EVANGELIO DEL SÁBADO 14.1.2023 AD:
S 14. "¡Para seguir a Jesús, no necesitas estar sano! ... ¡Él te sanará!" (Mc 2, 13-17):
¡¡¡Buenos días hermanos!!! Hoy, se nos invita a encontrarnos con Dios en el Santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Marcos (2,13-17). Y en su texto, que nos muestra la Verdad revelada, hay mucho que ver y comparar con nuestra vida: Ver una obra de misericordia; ver como a pesar de la impureza del trabajo de Leví mira su corazón y le llama a ir con Él; y come con él y con otros como él; ver el escándalo de la "élite espiritual"; oír una sentencia de Jesucristo, que deberíamos aprehenderla, leer y releer, para poder tenerla un día grabada en el corazón. ¡Qué el Señor nos regale poder guardar sus palabras en el corazón, como Nuestra Señora, y hacerlas vida! ¡Amén!
Vamos a la Palabra, de la mano del Señor, con el deseo de estar con Él: ¡¡¡Ven Espíritu Santo!!! ¡¡¡Ven Espíritu Creador!!!
(1) "En aquel tiempo, Jesús salió de nuevo a la orilla del mar; toda la gente acudía a él, y les enseñaba."
Jesús, siempre sale a buscarnos. ¡Él siempre da el primer paso! (Y podemos incluso estar contando dinero, que Él sabrá como venir a nosotros). ¡La iniciativa siempre es del Señor! ¡Y si Él no anhelara encontrarse con nosotros nunca hubiéramos podido llegar a Él!
También vemos como la gente responde a Su búsqueda y va a Jesús. Dijo Pascal: "Sólo hay dos clases de hombres razonables: los que habiendo encontrado a Dios lo aman, y los que no habiéndolo encontrado lo buscan."
Otra idea es Jesús siempre entre las dos orillas: por ser Hombre verdadero y pleno, y Dios verdadero y pleno; y que será el que pueda volver a la vida tras haber cruzado a la otra orilla (la muerte). ¡Y vence a la muerte, para que nosotros podamos vencerla un día asidos de Su mano! (Como dijo un converso francés: "Cuando la muerte venga a visitarme diré: "¡tengo miedo!" Pero no se lo diré al vacío ni a la nada, se lo diré a Jesucristo que me estará esperando al otro lado").
Y también en esta línea, Jesús, nos muestra con Su ejemplo la obra de misericordia espiritual de "Enseñar al que no sabe". Y nos muestra con Su Vida, que las Obras de Misericordia, no son inventos de la Iglesia, sino un camino de santidad que da el Maestro ...
(2) Al pasar, vio a Leví, el de Alfeo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: «Sígueme.» Se levantó y lo siguió.
El Amor de Jesús es más grande que el gentío, los compromisos y la tarea pendiente. Y el amor de Leví es más grande que sus pecados pasados y futuros: ¡Por eso terminó siendo San Mateo! Apóstol, Discípulo, Evangelista y Santo; y él dirá: "lo importante no es cuantas veces caes, si no cuantas te levantas".
Leví está en pecado y es impuro para los hebreos por recaudar impuestos para Roma. (Y si la moneda romana era considera impura y había que cambiarla por la hebrea para poderla ofrecer como pago de un sacrificio en el templo... ¡Imaginad como se consideraba el que las acumulaba para el invasor, y para sí!).
Jesús, tiene una mirada que atraviesa la densa y pestilente niebla del pecado y ve en su corazón un hombre que necesita ser redimido y liberado de sus ídolos y de su apego al dinero. Y sólo una palabra sale de sus divinos labios: «Sígueme.»
