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domingo, 1 de diciembre de 2019

LUNES 2.12.2019 AD: "El centurión que es un ejemplo de Fe" (Mt 8, 5-11):

EVANGELIO DEL LUNES 2.12.2019 AD:

L 2. "El centurión que es un ejemplo de Fe" (Mt 8, 5-11):

¡¡¡Buenos días hermanos!!! Hoy se nos invita a encontrarnos con Dios en el Santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Mateo, (Mt 8, 5-11) que nos adentra en el lunes la primera semana de Adviento. Tiempo de tomar una posición activa en nuestra relación con Dios y de caminar decididamente hacia Él... 

¡Es tiempo de conversión! Y quizá pueda darnos ideas el Evangelio de hoy para convertirnos o reconvertirnos.

 Señor, acompáñanos en este Adviento para adentrarnos en el misterio de Tu Palabra. Reactualízala en nosotros y danos PAX para que podamos encontrarnos en ella Contigo; LUX para que pueda iluminar nuestra vida, y Amor y Fortaleza para llevarla a nuestra vida y al mundo entero... Y que ni nuestros pecados ni nuestra tibieza impidan que así sea... ¡Amén! 

¡¡¡Ven Espíritu Santo!!! ¡¡¡Ven Espíritu Creador!!! :

(1) "En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó rogándole: «Señor, (2) tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho». (3) Jesús le contestó: «Voy yo a curarlo». (4) Pero el centurión le replicó: «Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo. (5) Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; y le digo a uno: "Ve", y va; al otro: "Ven", y viene; a mi criado: "Haz esto", y lo hace». (6) Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían: «Os aseguro que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe. (7) Os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos»." 




(1) "En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó rogándole: «Señor, ..."

La primera virtud que tenía el centurión fue la humildad, y eso le permitió acercarse a Jesús y llamarle "Señor"... Y es que sin humildad es casi imposible acercarse a Jesús, llamarle Señor y aceptar su perdón.

La soberbia nos aleja de Dios mucho más que cualquier pecado, y nos lleva al pecado contra el Espíritu Santo que dijo el Maestro que jamás sería perdonado: ¡Pensar que no necesitamos ser salvados por Jesucristo! ¡Qué el Señor nos libre de ello! !

Y así muchos "expertos en religión" se acercaron a Jesús pero con la decisión de rechazarlo tomada de antemano. ¡Y así les fue! Fariseos, escribas, doctores de la Ley,... tuvieron a Dios en frente y le rechazaron,... ¡Porque pensaron que no necesitaban que Jesús les Salvara!

Y hoy sucede lo mismo: Personas se acercan a la religión, a leer La Biblia, a la iglesia, con su decisión tomada de antemano, dispuestos a cerrar su corazón y a no abandonar sus pecados. Simplemente buscan una línea sacada de contexto que justifique su vida, o una "rebaja" en los mandamientos. ¡Tampoco quieren dejar que Jesús les salve! ¡Y el mayor drama de nuestro tiempo es pensar que no necesitamos ser salvados por Dios! (Y este es el problema de esa enfermedad nuestra llamada: "Estoy muy contento de haberme conocido, porque todo lo hago bien").

Pero hoy un centurión nos enseña como acercarnos al Señor, y lo hace mejor que los profesionales de la espiritualidad de la época. Él, que estaba al servicio de Roma, y que por tanto pudo elegir como dios a un emperador (como estaba mandado) no irá a poner incienso a los dioses paganos cuando tiene un  problema, va a ver al hijo del carpintero, y lo primero que hace es reconocerle como su Señor. ¡Luego ve muchísimo más en Él que un trabajador manual! ¡Ve, incluso, muchísimo más en Él que un maestro más! ¡Está viendo a Dios! Por eso él que tiene cien hombres bajo su mando se siente feliz porque ha encontrado un Rey al que verdaderamente merece la pena conocer y servir,... y sus labios muestran lo que esconde su corazón, cuando le llama: ¡¡¡Señor!!!

¿Y nosotros? ¿Nos acercamos a Jesucristo considerándole "Señor", o pensando a ver que dice este hombre, y si algo me parece bien me lo quedo y lo que no me guste me olvido? (Pues hacerlo es un gran error, porque o es Dios y resucitó y venció a la muerte, y está vivo y puede acompañarme en mi camino y darle un nuevo rumbo a mi vida; o estoy haciendo el tonto porque fue un carpintero que murió en una Cruz). 

