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sábado, 30 de abril de 2022

DOMINGO 1.5.2022 AD: "Señor, siento lo que hice, Tú sabes que te quiero..." (Jn 21,15-19):

EVANGELIO DEL DOMINGO 1.5.2022 AD:

D 1. "Señor, siento lo que hice, Tú sabes que te quiero..." (Jn 21,15-19):

¡¡¡Buenos días hermanos!!! En este precioso Domingo de Pascua se nos invita a encontrarnos con Dios en lel Santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según san Juan (21,1-19). Al que vamos de la mano del Señor: ¡¡¡Ven Espíritu Santo!!! ¡¡¡Ven Espíritu Creador!!! 

(1) En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera: (2) Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos. (3) Simón Pedro les dice: «Me voy a pescar.» Ellos contestan: «Vamos también nosotros contigo.» Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. (4) Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. (5) Jesús les dice: «Muchachos, ¿tenéis pescado?» Ellos contestaron: «No.» Él les dice: «Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis.» (6) La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces. (7) Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro: «Es el Señor.» (8) Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. (9) Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos cien metros, remolcando la red con los peces. (10) Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan. Jesús les dice: «Traed de los peces que acabáis de coger.» Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red. (11) Jesús les dice: «Vamos, almorzad.» (12)Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor. (11) Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado. (13) Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos. (14) Después de comer, dice Jesús a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?» Él le contestó: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Jesús le dice: «Apacienta mis corderos.» Por segunda vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?» Él le contesta: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Él le dice: «Pastorea mis ovejas.» Por tercera vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?» Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le contestó: «Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero.» Jesús le dice: «Apacienta mis ovejas. Te lo aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras.» Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios. Dicho esto, añadió: «Sígueme.»

(1) En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera:


Jesucristo se aparece hoy de nuevo a los Apóstoles (Y San Juan nos cuenta la tercera aparición)...

Pero a mí me encantaría saber que hacía el Señor después de resucitar entre aparición y aparición... Y me lo imagino viendo a Su Madre, paseando por un prado sonriendo, dejándose acariciar por los rayos del sol, sintiendo la brisa meciendo sus cabellos... 

Y si yo fuera un director de cine o un pintor de repente me fijaría en sus manos, y cuando mirara sus llagas en las palmas detendría la imagen y miraría el mundo a través del agujero redentor de Su Santa mano... ¡El mundo que Él creó y que Él redimió puede verse desde el dorso o la palma de Su mano agujereada por las heridas del Amor!  ¿No es un cuadro para contemplar y soñar con él? 

(2) Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos.

Estaban juntos San PedroSanto TomásSan NatanaelSantiago el ZebedeoSan Juan, "y otros dos discípulos suyos" ...

El "olvido" de sus nombres me dio al principio pena... Hasta que recordé las palabras de San Francisco de Asís: "Tan sólo soy lo que soy ante Dios". Que Santa Teresa de Calcuta adaptó al siglo XX: "No soy como yo me veo, ni como los demás me ven. Soy como Dios me ve"...

Así que, bienaventurados estos dos Apóstoles si pasando desapercibidos para el mundo, sus vidas fueron agradables a Dios... ¡Porque consiguieron lo que anhelaba San Rafael Arnaiz!: "Quisiera ser santo y que no lo supiese nadie"...

(3) Simón Pedro les dice: «Me voy a pescar.» Ellos contestan: «Vamos también nosotros contigo.» Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada.

San Pedro, y los Apóstoles van de pesca... ¡y es totalmente infructuosa! (¡Cuántas veces es en los fracasos donde más crecemos porque nos enseñan humildad!)

Si alguien se replantea su misión o vocación por no tener éxito... ¡está convirtiendo el éxito en un ídolo! Y olvidándose de que no buscamos el éxito como esta sociedad... ¡Sino hacer la voluntad de Dios en nuestras vidas y en el mundo, para hacer ambas mucho mejores! Esto lo vio muy claro Santa Teresa de Calcuta"Dios no me ha llamado a tener éxito, Él me ha llamado a ser fiel."