¡Y Leví no necesita más! No pregunta, ni reflexiona, sólo hace lo que nos dice el Evangelio: "Se levantó y lo siguió. "
¡A mí Leví me cae genial! Porque yo, como él, también estaba lleno de ídolos cuando sentí una llamada incomprensible en mi interior, y fui a una iglesia, y con un "Evangelio 2008" en la mano (aunque era 2011) le pedí al Señor que me dijera algo en tres lecturas "al azar"... ¡Y me lo dijo! Las tres lecturas fueron:
1ª.- "Yo soy el camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mi".
(3) Sucedió que, mientras estaba Él sentado a la mesa en casa de Leví, muchos publicanos y pecadores se sentaron con Jesús y sus discípulos, pues eran muchos los que le seguían.
- De San Agustín: "Conócete, acéptate, pero supérate"...).
- Y saber que es una carrera de fondo y no de velocidad. Que no avanzamos por nuestras propias fuerzas, sino por Gracia de Dios. Y que si perseveramos con humildad, Él nos regalará irnos quitando vicios que nos esclavizaban y haciendo nacer en nosotros virtudes... ¡Ánimo! Y como dijo San Agustín: "Si al morir Dios no os encuentra vencedores, que al menos os encuentre luchando"...
- Y la última idea, del Obispo Munilla: "sólo consigue vencer los pecados mortales el que ataca los veniales"...
(4) Los escribas de los fariseos, al ver que comía con pecadores y publicanos, decían a Sus discípulos: «¿Por qué come con publicanos y pecadores?»
El problema es que muchas veces me falta amor y condeno, Hay en mí un gran fariseo dispuesto a salir si bajo la guardia... ¡Sólo estando muy cerca de Dios consigo acallar a mi hombre viejo!
Un amigo me dijo que se sentía muy lejos de Dios por sus pecados. Y yo le dije que eso no era cierto, si era tan humilde para dárselos una y otra y vez, y no dejaba de luchar contra ellos. Y, nunca podemos olvidar que ya estamos en el Camino que es Jesucristo, y que es el Camino el que nos llevará al Padre, porque el Señor es Camino... ¡pero también Meta!
(5) Jesús lo oyó y les dijo: «No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores.»
+ Por todos los difuntos que fueron en estos meses a la Casa del Padre y sus familiares. Por nuestros difuntos, las benditas almas del purgatorio, y por los que nadie reza y están agonizando o han fallecido... ¡¡¡¡Qué el Señor les conceda el descanso eterno!!!
Vamos a la Palabra, de la mano del Señor, con el deseo de estar con Él: ¡¡¡Ven Espíritu Santo!!! ¡¡¡Ven Espíritu Creador!!!
(1) "En aquel tiempo, Jesús salió de nuevo a la orilla del mar; toda la gente acudía a él, y les enseñaba. (2) Al pasar, vio a Leví, el de Alfeo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: «Sígueme.» Se levantó y lo siguió. (3) Sucedió que, mientras estaba Él sentado a la mesa en casa de Leví, muchos publicanos y pecadores se sentaron con Jesús y sus discípulos, pues eran muchos los que le seguían. (4) Los escribas de los fariseos, al ver que comía con pecadores y publicanos, decían a Sus discípulos: «¿Por qué come con publicanos y pecadores?» (5) Jesús lo oyó y les dijo: «No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores.»
(1) "En aquel tiempo, Jesús salió de nuevo a la orilla del mar; toda la gente acudía a él, y les enseñaba."
Jesús, siempre sale a buscarnos. ¡Él siempre da el primer paso! (Y podemos incluso estar contando dinero, que Él sabrá como venir a nosotros). ¡La iniciativa siempre es del Señor! ¡Y si Él no anhelara encontrarse con nosotros nunca hubiéramos podido llegar a Él!
También vemos como la gente responde a Su búsqueda y va a Jesús. Dijo Pascal: "Sólo hay dos clases de hombres razonables: los que habiendo encontrado a Dios lo aman, y los que no habiéndolo encontrado lo buscan."
