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miércoles, 11 de agosto de 2021

JUEVES 12.8.2021 AD: "¡Señor, ten paciencia conmigo! (Mt 18, 21-19,1):

EVANGELIO DEL JUEVES 12.8.2021 AD:

J 12. "¡Señor, ten paciencia conmigo! (Mt 18, 21-19,1):


¡¡¡Buenos días hermanos!!! Hoy se nos invita a encontrarnos con Dios en el Santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Mateo (18, 21-19,1); que viene a interpelarme... ¡justo cuando más lo necesito! Por eso es muy bueno frecuentar a Dios y al Evangelio, porque nos da LUX, y aunque eso nos muestre nuestras miserias, significa que vamos por buen camino... 

Así que pidámosle Su Gracia para poder cambiar, y poder aplicar a nuestras vidas este Evangelio, que viene a recordarnos que el juicio sólo es de Dios... ¡¡¡Ven Espíritu Santo!!! ¡¡¡Ven Espíritu Creador!!!

(1) En aquel tiempo, se adelantó Pedro y preguntó a Jesús: «Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces le tengo que perdonar? ¿Hasta siete veces?»
(2) Jesús le contesta: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. (3) Y a propósito de esto, el reino de los cielos se parece a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus empleados. Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así. El empleado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo: "Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré todo." El señor tuvo lástima de aquel empleado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda. (4) Pero, al salir, el empleado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, agarrándolo, lo estrangulaba, diciendo: "Págame lo que me debes." El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba, diciendo: "Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré." Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía. Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido. (5) Entonces el señor lo llamó y le dijo: "¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo pediste. ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?" Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda. Lo mismo hará con vosotros m¡ Padre del cielo, si cada cual no perdona de corazón a su hermano.» Cuando acabó Jesús estas palabras, partió de Galilea y vino a la región de Judea, al otro lado del Jordán.


(1) "En aquel tiempo, se adelantó Pedro y preguntó a Jesús: «Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces le tengo que perdonar? ¿Hasta siete veces?»" 
 
San Pedro, como a todos, le cuesta perdonar. Y propone siete veces como un límite máximo aceptable... Además de que el siete es el número que indica perfección para los hebreos... ¡Luego parecería que perdonando siete veces uno habría cumplido a la perfección con la Ley de Moisés! ¿Estará de acuerdo el Señor?

La verdad es que hoy, con perdonar una o dos veces uno ya está muy por encima de la media, porque unos dicen claramente que Dios perdona, pero ellos no; otros dicen que perdonan pero no olvidan, (con lo que tampoco parece que sea un perdón muy auténtico)...

Y siempre nos enfrentamos con nuestras limitaciones, y cuando algo nos duele de verdad, al recordarlo nos seguimos envenenando muchas veces: ¡Por eso es bueno perdonar y tratar de olvidar!

Yo tengo que reconocerlo que en esta asignatura suspendo,... ¡Y cuando llueve sobre mojado cada vez me cuesta más y más perdonar y olvidar! Así que, como para todo lo que no puedo conseguir humanamente, me voy al Señor y le ofrezco mis limitaciones, rencores, heridas y desprecios...).

¡En fin! ¡Quién pudiera perdonar de verdad siete veces! (Pero cuento con el Señor, y confío en Él, para que haga posible lo imposible, y me permita perdonar siempre).

(2) "Jesús le contesta: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete."

¡Pero Dios va mucho más allá! Y con el setenta veces siete, Jesucristo no se refiere que perdone 490 veces y a la 491 ya se le puede guardar rencor... ¡Quiere decir que hay que perdonar siempre! Y se lo explicará acto seguido con una parábola muy aclaratoria...

(3) "Y a propósito de esto, el reino de los cielos se parece a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus empleados. Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así. El empleado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo: "Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré todo." El señor tuvo lástima de aquel empleado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda."

El Rey es el Señor, y ya nos dice el Credo que: "ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos". Y conviene recordar que le rendiré cuentas algún día...

Pero aquí el Maestro, no se refiere al Juicio Final, ni al Juicio Particular, sino a los muchos pecados que Dios nos perdona en toda nuestra vida: Esos son los 10.000 talentos...

Y el hombre deudor pide perdón y paciencia con su inmensa deuda (es imagen del pecador que EN VIDA y consciente de sus muchos pecados acude a la Misericordia de Dios para evitar la condena eterna)...

Y el Rey (que es Dios): "lo dejó marchar perdonándolo la deuda"...  ¡Atención! No le fracciona el pago, ni le alarga el plazo, ni le dice que le de algo a cambio: ¡le perdona la deuda! ¡Totalmente! Y aquí vemos que la Misericordia de Dios va mucho más allá de nuestras expectativas...

