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domingo, 29 de noviembre de 2020

LUNES 30.11.2020 AD: "El centurión que es un ejemplo de Fe" (Mt 8, 5-11):

EVANGELIO DEL LUNES 30.11.2020 AD: 

L 30. "El centurión que es un ejemplo de Fe" (Mt 8, 5-11):

¡¡¡Buenos días hermanos!!! Hoy se nos invita a encontrarnos con Dios en el Santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Mateo, (8, 5-11) que nos adentra en el lunes de la primera semana de Adviento. Tiempo de tomar una posición activa en nuestra relación con Dios y de caminar con decisión hacia Él... ¡¡¡Tiempo de conversión!!! Y quizá nos dé ideas el Evangelio de hoy para convertirnos o reconvertirnos.

Señor, acompáñanos en este Adviento para adentrarnos en el misterio de Tu Palabra. Reactualízala en nosotros y danos PAX para que podamos encontrarnos en ella Contigo; LUX para que pueda iluminar nuestra vida, y Amor y Fortaleza para llevarla a nuestra vida y al mundo entero... Y que ni nuestros pecados ni nuestra tibieza impidan que así sea... ¡Amén! 

¡¡¡Ven Espíritu Santo!!! ¡¡¡Ven Espíritu Creador!!! :


(1) "EN aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó rogándole: «Señor, (2) tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho». (3) Le contestó: «Voy yo a curarlo». (4) Pero el centurión le replicó:
«Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo. (5) Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; y le digo a uno: "Ve", y va; al otro: "Ven", y viene; a mi criado: "Haz esto", y lo hace». (6) Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían: «En verdad os digo que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe. (7) Os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos».




(1) "EN aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó rogándole: «Señor,

La primera virtud del centurión es la humildad; que le permitió acercarse a Jesús y llamarle "Señor". Y sin humildad es casi imposible acercarse a Jesús, llamarle Señor y aceptar su perdón.

La soberbia nos aleja de Dios mucho más que otro pecado, y nos lleva al pecado contra el Espíritu Santo que dijo el Maestro que no sería perdonado: ¡Pensar que no necesitamos ser salvados por Jesucristo! ¡Qué el Señor nos libre de ello! !

Así muchos "expertos en religión" se acercaron a Jesús pero con la decisión de rechazarlo ya tomada. ¡Y así les fue! Fariseos, escribas, doctores de la Ley... tuvieron a Dios en frente y le rechazaron: ¡Porque pensaron que no necesitaban que Jesús les Salvara!

Y hoy sucede lo mismo: Personas se acercan a la religión, a leer La Biblia, a la iglesia, con su decisión tomada de antemano, dispuestos a cerrar su corazón y a no abandonar sus pecados. Sólo buscan una línea sacada de contexto que justifique su vida, o una "rebaja" en los mandamientos. ¡Tampoco quieren dejar que Jesús les salve! ¡Y el mayor drama de nuestro tiempo es pensar que no necesitamos ser salvados por Dios! (Y este es el problema de esa enfermedad nuestra llamada: "Estoy muy feliz de haberme conocido, y todo lo hago bien").

Pero hoy un centurión nos enseña como acercarnos al Señor, y lo hace mejor que los profesionales de la fe de la época. Él, que estaba al servicio de Roma, y que pudo elegir por dios al emperador (como era mandado) no va a poner incienso a los dioses paganos por su problema; va a ver al hijo del carpintero, y lo primero que hace es reconocerle como Señor. ¡Luego ve muchísimo más en Él que un trabajador manual! ¡Ve, incluso, muchísimo más en Él que un maestro más! ¡Está viendo a Dios! Por eso él que tiene cien hombres bajo su mando se siente feliz porque ha encontrado un Rey al que verdaderamente merece la pena conocer y servir,... y sus labios muestran lo que esconde su corazón, cuando le llama: ¡¡¡Señor!!!

¿Y nosotros? ¿Nos acercamos a Jesús considerándole "Señor", o pensando a ver que dice este hombre, y si algo me parece bien me lo quedo y lo que no me guste me olvido? (Sería un gran error: porque o es Dios y resucitó y venció a la muerte, y está vivo y puede acompañarme en mi camino y darle un nuevo rumbo a mi vida; o estoy haciendo el tonto porque fue un carpintero que murió en una Cruz). 

