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jueves, 3 de febrero de 2022

VIERNES 4.2.2022 AD: "¡No perdamos la cabeza! ¡Que el mal se destruye a sí mismo!"... (Mc 6, 14-29):

EVANGELIO DEL VIERNES 4.2.2022 AD:

V 4. "¡No perdamos la cabeza! ¡Que el mal se destruye a sí mismo!"... (Mc 6, 14-29):

¡¡¡Buenos días hermanos!!! Hoy se nos invita a encontrarnos con Dios en el Santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según  San Marcos, (6, 14-29); que muestra el (en apariencia) trágico final de San Juan Bautista, y del contraste entre Nuestro Dios,  (buen Señor lleno de Amor, capaz de humillarse y hacerse Hombre por llegar a nosotros); y un triste tirano, que se cree poderoso y triunfador y que la vida de sus súbditos le pertenece, y que es capaz de matar por la vanidad de una promesa hecha a cambio de una danza... 

¡Siempre ha habido y habrá tiranos! ¡Y siempre ha habido y habrá mártires hasta el fin de los tiempos! Pero como decía una frase: "El tirano muere y su reino termina; el mártir muere y su reinado comienza". (Y es muy importante pensar: ¿Dónde queremos reinar nosotros? ¿En tierra o Cielo?)


Y mucha más LUX me dio leer en el Libro de la Sabiduría 3,5 lo que Dios piensa de las almas de los justos muertos: "Por una ligera pena recibirán grandes favores, / porque Dios los probó / y los encontró dignos de Él."

A afrontar el escándalo que es ver avanzar (aparentemente) el mal nos ayudan las palabras que dijeron a Karol, un joven polaco que pensaba meterse en la resistencia armada contra el Nacional socialismo que sojuzgaba Polonia: "No te preocupes por el mal, porque el mal se destruye a sí mismo. Tú Preocúpate sólo de construir el bien, y cuando el mal caiga perdurará lo que hayas construido..."

¡Y así fue! ¡El nazismo fue vencido en Polonia por el comunismo, y el comunismo fue incapaz de sobrevivirse a sí mismo, y el paraíso que iban a construir en la tierra fue una pesadilla y los que iban a liberar al pueblo fueron sus tiranos! Y, sin embargo, el joven deportista polaco se hizo un humilde sacerdote de Cristo, que, aparentemente, no podría cambiar nada, pero luego fue nombrado obispo y finalmente Papa, y después canonizado como San Juan Pablo II... 

¿Dónde está hoy Herodes? ¿Y los genocidas nazis y comunistas? ¿Dónde están esos imperios que iban a durar mil años?

Sería bueno seguir su consejo y no preocuparnos por el mal, sino por construir el bien, porque el mal se destruye a sí mismo. ¡Que el Señor nos ayude a construir entre todos el bien! Vamos de Su mano al Evangelio de hoy: ¡¡¡Ven Espíritu Santo!!! ¡¡¡Ven Espíritu Creador!!! 

(1) "En aquel tiempo, como la fama de Jesús se había extendido, el rey Herodes oyó hablar de él. (2) Unos decían: «Juan Bautista ha resucitado, y por eso los ángeles actúan en él.» Otros decían: «Es Elías.» Otros: «Es un profeta como los antiguos.» (3) Herodes, al oírlo, decía: «Es Juan, a quien yo decapité, que ha resucitado.» Es que Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel, encadenado. El motivo era que Herodes se había casado con Herodías, mujer de su hermano Filipo, y Juan le decía que no le era lícito tener la mujer de su hermano. (4) Herodías aborrecía a Juan y quería matarlo, pero no podía, porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre justo y santo, y lo defendía. Al escucharlo quedaba muy perplejo, aunque lo oía con gusto. La ocasión llegó cuando Herodes, por su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea. La hija de Herodías entró y danzó, gustando mucho a Herodes y a los convidados. El rey le dijo a la joven: «Pídeme lo que quieras, que te lo daré». Y le juró: «Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino». Ella salió a preguntarle a su madre: «¿Qué le pido?». La madre le contestó: «La cabeza de Juan el Bautista». Entró ella enseguida, a toda prisa, se acercó al rey y le pidió: «Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista». El rey se puso muy triste; pero por el juramento y los convidados no quiso desairarla. Enseguida le mandó a uno de su guardia que trajese la cabeza de Juan. Fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una bandeja y se la entregó a la joven; la joven se la entregó a su madre. (5) Al enterarse sus discípulos fueron a recoger el cadáver y lo pusieron en un sepulcro."

