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domingo, 6 de diciembre de 2020

L 7. "Y el poder del Señor lo impulsaba a curar." (Lc 5, 17-26):

EVANGELIO DEL LUNES 7.12.2020 AD:

L 7. "Y el poder del Señor lo impulsaba a curar." (Lc 5, 17-26):


¡¡¡Buenos días hermanos!!! Hoy se nos invita a encontrarnos con Dios en el Santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Lucas (5, 17-26), que nos ayuda a crecer en este Adviento. 

Prestemos atención que seguro que el Señor quiere decirnos muchas cosas a través de este Evangelio de Adviento que la Iglesia nos propone. Ahora no vamos a leer, sino a hacer oración, a adentrarnos en la Grandeza de un Dios que se hizo Hombre para que pudiéramos encontrarlo, y vamos a Él acompañados de la mejor ayuda posible: ¡¡¡Ven Espíritu Santo!!! ¡¡¡Ven Espíritu Creador!!!

(1) "UN día, estaba Jesús enseñando, y estaban sentados unos fariseos y maestros de la ley, venidos de todas las aldeas de Galilea, Judea y Jerusalén. (2) Y el poder del Señor estaba con él para realizar curaciones. (3) En esto, llegaron unos hombres que traían en una camilla a un hombre paralítico y trataban de introducirlo y colocarlo delante de él. No encontrando por donde introducirlo a causa del gentío, subieron a la azotea, lo descolgaron con la camilla a través de las tejas, y lo pusieron en medio, delante de Jesús. (4) Él, viendo la fe de ellos, dijo: (5)
«Hombre, tus pecados están perdonados». (6) Entonces se pusieron a pensar los escribas y los fariseos: «¿Quién es éste que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios?». (7) Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, respondió y les dijo: «¿Qué estáis pensando en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir: “Tus pecados te son perdonados”, o decir: “Levántate y echa a andar”? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar pecados —dijo al paralítico—: “A ti te lo digo, ponte en pie, toma tu camilla y vete a tu casa”». (8) Y, al punto, levantándose a la vista de ellos, tomó la camilla donde había estado tendido y se marchó a su casa dando gloria a Dios. (9) El asombro se apoderó de todos y daban gloria a Dios. Y, llenos de temor, decían: «Hoy hemos visto maravillas»."


(1) "UN día, estaba Jesús enseñando, y estaban sentados unos fariseos y maestros de la ley, venidos de todas las aldeas de Galilea, Judea y Jerusalén. 

Jesús, está enseñado la Buena Noticia, y por el numeroso público que tiene vemos que pasa por un momento de mucho éxito; y, además, habían acudido allí sólo para oírle "unos fariseos y maestros de la ley, venidos de todas las aldeas de Galilea, Judea y Jerusalén."... ¡Y esa expectación nos habla de Su inmensa fama!

Así que, estos fariseos hacen una cosa buena: dejan todo y recorren muchos kilómetros sólo por ver al Señor...

Exteriormente son buenas acciones, sólo lo que las motiva puede desmerecerlas. ¡Y eso sólo lo sabe Dios! Por eso es absurdo intentar ocultar algo a los ojos de los hombres, porque Dios lee los corazones y las almas. Y esto es bueno, porque así valora también las buenas intenciones y no sólo los frutos... ¡O íbamos listos! (Al menos yo)...

(2) Y el poder del Señor estaba con él para realizar curaciones. 

Jesucristo, está siempre en contacto con Dios Padre, y obedece a lo que Él le pide que haga, que en esta ocasión es curar...

Y esta escena nos muestra la grandeza de Dios, y Su Infinita Bondad: Dios crea a la Persona con toda Su inmensa dignidad. Nosotros le desobedecemos y pecamos, (y eso nos hace daño a nosotros y el dolor y la muerte entran en el mundo)... ¿Y qué hace Dios? ¡Sólo desea curarnos! 

De hecho lo primero que Dios hace es precisamente eso: ¡¡¡sanarnos!!!

(3) En esto, llegaron unos hombres que traían en una camilla a un hombre paralítico y trataban de introducirlo y colocarlo delante de él. No encontrando por donde introducirlo a causa del gentío, subieron a la azotea, lo descolgaron con la camilla a través de las tejas, y lo pusieron en medio, delante de Jesús.

...¡Una imagen impactante! ¡Qué me da mucho en que pensar!

1º.- El paralítico tenía muy buenos amigos o familiares, que le querían mucho, y que hacen por él lo mejor que pueden hacer: ¡llevarle a Dios! (Por eso, si soy cristiano y alguien está lejos del Señor y no intento acercarle a Dios, la verdad es que no lo quiero, porque le estoy privando del único regalo importante que puedo hacerle).

2º.- La Fe de los camilleros es a prueba de bomba. Y superan todos los obstáculos que se les ponen en el camino. Y lo hacen porque aman mucho, y por Amor suben al tejado, mueven losas y descuelgan al enfermo... ¡Y Dios ve el Amor que ponen al hacerlo! Y pudiendo curarle antes de que se subieran al tejado, ¡siempre quiere contar con nosotros y lo hará cuando se lo lleven!