Pero la pregunta clave es: ¿Creo que Jesucristo puede salvarme? ¡Es la respuesta más importante que responderemos en nuestra vida! ¡Qué el Señor nos dé LUX para contestarla de forma que nos lleve a la Vida Eterna! 

(2) tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho». 

Su segunda virtud y la que de verdad le llevó a moverse fue su gran Amor (su Caridad). Concretamente el amor hacia un criado al que veía sufrir gravemente. (También necesitamos tener mucho amor para llegar al Amor más grande).

No pide que le toque la lotería, sólo pide al Señor salud,... y ni siquiera para él, ni para un familiar... ¡La pide para un criado! (Que en Derecho Romano era su propiedad... ¡Era una cosa!).

Luego por segunda vez es capaz de discernir y de ir contra corriente en el pensamiento dominante de su época, y sigue primero los dictados de su conciencia: Y ni va a poner incienso a los dioses, ni piensa que que su criado es una cosa que no tiene la dignidad de persona, ni le echa a la calle para que no le moleste... ¡NO! Se va corriendo a buscar a Cristo, porque ha oído que hace milagros porque la fuerza de Yaveh está en Él...

(3) Le contestó: «Voy yo a curarlo». 

Jesús, conmovido por su amor y su humildad quiere ir a curarlo. ¡Y es que el Señor siempre nos gana en todo, pero especialmente en Amor y en Humildad! Y no duda en ir a casa de un "pagano impuro" para curar al enfermo que  sufre mucho...

Y pensemos que si ese centurión ascendió fue a base de servir a Roma, batalla tras batalla, al servicio de sus conquistas. Sus manos seguramente se llenaron de sangre, y el Señor que lee los corazones no duda en acompañarle a pesar de todo... ¡Porque no hay pecado tan grave en este mundo que nos aleje de Dios para siempre! (Siempre que estemos decididos a cambiar de rumbo y a volver al Señor, a pedirle perdón y a reparar el daño causado en la medida de lo posible). 

Porque Jesucristo está deseando que el más pecador del mundo vaya a Él, y si así fuera diría: ¡¡¡Voy a curarlo!!!

Mi frase favorita es: "Todo santo tiene un pasado, y todo pecador un futuro",... ¡¡¡Y os invito a comprobarlo!!! 

(4) Pero el centurión le replicó: «Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo.

El centurión era además consciente de su indignidad (comparándose con Jesucristo)... Y así nos da una pista sobre con quién tenemos que comparar nuestros actos: ¡Con Dios! Si le tomamos a Él por modelo y referencia es como tomaremos cuenta de nuestra indignidad... 

¡Y nunca hay que compararse con los hermanos! Porque si los vemos mejores podemos caer en la envidia, y si peores (a parte de que les estamos juzgando y el juicio sólo es de Dios) eso puede ayudar a que nos relajemos aún más (y es que siempre es más fácil ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio)...


Es importante gastar nuestro esfuerzo en mejorar las cosas que podemos mejorar; y no desperdiciar energías en todo lo que no podemos cambiar, y que se lo demos a Dios en la oración... 

Por lo primero que debo luchar es por cambiarme a mí mismo e intentar ser cada día mejor (no puedo terminar con la corrupción en el mundo. Pero sí intentar no ser yo corrupto); y en mi casa, en mi trabajo, etc...).

Y no me ha puesto Dios, para que yo, católico de a pie, resuelva los problemas de la Iglesia. (Salvo rezando). Y, por desgracia, el demonio nos tienta quitándonos la PAX con cosas sobre las que no tenemos conocimiento, ni competencia, y en las que hay demasiados juicios y prejuicios; y, aún peor, incluso desconfiamos del Papa o de nuestros hermanos... ¡El demonio siempre tienta contra la unidad! ¿Qué hicieron los santos cuando vieron un gran mal en la iglesia? ¡No lo denunciaron a los cuatro vientos, ni se dedicaron a acusar y a decir yo no soy así! Lo primero rezaron por el Papa y por la Unidad de la Iglesia, y luego algunos escribieron cartas al Papa dando su opinión de los problemas y soluciones de la Iglesia, y después confiaron en el Espíritu Santo que es quién nos guía, (a pesar incluso de nuestros pecados).  

