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jueves, 26 de septiembre de 2024

VIERNES 27.9.2024 AD: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» (Lc 9, 18-22):

EVANGELIO DEL VIERNES 27.9.2024 AD: 

V 27. «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» (Lc 9, 18-22): 

¡¡¡Buenos días hermanos!!! Hoy el Santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Lucas (9, 18-22), me recuerda (aunque no las leeréis en el Evangelio de hoy), las palabras que sí están en otros sinópticos, que dijo el Señor en esta escena y que están escritas en latín, en letras gigantes en el Vaticano: "Tu eres Pedro, y sobre esta Piedra edificaré mi Iglesia, y las fuerzas del infierno no prevalecerán sobre ella"...

¡Qué bonito fue subir andando hasta la linterna y luego la Cúpula, para poder leerlas bien cerca y reflexionar sobre ellas... ¡Pero volvamos al Evangelio, porque será la Palabra de Dios y no mis recuerdos los que nos restauren, nos liberen y nos sanen por dentro! Y estos viajes es mejor no hacerlos solos:... ¡¡¡Ven Espíritu Santo!!! ¡¡¡Ven Espíritu Creador!!!

(1) "Una vez que Jesús estaba orando solo, en presencia de sus discípulos, (2) les preguntó: «¿Quién dice la gente que soy yo?» (3) Ellos contestaron: «Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.» (4) Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» (5) Pedro tomó la palabra y dijo: «El Mesías de Dios.» (6) Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie. (7) Y añadió: «El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día.» ".

(1) "Una vez que Jesús estaba orando solo, en presencia de sus discípulos,

Al leer esta frase me he preguntado: ¿Cómo puede uno estar orando solo en compañía de otros? ¿Cuál es el error? ¡Y no hay error! Porque Jesús estaba orando Él solo, recogido interiormente ... y aunque estaban todos juntos no era una oración compartida, ni hecha en Comunidad... ¡Jesús, en efecto, estaba orando solo!

Pero los discípulos estaban presentes, mirando rezar al Señor... Y eso parece enseñarnos que una parte de la cotidianeidad del discípulo es mirar al Maestro... No sólo escucharle predicar, sino también observarle en sus acciones y silencios... ¡Y eso hacían los discípulos!

Y de la contemplación nace el diálogo. Y Dios comenzó a hablarles, y...

(2) "...les preguntó: «¿Quién dice la gente que soy yo?»  ". 

Y esta pregunta que lanza Jesús tras una oración interior intensa es muy importante para conocer el estado de los discípulos... (de ayer y de hoy)... ¡Porque mucha gente puede creerse cristiana y no serlo! Y esta repuesta desenmascara si soy o no cristiano...

Por ejemplo no es cristiano quién responde: "Un hombre bueno" (Hay muchos hombres buenos, y eso no hace a nadie cristiano); "Un libertador" (Muchos se dicen libertadores y no llevan a Dios... ¡y la mayoría esclavizan más que libertan! -dicho sea de paso-); "Un gran filósofo" o un "gran gurú espiritual" (También hubo muchos y sus cuerpos están en sus sepulcros, y aunque sus nombres se vean como inmortales en el imaginario colectivo ya han comparecido ante Dios en su juicio particular, y ya no les valdrá su inmenso conocimiento o su fortaleza de espiritú, ¡Sólo les valdrá si han sido o no santos!)

(3) Ellos contestaron: «Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.»

Ellos contestaron igual que lo que el pobre Herodes barajaba en su mente... Lo que muestra que ambos conocían bien a la sociedad de su tiempo... (Y, por tanto, las reflexiones que hicimos ayer son idénticas para este punto...)

(4) "Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» "

El Evangelista, lleno del Espíritu Santo, sabe, entre éste Evangelio y aquel, ir acercándonos la pregunta del extrarradio a nosotros, para luego golpearnos con esta rotunda pregunta... (Qué me mostrará si soy o no cristiano... si sigo al Dios Encarnado o a otro ídolo mundano, -y eso caso de que lo sigamos-... ).

Primero nos muestra los procesos internos en el interior de Herodes, alguien muy alejado del modelo de santidad cristiano, pero, que en su interior, algo sigue buscando a Dios... ¡Aunque lo acalle continuamente! Luego se nos presenta la gente corriente, y por último la pregunta llega al círculo más íntimo de Jesús, a los Apóstoles, pero queda en la Palabra de Dios como un dardo que viene a nosotros:  «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»

Y esta pregunta queda flotando en nuestra memoria, y se nos invita a contestarla, desde el silencio y la reflexión... ¡Y de su respuesta dependerá todo!

Santo Tomás de Aquino, diferencia entre "voluntad" y "veleidad". Y en ambas palabras se encuadran los Apóstoles y Herodes...

Empezando por el final, recordamos la veleidad de Herodes: Le gustaría ver a Jesús... ¡pero no va a hacer nada por hacerlo! No va a esforzarse, ni a perseverar, ni a dedicarle tiempo. Es solo una idea que pasa por él: "Y tenía ganas de ver a Jesús". ¡Pero sólo es otra ocurrencia! ¡No sera una reflexión tan importante que cambie su vida! No modificará su rumbo y seguirá prisionero de su vida cómoda y sus lujos, y seguirá teniendo relaciones con una mujer con que no puede casarse porque es esposa de su hermano, y deseando a la vez a la hija de esta... ¡Esta es la veleidad!