¡Bienvenido sea el éxito que dé Gloria a Dios! ¡Pero sólo a Dios! ¡Porque todo es don suyo, y nosotros sólo ponemos los talentos que Él nos dio! ¿Entonces que le estamos dando? ¡Sólo el Amor que ponemos al hacerlo!

Yo digo lo mismo que el Salmo 113: "No para nosotros, Señor, no para nosotros, sino a tu Nombre, da toda Gloria..."

(4) Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús.

¡Toda la noche faenan para nada! Pero el amanecer del día les regala el amanecer de la historia de la salvación: ¡JESUCRISTO!

¡Y yo ya firmaba por tener la misma suerte que estos Apóstoles! ¡Estar toda la noche (o toda la vida) sin coger nada, para un día encontrarme con Jesucristo que me mira con cariño! ¡¡¡Sería el mejor premio!!!

(5) Jesús les dice: «Muchachos, ¿tenéis pescado?» Ellos contestaron: «No.» Él les dice: «Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis.»

El Señor les dice dónde pueden pescar y como hacerlo... ¡No se puede envagelizar sin antes orar y que el Señor nos diga donde echar las redes!

Yo a veces no me entero de lo me dice el Señor y la pesca sale a pesar de la torpeza del pescador, que no pesca lo que espera, ni cómo pensaba hacerlo, que se olvida de coser las redes, y a pesar de eso ve que su trabajo lo bendice el Señor... ¡Qué alguna vez incluso le regala ser un pobre puente entre Dios y sus hermanos! (Y cuando eso pasa uno sólo puede emocionarse y dar gracias porque siente como le acaricia el misterio de Dios, y sabe que lo que allí ha pasado nada tiene que ver con méritos personales, sino sólo con la Gracia de Dios ).

(6) La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces.

Ellos tienen Fe para echar una vez más las redes cuando todo les invita a rendirse y a irse a descansar tras una noche de trabajo perdido; cuando les invita a dejarse llevar por su soberbia y a no hacer caso al "desconocido"... Y es en ese último intento, cuando todo estaba perdido, son bendecidos por el éxito...

¿Cuántas veces hemos dejado la pesca a medias y dimos el día por perdido? Pero, al final, da igual lo vacía o llena que esté mi barca, sólo cuenta el Amor con el que lanzo mis redes y que lo haga sólo para mayor Gloria de Dios...

¿Cuántos peces se habrán quedado sin pescar porque les dí por perdidos y no he quise tirar la red una vez más? ¡Le pido al Señor que remedie esta falta de frutos, y que Su Espíritu Santo llegue a las aguas donde mi agujereada red no llega!

(7) Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro: «Es el Señor.»

San Juan es quien reconoce a Jesucristo, ¡el más joven! Y él es quien se lo dice "al Primer Papa"...

Me recuerda a la Regla de San Benito, que dice que en los capítulos de la orden se escuchen por igual y tengan derecho a dar su opinión los hermanos más nuevos, porque muchas veces el Espíritu Santo puede comunicarse a través de ellos... ¡Pues eso hace aquí con San Juan!

Pero comentando este pasaje Don José Manuel, en una homilia, dió en el clavo cuando dijo que en San Juan se cumple la bienaventuranza: "Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios". ¡Y el más limpio de corazón de todos logra descubrir al Señor!... ¡Qué rico es el Evangelio y cuantas enseñanzas encierra!

(8) Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua.

San Pedro, recibe la LUX a través de San Juan con humildad. (Podía haberle dicho: "¿Qué sabrás tú muchacho? ¡Calla que el Papa soy yo!" ... ¡Pero no lo hizo! ¡Vio al Espíritu Santo en sus palabras y le creyó! (Y así nos muestra que debemos deshacernos de nuestro prestigio y prejuicios al hacer juicios de valor, ¡y qué es mejor buscar la LUX de Dios que confiar en nuestros méritos!).

También San Juan podía haber pensado: "Pues vaya inútil que ha dejado el Señor al frente de la Iglesia. ¡Lo tiene delante y no lo ve! Pues me voy a callar y a ver si espabila o lo cambian"...

¡Ninguno pensó ni hizo eso, porque eso sería seguir al demonio! (Eso nos pasa cuando nos miramos a nosotros mismos y a nuestros hermanos, en vez de mirar a Dios... ¡De la falta de altura de nuestras miras nacen las envidias!)