Pero la pregunta clave es: ¿Creo que Jesucristo puede salvarme? ¡Es la respuesta más importante que responderemos en nuestra vida! ¡Qué el Señor nos dé LUX para contestarla de forma que nos lleve a la Vida Eterna! 

(2) "... tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho»."

Su segunda virtud y la que de verdad le llevó a moverse fue su gran Amor (su Caridad). Concretamente el amor hacia un criado al que veía sufrir gravemente. (También necesitamos tener mucho amor para llegar al Amor más grande).

No le pide que le toque la lotería, sólo le pide al Señor salud,... y ni siquiera para él, ni para un familiar... ¡Se la pide para un criado! (Que en Derecho Romano era una propiedad más... ¡Era una cosa!).

Luego por segunda vez es capaz de discernir y de ir contra corriente en el pensamiento dominante de su época, y sigue primero los dictados de su conciencia . Y así no va a poner incienso a los dioses, ni piensa que que su criado es una cosa que no tiene la dignidad de persona, ni le echa a la calle para que no le moleste... ¡NO! Se va corriendo a buscar a Jesucristo, porque ha oído que hace milagros porque la fuerza de Yaveh está en Él...

(3) "Jesús le contestó: «Voy yo a curarlo»."

Jesucristo conmovido por su amor y su humildad quiere ir a curarlo... ¡y es que el Señor siempre nos gana en todo, pero especialmente en Amor y en Humildad! Y no duda acudir a casa de un "pagano impuro" para curar a ese hombre enfermo que está sufriendo mucho...

Y pensemos que si ese centurión ascendió fue a base de servir a Roma, batalla tras batalla, al servicio de sus conquistas. Sus manos seguramente se llenaron de sangre, y el Señor que lee los corazones no duda en acompañarle a pesar de todo... ¡Porque no hay pecado tan grave en este mundo que nos aleje de Dios para siempre! (Siempre que estemos decididos a cambiar de rumbo y a volver al Señor, a pedirle perdón y a reparar el daño causado en la medida de lo posible). 

Porque Jesucristo está deseando que el más pecador del mundo vaya a Él, y si así fuera diría: ¡¡¡Voy a curarlo!!!

Mi frase favorita es: "Todo santo tiene un pasado, y todo pecador un futuro",... ¡Y os invito a comprobarlo! 

(4) "Pero el centurión le replicó: «Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo."

 El centurión era además consciente de su indignidad (comparándose con Jesucristo)... Y así nos da una pista sobre con quién tenemos que comparar nuestros actos: ¡Con Dios! Si le tomamos a Él por modelo y referencia es como tomaremos cuenta de nuestra indignidad... 

¡Y nunca hay que compararse con los hermanos! Porque si los vemos  mejores podemos caer en la envidia, y si peores (a parte de que les estamos juzgando y el juicio sólo pertenece a Dios) eso puede ayudar a que nos relajemos aún más (y es que siempre es más fácil ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio)...


Es importante también que gastemos nuestras energías en mejorar las cosas que podemos mejorar, y que no desperdiciemos energías en todo lo que no podemos cambiar, y se lo demos a Dios en la oración... 

Por lo primero que debo luchar es por cambiarme a mí mismo y por intentar cada día ser mejor (no puedo terminar con la corrupción en el mundo. Sólo puedo intentar no ser corrupto yo, en mi casa, en mi trabajo, etc...).

Y no me ha puesto Dios, para que yo, un cristiano de a pie, resuelva los problemas de la Iglesia. (Salvo rezando por ellos). Y, desgraciadamente, el demonio nos tienta quitándonos la PAX con cosas sobre las que no tenemos conocimiento, ni competencia, y en las que hay demasiados juicios y prejuicios, y que, aún peor, incluso desconfiamos del Papa o de nuestros hermanos dentro de la Iglesia. ¡El demonio siempre tienta contra la unidad! ¿Qué hicieron los santos cuando vieron un gran mal en la iglesia? ¡No lo denunciaron a los cuatro vientos, ni se dedicaron a acusar y a decir yo no soy así! Lo primero rezaron por el Papa y por la Unidad de la Iglesia, y luego algunos le escribieron cartas al Papa dando su opinión de los problemas y soluciones de la Iglesia, y después confiaron en el Espíritu Santo que es quién nos guía, (contando incluso con nuestros pecados).  

A los "impecables" del siglo XXI les vendría bien observar la humildad del centurión para darse cuenta de su realidad... ¡Porque ante Dios ninguno somos nada! ¡Ni los más santos, ni los más pecadores! Por eso en cada Eucaristía reconocemos estas palabras: Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme!"