Y frente a la veleidad está la VOLUNTAD: Que es querer algo y estar dispuesto a poner todos los medios por conseguirlo, y a pelear por ello, ¡una y otra vez! ¡Porque es querer de verdad! Y puede que uno fracase en su empeño... ¡Pero luchará hasta el final por conseguirlo! ¡Aunque caiga mil veces! Porque sabe que sólo tiene que luchar de verdad y levantarse mil una... (Lo bueno en el terreno espiritual es que las fuerzas no son nuestras, sino de Dios, y que Él suple nuestras carencias y Él hará posible que lleguemos hasta Dios, si en ello ponemos nuestra voluntad...)

Pero la pregunta sigue esperándonos para retratarnos ante ella:  «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» "

Quizá convenga hacer un instante de silencio interior para respondernos cada uno de nosotros a esta pregunta... ¡Con tranquilidad! ¡No hay prisas! ¿Quién es Jesucristo para tí? ¡De verdad, no hay prisa! Sólo mira dentro de Ti y responde... (No es una pregunta más... ¡¡¡Esta es la Pregunta!!!)... ¡Tranquilamente! ¡Dedícale un instante a responderla,... desde el corazón!

(5) "Pedro tomó la palabra y dijo: «El Mesías de Dios.» "...

San Pedro no necesita resucitar profetas, ni sigue esperando al Mesías... ¡Porque le tiene delante! ¡Es consciente de que se han cumplido las promesas de Yavé, y está ante él el Mesías esperado!

¡Dichoso Pedro, porque tuvo claro el destino al que quería ir y puso toda su voluntad en lograrlo! Y por eso dejó su barca, y por eso siguió a Jesús, y por eso proclamó su Fe, y por eso volvió junto a los Apóstoles sin dudar, incluso tras negar a Jesús, y supo que el Amor del Señor iba a ser siempre mayor que su pecado. Y por eso volvió a predicar tras ver a Cristo resucitado; y por eso hizo Milagros en el nombre de Jesucristo, y por eso terminó muriendo mártir... ¡Bendito Pedro, porque abrazó la voluntad y desterro la veleidad! ¡Y por eso hoy es San Pedro!

(6) Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie. 

Dios tiene Sus tiempos y Cristo quizás quería seguir esperando a que una moción del Espíritu Santo o en oración ante el Padre, le mostrara que ya era el momento. O quizá porque Dios deja que sea su ejemplo y sus enseñanzas las que vayan descorriendo el velo y nos muestren poco a poco que Él es el Mesías. O quizá porque Él no quería ser el protagonista, sino Dios Padre, y eso pensaba al rezar el Salmo 113: "No para nosotros Señor, no para nosotros, sino a Tú nombre da toda Gloria". (Por supuesto Dios es perfecta Unidad, y a pesar de ser tres personas, no es nosotros, sino "YO", pero el resto del significado del Salmo sí le sirve, y nos muestra que el camino de la humildad es el que más nos acerca a Dios).

(7) Y añadió: «El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día.» ".

Y nos muestra que a pesar de Su Divinidad seguirá el camino del sufrimiento, será despreciado y ejecutado para poder nacer a la Gloria. Y es que, Dios, no creó el dolor ni el sufrimiento, sino nuestro pecado, y a pesar de eso quiso asumirlos y desde ellos redimirnos... y enseñarnos así que era capaz por Amor de comer los amargos frutos de nuestros errores...

+ Oremos porque el Señor nos persevere en el camino de la voluntad, y nos aleje de las veleidades humanas, que sólo son prados estériles. Y para que podamos compartir el destino eterno de San Pedro y de los discípulos del Señor; y no (posiblemente) el de Herodes, Judas Iscariote, y el de todos los que prefirieron a sus ídolos antes que a Jesucristo... ¡El Dios que por Amor se hizo carne y vino a salvarnos! ¡¡¡Gloria a Dios siempre!!!

Y yo, como la Iglesia, como un remedio contra la veleidad y para fortalecer la Voluntad, recomiendo disfrutar de una Comunidad, para hacer verdaderas las palabras que rezamos en El Credo: "Creo en la Comunión de los santos..."... Yo disfruto de la mía: ¡¡¡Cursillos de Cristiandad!!! ¡Un buen lugar para responder La Pregunta: "¿Y vosotros, quién decís que soy yo?".

+ Por todos los Cursillos de Cristiandad que se están preparando y por los que se van a celebrar en todo el mundo y por los frutos de las actividades de este verano.

¡Feliz y Santo día hermanos! ¡Besos y abrazos  DCOLORES!!! 


Pd: Y no olvidéis nunca que cualquier semilla puede ser el origen de un bosque, (si Dios así lo quiere)... ¡¡¡Esparcid Sus semillas!!! ¡No os las quedéis sólo para vosotros!




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