Y además, Cefas, se deja llevar por el Amor... Podía haber ido en barca, pero prefiere verle cuanto antes y nadará 100 metros movido por la alegría de volver a encontrarse con su Señor... ¡Y seguro que el esfuerzo hizo más grato el reencuentro! (¡Ojalá lo hiciera yo, que soy más bien cristiano de retranca, que espera más que busca! ¡Ojalá Dios nos concediera tirarnos más al agua!).

(9) Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos cien metros, remolcando la red con los peces.

Los otros Apóstoles van en la barca con la pesca milagrosa...

Si se hubieran tirado todos al mar hubieran perdido la barca y la pesca...

También en la Iglesia se puede ir nadando, remando o sujetar las redes. Y las distintas formas de llegar al Señor no deben ser motivo de discordias. Que cada uno vaya según el Espíritu Santo y la Santa obediencia al Señor les diga. (Así no vivirán igual la pobreza evangélica unos padres de familia, que una carmelita descalza... ¡Lo importante es que todos lleguen a la meta!).

(10) Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan. Jesús les dice: «Traed de los peces que acabáis de coger.» Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red.

¡Al final todos llegan hasta Jesucristo! ¡Eso es lo importante! ...Y ven unas brasas esperándoles para cocinar su pesca...

Jesús, no es tan ruin como el pedazo de pez que le "dimos" en la primera aparición a los Apóstoles tras Su Resurrección, ¡Él da 153 peces y encima prepara las brasas...! 

San Pedro aprende del Amor servicial del Maestro y él va a por las redes repletas... ¡El Amor es felizmente contagioso!

(11) Jesús les dice: «Vamos, almorzad.» (...) Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado.

Jesús les invita a almorzar y Él mismo les sirve... ¡Y es que van a necesitar fuerzas y energías para entregarse en el apostolado de esas 153 naciones (el número de peces es el de las naciones conocidas entonces) que aún no tienen a Cristo como Salvador!

¡Y también a mí el Señor me ha da de comer! Cómo cuando un día de ayuno Él fue mi único alimento, ¡me alimentó! Y así pude entrar yo en Su Infinitud mientras Él entraba en mí... ¡Otro precioso Misterio de Amor! ¡Ese día él también me dijo: ¡Vamos almuerza!"

(12) Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor.

La certeza hace innecesarias sus palabras. ¡El corazón de cada uno les fue más útil para llegar a Jesucristo que sus sentidos!

(13) Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos.

Y así fue la tercera aparición del Señor tras vencer para nosotros a la muerte. Y estas apariciones fueron necesarias para devolver la Fe a los discípulos, que la habían perdido, porque habían visto a Jesús en la cruz, y conocían la Sagrada Escritura que dice: "¡maldito el que cuelga del madero!" ¡Y al ver allí a Jesús perdieron la Fe, que Su Resurrección les devolvió!

Así que, sobre todo, no hay que olvidar que:

¡¡¡JESUCRISTO HA RESUCITADOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!

(14) Después de comer, dice Jesús a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?» (...) Por segunda vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?» (...) Por tercera vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?»

Y comienza el diálogo con Simón, el Apóstol elegido por Dios para ser la piedra sobre la que construir la Iglesia,... 

Y le hace tres preguntas. Todas ellas comienzan igual: «Simón, hijo de Juan,..."

Llamándole por su nombre y mencionando de quién procede el Señor indica que le conoce muy bien,... (¡Cómo nos conoce muy bien a cada uno!)... Y le llama a recordar quién es... ¡Eso es lo primero que quiere el diablo, que olvidemos quienes somos!

También por tres veces le recuerda quién es Él, e invita a que él a su vez reflexione con quién está hablando... Él es Simón Pedro, el hijo de Juan,... y está hablando con Jesucristo,... ¡El hijo de Dios! Y no conviene nunca perder de vista al orar estás dos cosas: 1º Quienes somos nosotros... y 2º Que estamos hablando con Dios...

Pero vamos a analizar las tres preguntas, que parecen iguales pero tienen matices:

«Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?»