Otra idea es Jesús siempre entre las dos orillas: por ser Hombre verdadero y pleno, y Dios verdadero y pleno; y que será el que pueda volver a la vida tras haber cruzado a la otra orilla (la muerte). ¡Y vence a la muerte, para que nosotros podamos vencerla un día asidos de Su mano! (Como dijo un converso francés: "Cuando la muerte venga a visitarme diré: "¡tengo miedo!" Pero no se lo diré al vacío ni a la nada, se lo diré a Jesucristo que me estará esperando al otro lado").
Y también en esta línea, Jesús, nos muestra con Su ejemplo la obra de misericordia espiritual de "Enseñar al que no sabe". Y nos muestra con Su Vida, que las Obras de Misericordia, no son inventos de la Iglesia, sino un camino de santidad que da el Maestro ...
(2) Al pasar, vio a Leví, el de Alfeo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: «Sígueme.» Se levantó y lo siguió.
El Amor de Jesús es más grande que el gentío, los compromisos y la tarea pendiente. Y el amor de Leví es más grande que sus pecados pasados y futuros: ¡Por eso terminó siendo San Mateo! Apóstol, Discípulo, Evangelista y Santo; y él dirá: "lo importante no es cuantas veces caes, si no cuantas te levantas".
Leví está en pecado y es impuro para los hebreos por recaudar impuestos para Roma. (Y si la moneda romana era considera impura y había que cambiarla por la hebrea para poderla ofrecer como pago de un sacrificio en el templo... ¡Imaginad como se consideraba el que las acumulaba para el invasor, y para sí!).
Jesús, tiene una mirada que atraviesa la densa y pestilente niebla del pecado y ve en su corazón un hombre que necesita ser redimido y liberado de sus ídolos y de su apego al dinero. Y sólo una palabra sale de sus divinos labios: «Sígueme.»
¡Y Leví no necesita más! No pregunta, ni reflexiona, sólo hace lo que nos dice el Evangelio: "Se levantó y lo siguió. "
¡A mí Leví me cae genial! Porque yo, como él, también estaba lleno de ídolos cuando sentí una llamada incomprensible en mi interior, y fui a una iglesia, y con un "Evangelio 2008" en la mano (aunque era 2011) le pedí al Señor que me dijera algo en tres lecturas "al azar"... ¡Y me lo dijo! Las tres lecturas fueron:
1ª.- "Yo soy el camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mi".
2ª.- "Pedirle al dueño de la mies que mande trabajadores a su mies. Porque la mies es mucha y los obreros pocos."
3ª.- "Al que mucho se le dio mucho se le exigirá."
3ª.- "Al que mucho se le dio mucho se le exigirá."
(3) Sucedió que, mientras estaba Él sentado a la mesa en casa de Leví, muchos publicanos y pecadores se sentaron con Jesús y sus discípulos, pues eran muchos los que le seguían.
¡Y comió conmigo! Y caminó conmigo, y me fue llevando y mostrándome el plan que tenía para mí. ¡Caí y me volví a levantar! Recordando la frase de San Mateo que he dicho antes, y que mi amigo Javito, me escribió en una carta hacia más de 20 años, y que no olvidé jamás del todo... (Y así es la siembra del cristiano, uno siembra semillas que nunca sabe cuando ni donde crecerán... ¡Sólo sabemos cómo crecerán! ¡Por Gracia de Dios! Y sólo nos queda confiar, porque muchas semillas florecerán incluso mucho después de que nos hayamos ido a la casa del Padre).
Y por si hay alguien que está como yo aquel día, y va a comenzar el camino hacia Dios me gustaría dejarle unas frases que me hubiera gustado conocer entonces:
- "Contra el pecado se lucha sin perder la paz, pero sin hacer las paces".
- De San Agustín: "Conócete, acéptate, pero supérate"...).
- Y saber que es una carrera de fondo y no de velocidad. Que no avanzamos por nuestras propias fuerzas, sino por Gracia de Dios. Y que si perseveramos con humildad, Él nos regalará irnos quitando vicios que nos esclavizaban y haciendo nacer en nosotros virtudes... ¡Ánimo! Y como dijo San Agustín: "Si al morir Dios no os encuentra vencedores, que al menos os encuentre luchando"...
