me has amado
y viviendo contigo arrepentido.
Amén.
Mirad, hermanos, que no tenga nadie un corazón malo e incrédulo, que lo lleve a apartarse del Dios vivo. Animaos unos a otros, día tras día, mientras perdura el «hoy», para que ninguno de vosotros «se endurezca» en la seducción del pecado. Porque hemos llegado a ser partícipes de Cristo, a condición de que mantengamos firme hasta el fin nuestra confianza primera.
ResponderEliminar(San Pablo a los Hebreos)
Primera lectura
ResponderEliminarLectura de la profecia de Daniel (3,25.34-43):
En aquellos días, Azarías se detuvo a orar y, abriendo los labios en medio del fuego, dijo: «Por el honor de tu nombre, no nos desampares para siempre, no rompas tu alianza, no apartes de nosotros tu misericordia. Por Abrahán, tu amigo; por Isaac, tu siervo; por Israel, tu consagrado; a quienes prometiste multiplicar su descendencia como las estrellas del cielo, como la arena de las playas marinas. Pero ahora, Señor, somos el más pequeño de todos los pueblos; hoy estamos humillados por toda la tierra a causa de nuestros pecados. En este momento no tenemos príncipes, ni profetas, ni jefes; ni holocausto, ni sacrificios, ni ofrendas, ni incienso; ni un sitio donde ofrecerte primicias, para alcanzar misericordia. Por eso, acepta nuestro corazón contrito y nuestro espíritu humilde, como un holocausto de carneros y toros o una multitud de corderos cebados. Que éste sea hoy nuestro sacrificio, y que sea agradable en tu presencia: porque los que en ti confían no quedan defraudados. Ahora te seguimos de todo corazón, te respetamos y buscamos tu rostro, no nos defraudes, Señor. Trátanos según tu piedad, según tu gran misericordia. Líbranos con tu poder maravilloso y da gloria a tu nombre, Señor.»