¿Por qué es importante que Cristo sepa que San Pedro le ama más que el resto de los Apóstoles? ¡Porque va a recibir más talentos que los demás Apóstoles! Y el criterio que sigue Jesucristo, para dar Su Autoridad a "su sucesor" al frente de la Iglesia no será su pasado intachable, ni su inteligencia, ni su oratoria excepcional, ni que sea un gran sabio,... ¡NO! ¡Quiere poner al frente de la Iglesia al que más le Ame! Porque Dios es Amor, y el que más Ame mejor representará a Dios...

- «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?»

...Aquí ya no busca al que más Ame de todos ellos,... 

Esta pregunta va referida sólo a San Pedro,... Le invita a que mire en su interior y vea si de verdad le Ama, si de verdad le mueve el Amor a Jesucristo,... 

«Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?»

Y esta pregunta que parece igual, ¡para mí no lo es! (Y aviso que es mi opinión, y quién no esté de acuerdo puede tener razón)... 

Para mí la pregunta segunda se refiere al Amor, (y Dios es Amor), pero desde un punto de vista más elevado... La tercera es más familiar. Habla más de cariño, camaradería, está llena de humanidad...

En mi opinión la segunda pregunta quiere decir: - "¿Simón, me Amas a mí, Jesús, como Dios verdadero?"... Y la tercera vendría a ser: - "¿Simón, me Amas a mí, Jesús, como Hombre verdadero y compañero tuyo?... 

¡Pero también era necesario, por otro lado, reafirmar tres veces lo que tres veces fue negado!

Y ahora, salvando las distancias, os invito a mezclar todos estos elementos e imaginaros que Jesucristo resucitado se pone frente a ti, te llama por tu nombre concreto, y te dice que eres hijo o hija de... y te pregunta: "¿Me Amas como Dios y Señor? ¿Y me amas como Hombre y Amigo?"... ¡¡¡Pues yo creo que lo hace cada día!!! ¿Qué le contestas?

(15) Él le contestó: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» (...) Él le contesta: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.»  (...) Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le contestó: «Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero.»

Simón sigue cargando el dolor de su pecado. Nunca ha dudado que el Amor de Dios es más grande que sus infidelidades, pero no puede evitar sentir tristeza y arrepentimiento por lo bajo que cayó...

Por otro lado ver al Señor resucitado y vencedor de la muerte le ha llenado de una profunda Alegría y una profunda PAX... ¡Cómo no había tenido desde Su Pasión y Muerte! Y esa PAX se impone sobre cualquier otro pensamiento o sentimiento cuando le responde: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» 

Y sigue disfrutando de esa PAX cuando le responde por segunda vez: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» 

¡La tercera vez es más dolorosa, porque evoca directamente a sus tres negaciones! Pero San Pedro, sigue el camino de la humildad y la penitencia, y sabe que le volverá a contestar lo mismo cada vez que le pregunte. También sabe que Jesús no tiene necesidad de preguntarle porque le conoce perfectamente, y así brota su última respuesta: «Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero.» 

(16) Jesús le dice: «Apacienta mis corderos.» (...) Él le dice: «Pastorea mis ovejas.» (...) Jesús le dice: «Apacienta mis ovejas.  

Y a cada una de las respuestas de San PedroJesucristo le responde confirmándole en la Misión que le dio como cabeza de la Iglesia... (No como un obispo más. Sino como la Piedra que sostendrá a toda la Iglesia... Por eso el Papa, no es sólo el Obispo de Roma, ¡es mucho más! ¡Y Jesucristo así lo quiso!)

Y la misión de San Pedro es apacentar el rebaño del Señor, hasta que vayan a los pastos del Cielo. ¡Difícil misión llena de responsabilidad! ¡Porque se le pedirán cuentas de cada oveja que se pierda por su negligencia!... (¡Por eso todos rezamos por Él! ¡Porque ningún puesto es tan difícil en la Iglesia!)...