(5) "Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; y le digo a uno: "Ve", y va; al otro: 'Ten", y viene; a mi criado: "Haz esto", y lo hace»."

Pero no necesita ir porque descubre la tercera virtud del Centurión: ¡Su inmensa Fe! Una Fe que será recompensada, por encima de su pasado, de su impureza, de no pertenecer al pueblo elegido... ¡Una Fe tan grande que le lleva a obtener la Gracia de Dios!

Y ante una Fe así sólo cabe exclamar: "¡¡¡Creo, Señor, pero auméntame la Fe!!!"


 (6) "Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían: «Os aseguro que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe. "

Eran el pueblo elegido y su falta de Fe les separó de Dios, a muchos de ellos... otros supieron acoger a Jesucristo en su corazón y comenzaron a vivir una nueva vida en profunda amistad con el Señor...

Y esta es una de esas frases que nos hace relajarnos y pensar,... ¡pobre Israel! Y parece incluso que no va con nosotros... Pero, ¡Claro que va con nosotros! ¡Nosotros, la Iglesia, somos el nuevo Israel! ¿Y qué Fe va a encontrar en nosotros el Señor? ¿Tendremos tanta Fe como el centurión o seguirá sin encontrar en nosotros tanta Fe como en el centurión?... 

"¡¡¡Creemos, Señor, pero auméntanos la Fe!!!"

(7) "Os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos»."

Aquí es el mismo Jesús, (antes que San Pablo y que el primer Concilio de Jerusalén), quien anuncia que la salvación y el Reino de los Cielos es para todos, y no para el pueblo elegido en exclusiva... 

Pero recordemos las tres virtudes que hacen que el centurión pueda llegar a Jesús: HUMILDAD, AMOR Y FE...

Y también nos muestra que nuestra indignidad y nuestro pecado no son excusas para alejarnos de Dios, si no indicadores que nos hacen ver que tenemos que acercarnos más y más a Él. 

Por eso es un consuelo para mi indignidad oir en cada Misa:  "Te damos gracias Señor porque nos haces dignos de servirte en tu presencia". ¡ Y es que no tenemos que esperar a ser dignos para acercarnos a Dios, porque sólo Él es quien puede hacer el milagro de hacernos dignos! (Y sin Él cualquier intento de conversión será vano)... 

Sobre Amor, Humildad y Fe me parece muy bonita esta frase de San Agustín : "Dos amores contruyeron dos ciudades: El amor a sí mismo hasta el desprecio de Dios; y el amor a Dios hasta el desprecio de sí mismo ". .. ¡Qué el Señor nos bendiga y nos conceda llegar a alcanzar tan preciados dones! (Pero sólo como peldaños para llegar a Él.)

+ Hoy me gustaría orar por todos los que externamente o en su fuero interno, sienten tentaciones contra la Unidad de la Iglesia. Por todos los que podrían ayudar retornando a la barca de San Pedro a hacer que la Iglesia fuera más grande... Porque el Señor reconduzca esa santa indignación y la pongan al servicio de la Iglesia para que podamos cada día, mientras caminamos juntos, ser todos mejores. Siempre subiendo peldaño a peldaño: primero lucho por ser mejor yo; luego por hacer mejor mi familia, mi parroquia, mi carisma, mi entorno; luego por hacer mejor la diócesis,... y luego por mejorar toda la Iglesia y el mundo,... ¡Qué el Señor nos permita ver una Iglesia unida tal y como la soñó Jesucristo!

Y que no nos olvidemos de lo que nos dijo Santa Teresa de Calcuta: "A veces pensamos que lo que hacemos es sólo una gota de agua en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota"....


Y, en este segundo día de Adviento, seguimos con el Libro del Sirácida (o del Eclesiástico). En el que continuamos con el prólogo del traductor griego:

"Así es como Jesús, mi abuelo, habiéndose aplicado intensamente a la lectura de la Ley, de los Profetas y de los otros libros patrios y después de haber adquirido un gran dominio sobre ellos, resolvió escribir también él ago relacionado con la instrucción y la sabiduría, para que los amigos de saber, conocedores de estas cosas, se aplicaran a vivir más según la ley."

¡Feliz y Santo día hermanos! ¡Besos y abrazos DCOLORES!!!

Pd: Y no olvidéis nunca que cualquier semilla puede ser el origen de un bosque, (si Dios así lo quiere)... ¡¡¡Esparcid sus semillas!!! ¡No os la quedéis sólo para vosotros!!!







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