A los "impecables" del siglo XXI les vendría bien observar la humildad del centurión para darse cuenta de su realidad... ¡Porque ante Dios ninguno somos nada! ¡Ni los más santos, ni los más pecadores! Por eso en cada Eucaristía reconocemos  :   Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme!"


(5) Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; y le digo a uno: "Ve", y va; al otro: "Ven", y viene; a mi criado: "Haz esto", y lo hace».

Pero no necesita ir porque descubre la tercera virtud del Centurión: ¡Su inmensa Fe! Una Fe que será recompensada, por encima de su pasado, su impureza, de no pertenecer al pueblo elegido... ¡Una Fe tan grande que le lleva a obtener la Gracia de Dios!

Y ante una Fe así sólo cabe exclamar: "¡¡¡Creo, Señor, pero auméntame la Fe!!!"


(6) Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían: «En verdad os digo que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe. 

Eran el pueblo elegido y su falta de Fe les separó a muchos de Dios... Otros acogieron a Cristo en su corazón y comenzaron a vivir una nueva vida en profunda amistad con el Señor...

Y esta es una de esas frases que nos hace relajarnos y pensar,... ¡pobre Israel! Y parece que no va con nosotros... Pero, ¡¡¡Claro que va con nosotros!!! ¡¡¡La Iglesia, somos el nuevo Israel!!! Y, ¿Qué Fe va a encontrar en nosotros el Señor? ¿Tendremos tanta Fe como el centurión o no encontrará en nosotros tanta Fe? 

"¡¡¡Creemos, Señor, pero auméntanos la Fe!!!"

(7) Os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos».

Aquí es el mismo Jesús, (antes que San Pablo y que el primer Concilio de Jerusalén), quien anuncia que la salvación y el Reino de los Cielos es para todos, y no para los hebreos en exclusiva... 

Pero recordemos las tres virtudes que hacen que el centurión pueda llegar a Jesús: HUMILDAD, AMOR Y FE...

Y también nos muestra que nuestra indignidad y nuestro pecado no son excusas para alejarnos de Dios, si no indicadores que nos hacen ver que tenemos que acercarnos más y más a Él. 

Y me consuela oir en cada Misa:  "Te damos gracias Señor  porque nos haces dignos de servirte en tu presencia". ¡Y es que no tenemos que esperar a ser dignos para acercarnos a Dios, porque sólo Él es quien puede hacer el milagro de hacernos dignos! (Y sin Él cualquier intento de conversión será vano)... 

Sobre Amor, Humildad y Fe es muy bonita la frase de San Agustín"Dos amores contruyeron dos ciudades: El amor a sí mismo hasta el desprecio de Dios; y el amor a Dios hasta el desprecio de sí mismo ". ¡Qué el Señor nos bendiga y nos conceda llegar a alcanzar tan preciados dones! (Pero sólo como peldaños para llegar a Él.)

+ Oremos por los que externamente o en su interior son tentados contra la Unidad de la Iglesia. Y por todos los que podrían ayudar retornando a la barca de San Pedro a hacer crecer a la Iglesia. Porque el Señor reconduzca esa santa indignación y la pongan al servicio de la Iglesia para que podamos cada día, mientras caminamos juntos, ser todos mejores. Siempre subiendo peldaño a peldaño: primero lucho por ser mejor yo; luego por mejorar mi familia, mi parroquia, mi carisma, mi entorno; luego por hacer mejor la diócesis,... y luego por mejorar toda la Iglesia y el mundo,... ¡Qué el Señor nos permita ver una Iglesia unida como la soñó Jesucristo!

Y no olvidemos lo que nos dijo Santa Teresa de Calcuta: "A veces pensamos que lo que hacemos es sólo una gota de agua en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota"...


Tras 335 días sigue el Libro del Sirácida (o del Eclesiástico). Hoy 14, 24-25, que sigue diciéndonos lo dichoso que es el hombre que busca la Sabiduría y habita junto a ella: 

(Dichoso) "el que acampa en las cercanías de su casa
clava su estaca en sus muros,
planta su tienda a su lado
y habita allí en dulce morada."


¡Feliz y Santo día hermanos! ¡Besos y abrazos DCOLORES!!!

Pd: Y no olvidéis nunca que cualquier semilla puede ser el origen de un bosque, (si Dios así lo quiere)... ¡¡¡Esparcid sus semillas!!! ¡No os la quedéis sólo para vosotros!!!







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