3º.- Y mucha gente necesita que se les lleve a Jesucristo en una camilla... ¡Y muchas veces he sido testigo de ello! Cuando he conocido a hermanos que acababan de hacer un Cursillo de Cristiandad, y te dicen que han vuelto a nacer, y se les ve con la Alegría del primer Amor brillándoles en los ojos, llenándoles el corazón, y manifestándolo con los labios... ¡Cada vez estoy más contento con el lugar de la mies en que me ha puesto el Señor, y Cursillo tras Cursillo se va alegrando más y más mi corazón! Y hago mías las palabras de Santa Teresa de Calcuta: "A veces pensamos que lo que hacemos es solo una gota de agua en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota".

De verdad, que los que no lo hayáis hecho, especialmente los que más lejos estéis (o creáis estarlo) de Dios, os recomiendo que lo hagáis sin tardanza. Porque muchos pensaron: "Eso no es para mí" y gracias a Dios terminaron diciendo que era lo mejor que les había pasado en la vida...

(4) Él, viendo la fe de ellos, dijo: 

Cristo ve la Fe que ellos tenían. ¿Pero quienes son ellos? ¡Pues desde luego los camilleros todoterreno, capaces de vencer cualquier obstáculo! 

Y puede que quizá en ese ellos esté incluido también el paralítico, que pudo estar dándoles la tabarra durante mucho tiempo hasta que consiguió que le llevaran...

Sea como fuere lo importante es que consiguieron que Dios se fijara en su inmensa Fe, y por eso les hizo el milagro... ¿Y yo? ¿Rezo con la misma Fe? ¿Y nosotros, rezamos con una Fe tan grande que mueva el corazón de Dios? ¿Tenemos una Fe tan grande capaz de vencer obstáculos o nos quedamos parados mirándolos y diciendo: "qué lástima, sino hubiera tanta gente  podríamos incluso llevar a mi amigo para que el Señor le curara"?

Pues sí, el Señor ve la Fe que tiene cada persona, y viendo la Fe de estos hombres dirá:

(5) «Hombre, tus pecados están perdonados». 

¡Y necesitamos oírlo! ¡Necesitamos oír que nos dicen que nuestros pecados están perdonados para volver a comenzar y sentir el abrazo de Dios! Y eso el Señor lo sabía, y por eso se lo dice, y por eso instituye el Sacramento de la Penitencia, para que oigamos a través de uno de sus ministros como el mismo Jesucristo nos absuelve de todos nuestros pecados...

Por eso el confesionario es uno de los lugares más santos de la Iglesia: ¡Porqué en él está Cristo perdonando nuestros pecados en cada confesión! ¡E importante es el altar donde el Señor viene en la transubstanciación, y el ambón donde se lee la Palabra de Dios! ¡Y por supuesto el Sagrario donde está Su presencia real! (Cuidemos, veneremos y respetemos especialmente estos lugares y démosles un trato especial, mayor aún que el trato especial que merece cualquier parte de la Iglesia).

Cada vez veo el Sacramento de la Reconciliación como el mayor de los regalos que tenemos. ¡Y pensar que hubo un tiempo que me agobiaba! Y ya decía San Felipe Neri: "El diablo te quita la vergüenza para pecar y te la devuelve para confesarte". ¡Pero acudir a él siempre me llena de PAX y me renueva por dentro! 

¡Y qué bonito es oír decir: "¡Tus pecados están perdonados, vete en paz!". Y fue bonito oírlo para el paralítico del Evangelio, y también lo es siempre para mí. ¡Y a los dos nos lo dice siempre Jesucristo en persona! (¿Hay algo más importante que hacer hoy que ponerse en paz con Dios? ¡No lo creo!).

(6) Entonces se pusieron a pensar los escribas y los fariseos: «¿Quién es éste que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios?». 

Y se nota que estos escribas y fariseos se sabían muy bien la teoría, y comprendieron muy bien, pero no tuvieron Fe para creer... ¡¡¡Sólo Dios puede perdonar pecados!!! (Ni psicólogos, ni magos, ni limpiadores de auras). Y si mi conciencia me remuerde, ninguno de los anteriores lo remediará... ¡Un sacerdote sí!

¡Y eso es lo malo! Quedarnos aparentemente cerca de Dios, pensar que le conocemos, y luego fallar en lo principal: ¡Cómo los profesionales de la religión del siglo I! (Y en esto me veo reflejado, y muchas veces siento que fallo en lo principal. Pero la solución siempre es la misma: ¡Estar mucho más cerca de Dios!).

Y ¡Sí! ¡Jesucristo es Dios, y por eso puede perdonar pecados! Y por eso lo dice y lo hace... ¡Y por eso fue condenado a muerte! ¡¡¡Por decir que es Dios!!! Y no sólo lo dirá en el momento de su muerte, sino que lo dice, lo da a entender y actúa como tal durante todo el Evangelio... ¡Y por eso venció a la muerte y hoy está vivo! ¡Y por eso no es lo mismo creer en Él, y tenerlo como centro y cimiento de mi vida, que no hacerlo y vivir una vida sin Dios, preludio de una eternidad sin Dios!