- Y la última idea, del Obispo Munilla: "sólo consigue vencer los pecados mortales el que ataca los veniales"...
Y estos son las ideas que os propongo para que las recéis... respecto a este punto...
Si Jesús, se esfuerza en ir a por la oveja perdida, ¿no pecaríamos si le cerramos nosotros la puerta del redil?... ¡Cuánta paciencia tenemos con nuestros pecados y qué poca con los ajenos! (Yo el primero) ¡Dios nos conceda la conversión total para vencer todo lo que nos separa de Él, y nos dé entrañas de misericordia para comer con los que nos necesiten y poder acercarlos a Dios...
El problema es que muchas veces me falta amor y condeno, Hay en mí un gran fariseo dispuesto a salir si bajo la guardia... ¡Sólo estando muy cerca de Dios consigo acallar a mi hombre viejo!
Un amigo me dijo que se sentía muy lejos de Dios por sus pecados. Y yo le dije que eso no era cierto, si era tan humilde para dárselos una y otra y vez, y no dejaba de luchar contra ellos. Y, nunca podemos olvidar que ya estamos en el Camino que es Jesucristo, y que es el Camino el que nos llevará al Padre, porque el Señor es Camino... ¡pero también Meta!
La Carta a los Hebreos de San Pablo, nos recuerda, como el salmo, que ningún hombre es justo ante Dios; y que la Ley de Dios no sirve para salvar, sino para ver en que nos equivocamos cada uno y dárselo al Señor. Pero, hoy Jesús, parece contradecirle... ¡No es así! ¡En el Evangelio no hay contradicciones, sino matices! Veámoslo ...
Dios, no envío a Su Hijo único para salvar a los justos, (que ya estaban "salvados" antes de que llegase el Señor), sino para los pecadores; lo mismo que un médico no va a curar a los "sanos", si no a los enfermos. ¿A qué parecen dos ideas totalmente opuestas? ¡Qué no!
A entenderlo nos ayudará San Juan Pablo II, que insistió en el Concilio Vaticano II, (antes de ser Papa), en que se mantuvieran la distinción entre pecados veniales (los que no impiden llegar a Dios, pero sí nos hacen dar un rodeo) y mortales (nunca nos permitirán llegar a Dios, salvo que se los demos en la Confesión, porque son ir en dirección contraria a Él y rechazarle). Y esta gran diferencia salva esa aparente incompatibilidad: Cristo, viene a salvar a los que están en pecado mortal, que son los que llama: "enfermos" y "pecadores"; y no viene, en principio, para los "justos" y "sanos", que también tienen pecados, pero veniales... ¡Y así estaban las cosas antes de la venida de Cristo!
Otra idea importante: ¡Nadie se salva por sus buenas obras! (Pero sí se auto excluye por las malas). Porque la salvación la da siempre Jesús, a "los justos" de antes y de después de Su Resurrección. Por eso afirma San Pablo, que es necesario aceptar a Cristo, para salvarse: los que vivieron antes del Señor, eran responsables de sus obras pero no de rechazar a Jesús; pero los de después Sí podemos rechazarle y rechazar Su Salvación. Y Jesús, dice: "Yo soy el camino, la verdad y la vida. NADIE VA AL PADRE SI NO ES POR MÍ".
+ Oremos para que el Señor nos dé un Amor y una humildad como los de Leví, capaz de vencer siempre nuestros pecados, pasados y futuros... ¡Amén!
+ Por todos los difuntos que fueron en estos meses a la Casa del Padre y sus familiares. Por nuestros difuntos, las benditas almas del purgatorio, y por los que nadie reza y están agonizando o han fallecido... ¡¡¡¡Qué el Señor les conceda el descanso eterno!!!