(1) "En aquel tiempo, como la fama de Jesús se había extendido, el rey Herodes oyó hablar de él."

La fama de Jesús crece por sus milagros y Su doctrina y llega a palacio. Es lógico en un pueblo que ansía un Mesías  (aunque es cierto que cada uno tiene su propia visión de Él: Rey político nacionalista, profeta, sacerdote o jinete del Apocalipsis...) ¡Pero todos esperan al Mesías! Y esta palabra está tan  contaminada que Jesús no la usa para sí y preferirá ser llamado "Hijo del hombre", sacado del libro del  profeta Daniel (7, 13-14) y al usarla se reconoce y proclama Dios:

"13 Yo seguía contemplando en las visiones de la noche: Y he aquí que en las nubes del cielo venía como un Hijo de hombre. Se dirigió hacia el Anciano y fue llevado a su presencia. 14 A él se le dio imperio, honor y reino, y todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieron. Su imperio es un imperio eterno que nunca pasará y su reino no será destruido jamás."

El drama de nuestra sociedad es que ya no espera al Mesías, y aún peor: ¡El Mesías ha venido y lo hemos ignorado o querido transformar en un ídolo que someter a nuestras apetencias. ¡Y ya sólo en nuestros corazones podrá volver a nacer el Mesías que intentan alejar de la vida pública y política! (Eso sí... ¡¡¡Si nace en nuestros corazones podrá reinar en el mundo entero!!! Al final, elijamos lo que elijamos... ¡¡¡Terminará reinando!!!).

(2) "Unos decían: «Juan Bautista ha resucitado, y por eso los ángeles actúan en él.» Otros decían: «Es Elías.» Otros: «Es un profeta como los antiguos.»"

¿San Juan Bautista ha resucitado? ¿Es Elías? ¿Es otro profeta? Curiosamente todos tenían parte de razón. San Juan Bautista, "resucitó" en la casa del Padre y resucitará. Sabían que tenía que venir Elías para señalar al Mesías y vino con Moisés en la Transfiguración. Y Jesús era un profeta y mucho más: era El Profeta, el Hijo de DiosDios Encarnado que comienza Su redención desde su concepción en el seno de Santa María Virgen. 

(3) "Herodes, al oírlo, decía: «Es Juan, a quien yo decapité, que ha resucitado.» Es que Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel, encadenado. El motivo era que Herodes se había casado con Herodías, mujer de su hermano Filipo, y Juan le decía que no le era lícito tener la mujer de su hermano."

Los remordimientos hacen que Herodes acepte la idea más difícil. Pero no le llevan a cambiar de vida, sino a recrearse pensando en lo que hizo. ¡Un paso más le habría salvado! Pudo dejar el pecado y buscar a Jesús... ¡Pero no! El primer paso es el más difícil de dar y él se quedó preso en sus lujos, su poder y una mujer ajena...

El primer paso es el más difícil de dar, y bien sabe el demonio que si lo damos ya tiene mucho perdido. Y es en los primeros momentos de la conversión cuando se empleará más a fondo... ¡Intentado disuadir al que se lo esté plateando! Y es que una vez que se vuelve a Dios y se siente Su abrazo, si la persona persevera en la oración y en la vida de Sacramentos y se aleja de las ocasiones de pecado... ¡El demonio no tiene nada que hacer ante la Gracia de Dios! Como muy bien le dijo el Señor a San Pablo: "Mi Gracia te basta"...
 