(7) Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, respondió y les dijo: «¿Qué estáis pensando en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir: “Tus pecados te son perdonados”, o decir: “Levántate y echa a andar”? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar pecados —dijo al paralítico—: “A ti te lo digo, ponte en pie, toma tu camilla y vete a tu casa”».

Esto es como decirles no sólo lo digo, actúo y hago Milagros con el Poder de Dios... ¡¡¡Porque soy Dios!!! Y si vosotros dejarais de lado vuestros prejuicios lo veríais... ¡Pero no lo veis, porque no queréis! ¡Ni queréis conocer la Verdad, no sea que os haga salir de vuestra zona de confort! (Para ellos Dios era un ídolo que podían manejar, y ver Su Poder, y oír la llamada a la conversión que les hacía el Señor les daba auténtico pavor).

En sus corazones no se cumple el "Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios..." ¡Y ellos no pueden verle teniéndolo delante!

Y deja por un momento a los que sabe que no le aceptarán para atender al que acaba de perdonar los pecados. Y le dice: ..."A ti te lo digo, ponte en pie, toma tu camilla y vete a tu casa». "

Y le ofrece así la Salvación del alma, y a la vez la curación del cuerpo... ¡Sólo tiene que aceptarlas!

(8) Y, al punto, levantándose a la vista de ellos, tomó la camilla donde había estado tendido y se marchó a su casa dando gloria a Dios. 

Su Fe es grande y no replica nada a Jesús. No le dice: "¿Cómo voy a levantarme si soy un paralítico?". Sólo confía, tiene Fe y se levanta de golpe. Y se marcha a su casa, andando, con la camilla en la mano. ¡Pero esto no es lo más importante! ¡Lo más importante es que se marcha sin pecados y dando Gloria a Dios! ¡Y haberse encontrado con Cristo, y ver a Dios, será para él mucho más importante que haber recuperado la movilidad! Y se marcha a casa muy alegre y "dando gloria a Dios"...

¡Qué no se nos olvide la oración de acción de gracias y de alabanza a Dios! (Porque si caminamos y continuamos en pie, en la vida y en la fe, es sólo gracias a Él)...

(9) El asombro se apoderó de todos y daban gloria a Dios. Y, llenos de temor, decían: «Hoy hemos visto maravillas».

Todos son conscientes de haber visto Milagros. Y eso les lleva al asombro, y también dan Gloria a Dios, porque se alegran de haber visto en sus hermanos los Milagros del Señor. (Igual pasa cuando uno va ayuda en un Cursillo de Cristiandad, que termina dando Gloria a Dios por los Milagros que ve en la vida de sus hermanos).

Pero también les llena de temor... ¡Del santo temor de Dios! (Qué no es que Dios me de miedo, sino tener temor a perderle, temor a que un día no esté en mi vida. De ese temor hablan los versos de Santa Teresa de Jesús:

"Quédate Señor conmigo,
siempre y sin jamás partirte
y cuando decidas irte
llévame Señor contigo.
Pues el pensar que te irás
me causa un terrible duelo
de si yo sin Ti me quedo
de si Tú sin mí te vas..."

Los versos siguen, así que os animo a leerlos y a rezar con ellos...

Reflexión: Hay paralíticos del cuerpo y paralíticos del alma. Los primeros los conocemos y sabemos distinguirlos. Los segundos podemos serlo y no saberlo: son los que no pueden ir a Dios por tener quebraba su voluntad, y las piernas de su espíritu no pueden sostenerles, y hacerles caminar. A veces quisieran hacerlo, pero se sienten derrotados antes de comenzar y ni lo intentarán...

Nos apenan y nos condolemos por los paralíticos del cuerpo; y, sin embargo, estamos acostumbrados a que haya muchos más del alma, que no nos dan tanta pena, pero que tienen un futuro mucho peor que los primeros...

+ Hoy os invito a orar por todos los paralíticos de cuerpo, y sobre todo de alma. Y porque el Señor nos libere y permita que recuperemos la completa libertad de movimientos... ¡Porque a veces quisiera que pudiera moverse todo mi corazón tibio y endurecido!... ¡Y porque el Señor siga hacienda Milagros a nuestro alrededor y no nos terminemos de acostumbrar nunca a ellos!

Tras 342 días sigue el Libro del Sirácida (o del Eclesiástico). Hoy 15, 5, que sigue hablando del bien que nos hace la Sabiduría: 

"Lo levantará por encima de sus vecinos
y en medio de la asamblea le abrirá la boca."

¡Feliz y Santo día hermanos! ¡Besos y abrazos DCOLORES!!!

Pd: Y no olvidéis nunca que cualquier semilla puede ser el origen de un bosque, (si Dios así lo quiere)... ¡¡¡Esparcid sus semillas!!! ¡No os la quedéis sólo para vosotros!!!



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