Y así Dios nos perdona cosas que ni nosotros nos perdonamos... (Y si Dios me perdona yo no tengo derecho a no perdonarme. Eso sería despreciar la Misericordia de Dios; y soberbia, porque al final me siento mal por no haber sabido actuar y haber fallado, y no por haber ofendido a Dios. )

Y pedir Su perdón en una Confesión y aceptarlo es la humildad que Dios quiere de nosotros. (Y, que yo lo comprenda, no significa, por desgracia, que lo consiga)

La Confesión perdona la ofensa a Dios, pero el daño que nos ha hecho el pecado (porque es pecado todo lo que nos hace daño, aunque no nos demos cuenta) sigue dentro de nosotros y nos causa un gran desorden interno que debemos reestablecer, y a ello contribuyen cada Misa, cada oración, cada obra de misericordia, y además tenemos las indulgencias que la Iglesia concede, que no son ritos mágicos, sino que la Iglesia que, como es la administradora de la Gracia Redentora del Señor, y de todos los santos, puede conceder ante una peregrinación o hecho determinado la indulgencia total y parcial... ¡Así que no perdamos la oportunidad de ganarnos una indulgencia plenaria siempre que podamos! (Por ejemplo leyendo 30 minutos la Sagradas Escrituras y rezando por el Papa y sus intenciones y Un Credo. Y habiéndose confesado en siete días).

(4) "Pero, al salir, el empleado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, agarrándolo, lo estrangulaba, diciendo: "Págame lo que me debes." El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba, diciendo: "Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré." Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía. Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido."

El perdonado se encuentra con un compañero que le debe sólo 100 denarios, y se los exige sin Misericordia, le trata con violencia y le encarcela... ¡Y no es capaz de conceder la misma Misericordia que perdía!

Damos por hecho que nos merecemos el perdón de Dios, pero no tratamos con igual generosidad los defectos ajenos que los propios... ¡y les condenamos! (Y por esa condena seremos condenados sino cambiamos,...)

Como decía San Cesáreo de Arles"Todos desean alcanzar misericordia, pero son pocos los que quieren practicarla."
 
Nuestros pecados siempre nos parecen más simpáticos y comprensibles que los ajenos... ¡Por eso esta parábola nos ayuda tanto al convertirlos en denarios con un valor objetivo propio independientemente de a quién pertenezcan! Así que veámoslo así. ¡Hay quién nos debe 100 pero nosotros a Dios le debemos o le debíamos 10.000! (Y aún me parece poca deuda esta última)...
 
(5) "Entonces el señor lo llamó y le dijo: "¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo pediste. ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?" Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda. Lo mismo hará con vosotros mi Padre del cielo, si cada cual no perdona de corazón a su hermano.» Cuando acabó Jesús estas palabras, partió de Galilea y vino a la región de Judea, al otro lado del Jordán."
 
Y al enterarse el Rey se indigna de que no tuviera Misericordia y no perdonase cien, ese al que él le perdonó diez mil. Y le reprocha su falta de compasión y le condenó hasta que pagara su deuda...

El problema es que esa deuda es impagable (y más estando en la cárcel)... ¡Así que parece un castigo perpetuo! (Al que el Rey no condena realmente, si no que juzga con la ley que él juzgó)...

Y para que no haya dudas sale de la parábola a la realidad y dice que Dios  también juzgará sin compasión al que "no perdona de corazón a su hermano ".
 
Reflexión: Hay quien dice que "perdona pero no olvida". ¿Puede haber perdón de la deuda si sigo recordando lo que me debía? En principio Sí, si no albergo en su interior ningún sentimiento negativo al recordarlo...

Pero la frase mencionada encierra más de lo que dice en principio, y la gente termina  queriendo decir: "le perdono porque tengo que perdonarle, pero le tengo un asco que no se me va a olvidar nunca y si le pasa una desgracia me alegraré".... ¿Es eso perdonar de corazón al hermano? Por eso el perdón de verdad es el que olvida (o al menos el que se lucha firmemente por olvidar)...

Mi oración hoy porque el Señor nos ayude a perdonar para que podamos ser perdonados. Y también para que el Señor nos conceda  a todos el don de la conversión y de la perseverancia final, y ahora que parece que el desierto veraniego casi ha pasado, lo recordemos sólo como un periodo de crecimiento... ¡Hoy, como cada día, es una nueva oportunidad para acudir a Dios, para darle gracias o pedir perdón! ¡Bendito sea siempre!

Tras 554 días sigue el Libro del Sirácida (o del Eclesiástico). Hoy 23,12:

"Hay modos de hablar que merecen la muerte.
¡Ojalá no los haya en la casa de Jacob!
Porque todas estas cosas han de estar lejos de los piadosos,
y así no se revolcarán en los pecados."

¡Feliz y Santo día hermanos! ¡Besos y abrazos  DCOLORES!!! 

Pd: Y no olvidéis nunca que cualquier semilla puede ser el origen de un bosque, (si Dios  así lo quiere)... ¡¡¡Esparcid Sus semillas!!! ¡No os las quedéis sólo para vosotros!


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Texto del Evangelio sacado de www.ciudadredonda.org... Muchas ideas sacadas de los programas radiofónicos "Sexto Continente" y "El hombre de hoy y Dios" de Radio María España.... ¡Gracias por vuestra labor que tanto me ayuda! 

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