Pero usa en vez de la palabra "rebaño", (abstracta y genérica), las palabras: "corderos" y "ovejas" (esta última dos veces),... ¡Y es que el Señor quiere que su rebaño esté constituido por mujeres y por hombres! ¡Las mujeres no contarían en esa época para el Derecho Romano, pero sí para Dios

(17) Te lo aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías;

Las palabras: "Te lo aseguro" señala que Jesús enfatiza la enseñanza que San Pedro recibirá. ¡Su primera enseñanza tras ser confirmado como Papa!

Y comienza, aparentemente, hablando del pasado de Simón,... cuando era joven, libre de decidir sobre su destino, y capaz de ceñirse por sí mismo...

(18) pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras.»

... sin embargo en la vejez tendrá que aceptar incluso que otro le ayude a vestirse, y ya no será libre de ir sino a donde le lleven...

Parece que ahora contrapone los valores de la juventud: vigor, fuerza, libertad; con los de la senectud: humildad, aceptación, paciencia, resignación, centrarse en preparar el encuentro con Dios...

(19) Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios.

¡Pero no! ¡No trata sólo de eso! ¡Le está hablando de que en la fidelidad en su Ministerio tendrá que estar preparado para aceptar la muerte! (¡Y así fue!)...

También le está diciendo que ya no es libre, y debe dejarse conducir por Dios en sus actos... ¡Su vida ya no es suya sino de Cristo, a quién se ha consagrado!

Al principio parece que la juventud es lo bueno, porque es una fase que se deja llevar por las apetencias... ¡pero no! ¡Es el anciano, el que tiene la sabiduría suficiente para dejarse vestir y llevar a donde quiere el Señor! ¡Lo importante no son las vanidades humanas, sino lo que sea importante para alcanzar la Vida Eterna!

(20) Dicho esto, añadió: «Sígueme.»

Y tras su primera lección le invita a seguirle... ¡y le siguió! Y aquel que le negó tres veces, supo morir en la cruz como Su Señor... ¡Tras una vida para mayor Gloria de Dios! Y es que Dios no quiere al más sabio, a aquel de pasado intachable, al más guapo, ni al mejor orador... ¡Dios busca al que más Ame! ¡Y San Pedro Amó mucho! ¡Hasta la última gota de su sangre, en su crucifixión cabeza abajo!

+ Mi oración hoy por el Papa Francisco, el hombre que el Espíritu Santo eligió para ser cabeza de la Iglesia de Jesucristo... ¡Porque se mantenga siempre en la PAX del Señor y que la Santísima Virgen le proteja de las insidias diabólicas!

+ Y por el Papa Emérito Benedicto XVI, por su santidad y perseverancia final. Porque continúe esa Vida dilatada, sabia y fecunda, que tanta Gloria a Dios ha dado y sigue dando. Recuerdo sus últimas palabras antes de subirse al helicóptero que le llevaría a su retiro: "Ahora dejo de hablarles a ustedes de Dios, para hablarles a Dios de ustedes". (La verdad es que hablar de Benedicto XVI me emociona, porque fue el Papa de mi conversión y porque aquella tormenta en Cuatro Vientos que compartimos me unió mucho a él... ¡Grande, sabio y santo, querido Benedicto XVI! ¡Qué el Señor le sostenga y le persevere hasta que llegue a la Casa del Padre!).

+ Por todos los Obispos, Presbíteros, Diáconos, Seminaristas, Monjas, Monjes, Religiosas y religiosos, catequistas, catecúmenos, por todos los Fieles laicos y por sus familias y amigos,...

+ ¡Porque todos nos dejemos ceñir por el Espíritu Santo! ¡Ven Espíritu Creador!

Tras 809 días seguimos con el Libro del Sirácida o del Eclesiástico, que hablar sobre los siervos. Hoy 33, 32-33:

"Si tienes un esclavo, trátale como a un hermano,
porque necesitas de él como de ti mismo.
Si lo maltratas, se marcha y se extravía,
¿por qué caminos los buscarás?"

¡¡¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN HERMANOS!!!  ¡¡¡Besos y abrazos  DE  COLORES  !!!

 Pd: Y no olvidéis nunca que cualquier semilla puede ser el origen de un bosque, (si Dios  así lo quiere)... ¡¡¡Esparcir Sus semillas!!! ¡No os las quedéis sólo para vosotros!


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