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jueves, 24 de septiembre de 2020

VIERNES 25.9.2020 AD: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» (Lc 9, 18-22):

EVANGELIO DEL VIERNES 25.9.2020 AD: 

V 25. «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» (Lc 9, 18-22):           


¡¡¡Buenos días hermanos!!! Hoy la lectura del Santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Lucas (9, 18-22), me recuerda (aunque no las leeréis en el Evangelio de hoy), las palabras que sí están en otros sinópticos, que dijo el Señor en esta misma escena y que están escritas en latín, en letras gigantes en el Vaticano: "Tu eres Pedro, y sobre esta Piedra edificaré mi Iglesia, y las fuerzas del infierno no prevalecerán sobre ella"...

¡Qué bonito fue subir andando hasta la linterna y luego la Cúpula, para poder leerlas bien de cerca y reflexionar sobre ellas... ¡Pero volvamos al Evangelio, porque será la Palabra de Dios y no mis recuerdos los que nos restauren, nos liberen y nos sanen por dentro! Y estos viajes es mejor no hacerlos solos:... ¡¡¡Ven Espíritu Santo!!! ¡¡¡Ven Espíritu Creador!!!

"(1) Una vez que Jesús estaba orando solo, en presencia de sus discípulos, (2) les preguntó: «¿Quién dice la gente que soy yo?» (3) Ellos contestaron: «Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.» (4) Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» (5) Pedro tomó la palabra y dijo: «El Mesías de Dios.» (6) Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie. (7) Y añadió: «El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día.» ".

(1) Una vez que Jesús estaba orando solo, en presencia de sus discípulos,

Nada más leer esta frase me he preguntado: ¿Cómo puede uno estar orando solo en compañía de otras personas? ¿Cuál es el error? ¡Y no hay error! Porque Jesús estaba orando Él solo, recogido interiormente... y por tanto aunque estaban todos juntos no era una oración compartida, ni hecha en Comunidad... ¡Jesús, efectivamente, estaba orando solo!

Pero los discípulos estaban presentes, mirando rezar al Señor... Y eso parece enseñarnos que una parte de la cotidianeidad del discípulo es mirar al Maestro... No sólo escucharle cuando predica, sino también observarle en sus acciones y silencios... ¡Y eso hacían los discípulos!

Y de la contemplación pudo nacer el diálogo. Porque Dios comenzó a hablarles, y...

(2) "...les preguntó: «¿Quién dice la gente que soy yo?»  ". 

Y esta pregunta que lanza Jesucristo tras una oración interior intensa es muy importante para conocer el estado de los discípulos... (de los de ayer y de los de hoy)... ¡Porque mucha gente puede creerse cristiana y no serlo! Y esta repuesta desenmascara si somos o no cristianos,...

Por ejemplo no es cristiano quién responde: "Un hombre bueno" (Hay muchos hombres buenos, y eso no hace a nadie cristiano); "Un libertador" (Hay muchos que se dicen libertadores y que no llevan a Dios... ¡y la mayoría esclavizan más que libertan! -dicho sea de paso-); "Un gran filósofo" o un "gran gurú espiritual" (También hubo muchos y sus cuerpos están en sus sepulcros, y aunque sus nombres se perciban como inmortales en el imaginario colectivo ya han comparecido ante Dios en su juicio particular, y ya no les valdrá su inmenso conocimiento o su fortaleza de espiritú, ¡Sólo les valdrá si han sido o no santos!)

(3) "Ellos contestaron: «Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.» ".

Ellos contestaron exactamente igual que lo que el pobre Herodes barajaba en su mente... Lo que muestra que ambos conocían bien  a la sociedad de su tiempo... (Y, por tanto, las reflexiones que hicimos son idénticas para este punto...)

(4) "Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» "

Y aquí el Evangelista, lleno del Espíritu Santo, ha sabido entre éste Evangelio y aquel ir acercándonos la pregunta desde los extrarradios más lejanos, a nuestras fronteras... para luego directamente golpearnos a nosotros con esta rotunda pregunta,... (Qué será la que muestre si somos o no cristianos... si seguimos al Dios Encarnado o a otro ídolo mundano, y eso en el caso de que lo sigamos... ).

Primero nos muestra los procesos internos  que se daban en el interior de Herodes, una persona muy alejada de cualquier modelo de santidad cristiano, pero que sí conserva en su interior algo que sigue buscando a Dios... ¡Aunque lo acalla continuamente! ... Luego se nos presenta la gente corriente, y por último la pregunta llega hasta el círculo más íntimo de Jesús, a los Apóstoles, pero queda en la Palabra de Dios como un dardo que viene hacia nosotros:  «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»

Y esta pregunta queda flotando en nuestra memoria, y se nos invita a contestarla, desde el silencio, desde la reflexión... ¡Y de su respuesta dependerá todo!

Santo Tomás de Aquino, diferenciaba entre "voluntad" y "veleidad",... Y en ambas palabras se encuadran los Apóstoles y Herodes...