(4) "Herodías aborrecía a Juan y quería matarlo, pero no podía, porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre justo y santo, y lo defendía. Al escucharlo quedaba muy perplejo, aunque lo oía con gusto. La ocasión llegó cuando Herodes, por su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea. La hija de Herodías entró y danzó, gustando mucho a Herodes y a los convidados. El rey le dijo a la joven: «Pídeme lo que quieras, que te lo daré». Y le juró: «Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino». Ella salió a preguntarle a su madre: «¿Qué le pido?». La madre le contestó: «La cabeza de Juan el Bautista». Entró ella enseguida, a toda prisa, se acercó al rey y le pidió: «Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista». El rey se puso muy triste; pero por el juramento y los convidados no quiso desairarla. Enseguida le mandó a uno de su guardia que trajese la cabeza de Juan. Fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una bandeja y se la entregó a la joven; la joven se la entregó a su madre."

Herodes, reconocía la santidad de San Juan Bautista y en algunas cosas sigue su enseñanza. Porque no hay nadie tan perdido incapaz de escuchar la voz de Dios en su interior, ni que no sepa distinguir el bien del mal, (al menos por un instante o en algunas parcelas de su vida)...

Y aunque es necesaria nuestra respuesta y voluntad, cualquier mérito es de Dios: El que jamás pecó gravemente es por don de Dios, el que se convierte de una vida de pecado es también don de Dios, y si ambos perseveran y llegan a la santidad también será por don de Dios... ¡Así que no nos cansemos de pedir siempre sus dones! ¡Y la perseverancia final es de los más importantes!

¡Cuántas personas hacen el bien, aman mucho y viven con dignidad, pero no dan el primer paso que les haría volver a Dios! Y sólo necesitan cambiar pequeñas cosas (porque son gente buena) y están sobre una tierra húmeda, pero incapaces de beber el agua del río de Dios que baja clara y pura muy cerca de ellos. (Los que venimos del desierto valoramos muchísimo Su agua y el don que nos hizo abrazar la conversión y salir de esa tierra estéril)...

Y dejo que termine este punto "el Santo Cura de Ars", San Juan María Vianney: "No ir a recibir la Comunión es como alguien muriendo de sed al lado de un manantial". ¡¡¡Acudamos a la Confesión y comamos el Pan del Cielo, y bebamos el Agua de la Vida!!!

(5) "Al enterarse sus discípulos fueron a recoger el cadáver y lo pusieron en un sepulcro."

Y ahora tenemos que elegir nosotros: ¿Preferimos compartir con Herodes sus grandes festejos, sus atajos y violaciones a la Ley de Dios y su desgraciado destino eterno; o el de San Juan Bautista? O preguntado de otro modo: ¿Vamos a recoger y a honrar el cuerpo decapitado del Bautista, junto con sus discípulos, o nos quedamos admirando la sensualidad del baile de la hija de Herodías, como si nada hubiera pasado y como si nada tuviéramos que cambiar en nuestra vida?

+ Oremos por todos a los que el Señor les haya movido a leer este mensaje y que tengan la Santa paciencia de hacerlo. Para que Jesús les ayude a salir del desierto, grande o pequeño, que todos tenemos. Y que todos demos gracias a Dios por Sus regalos, ¡porque desde nuestro primer aliento de vida a ese primer paso todo es don de Dios! Por nuestra conversión, santidad y perseverancia final...

+ Por todos los enfermos de cuerpo, de alma y de mente, especialmente los que nos han encomendado y por los que nos hemos ofrecido a rezar...

Tras 724 días sigue el Libro del Sirácida o Eclesiástico, hablando de la salud. Hoy 30, 18:

"Manjares derramados sobre boca cerrada,

tales son las ofrendas a los ídolos."

¡Feliz y Santo día hermanos!  ¡Besos y abrazos  DCOLORES!!! 


Pd: Y no olvidéis nunca que cualquier semilla puede ser el origen de un bosque, (si Dios así lo quiere)... ¡¡¡Esparcid sus semillas!!! ¡No os la quedéis sólo para vosotros!



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