Empezando por el final, recordamos la veleidad de Herodes: Le gustaría ver a Jesús... ¡pero no va a hacer nada por hacerlo! No va a esforzarse, ni a perseverar, ni a dedicarle tiempo. Es solo una idea que pasa por él: "Y tenía ganas de ver a Jesús". ¡Pero sólo es una ocurrencia más! ¡No sera una reflexión tan importante que cambie su vida! No modificará su rumbo y seguirá prisionero de su vida cómoda y de sus lujos, y seguirá teniendo relaciones con una mujer con la que no puede casarse porque es mujer de su hermano, y deseando a la vez a la hija de esta... ¡Esta es la veleidad!

Y frente a la veleidad está la VOLUNTAD: Que es querer algo y estar dispuesto a poner todos los medios por conseguirlo, y a pelear por ello, ¡una y otra vez! ¡Porque es querer de verdad! Y puede que  uno fracase en su empeño... ¡Pero luchará hasta el final por conseguirlo! ¡Aunque caiga mil veces! Porque sabe que sólo tiene que luchar de verdad y levantarse mil una... (Lo bueno en el terreno espiritual es que las fuerzas no son las nuestras, sino las de Dios, y que Él suple nuestras carencias, y Él hará posible que lleguemos hasta Dios, si en ello ponemos nuestra voluntad...)

Pero la pregunta sigue esperándonos para retratarnos ante ella:  «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» "

Quizá convenga hacer un instante de silencio interior para respondernos cada uno de nosotros a esta pregunta... ¡Con tranquilidad! ¡No hay prisas! ¿Quién es Jesucristo para tí? ¡De verdad, no hay prisa! Sólo mira dentro de Ti y responde... (No es una pregunta más... ¡¡¡Esta el la Pregunta!!!)... ¡Tranquilamente! ¡Dedícale un instante a responderla,... desde el corazón!

(5) "Pedro tomó la palabra y dijo: «El Mesías de Dios.» "...

San Pedro no necesita resucitar profetas, ni sigue esperando a ningún Mesías... ¡Porque le tiene delante! ¡Es consciente de que se han cumplido las promesas de Yavé, y está ante él el Mesías esperado!

¡Dichoso Pedro, porque tuvo claro el destino al que quería ir y puso toda su voluntad el lograrlo! Y por eso dejó su barca, y por eso siguió a Jesucristo, y por eso proclamó su Fe, y por eso volvió junto a los Apóstoles sin dudar, incluso tras negar a Jesús, y supo que el Amor del Señor iba a ser siempre mayor que su pecado. Y por eso volvió a predicar tras ver a Jesús resucitado; y por eso hizo Milagros en el nombre de Jesús,... y por eso terminó muriendo mártir,... ¡Bendito Pedro, porque abrazó la voluntad y desterro la veleidad! ¡Y por eso hoy es San Pedro!

(6) "Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie."

Quizá porque Dios tiene Sus tiempos y Jesucristo quería seguir esperando a que una moción del Espíritu Santo o en oración ante Dios Padre, le mostrara que ya era el momento. O quizá porque Dios deja que sea su ejemplo y sus enseñanzas las que vayan descorriendo el velo y nos muestren poco a poco que Él es el Mesías. O quizá porque Él no quería ser el protagonista, sino Dios Padre, y quizá eso mismo pensaba cuando rezaba el Salmo 113: "No para nosotros Señor, no para nosotros, sino a Tú nombre da toda Gloria". (Por supuesto Dios es perfecta Unidad, y a pesar de ser tres personas, no es nosotros, sino "YO", pero el resto del significado del Salmo sí le sirve perfectamente, y nos muestra que el camino de la humildad es el que más nos acerca a Dios...).

(7) "Y añadió: «El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día.» ".

Y nos muestra que a pesar de Su Divinidad seguirá el camino del sufrimiento, será despreciado y ejecutado para poder nacer a la Gloria. Y es que, Dios, no creó el dolor ni el sufrimiento, sino nuestro pecado, y a pesar de eso quiso asumirlos y desde ellos redimirnos... y enseñarnos así que era capaz por Amor de comer los amargos frutos de nuestros errores...

+ Mi oración hoy porque el Señor nos persevere en el camino de la voluntad, y nos aleje de las veleidades humanas, que sólo son prados estériles. Y para que podamos compartir el destino eterno de San Pedro y de los discípulos del Señor; y no (posiblemente) el de Herodes, el de Judas Iscariote, y el de todos los que prefirieron a sus ídolos antes que a Jesucristo... ¡El Dios que por Amor se hizo carne y vino a salvarnos! ¡¡¡Gloria a Dios por siempre!!!

Y yo, como la Iglesia, como un remedio contra la veleidad y para fortalecer la Voluntad, recomiendo disfrutar de una Comunidad, para hacer verdaderas las palabras que rezamos en El Credo: "Creo en la Comunión de los santos..."... Yo disfruto de la mía: ¡¡¡Cursillos de Cristiandad!!! ¡Un buen lugar para responder La Pregunta: "¿Y vosotros, quién decís que soy yo?".

¡Feliz y Santo día hermanos! ¡Besos y abrazos  DCOLORES!!! 

Pd: Y no olvidéis nunca que cualquier semilla puede ser el origen de un bosque, (si Dios así lo quiere)... ¡¡¡Esparcid Sus semillas!!! ¡No os las quedéis sólo para vosotros!


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