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domingo, 27 de noviembre de 2022

LUNES 28.11.2022 AD: "El centurión ejemplo de Fe" (Mt 8, 5-11):

EVANGELIO DEL LUNES 28.11.2022 AD: 

L 28. "El centurión ejemplo de Fe" (Mt 8, 5-11):

¡¡¡Buenos días hermanos!!! Hoy se nos invita a encontrarnos con Dios en el Santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Mateo (8, 5-11) que nos adentra en el lunes de la primera semana de Adviento. Tiempo de tomar una posición activa en nuestra relación con Dios y caminar decididos hacia Él. ¡¡¡Tiempo de conversión!!! Y quizá nos dé ideas el Evangelio de hoy para convertirnos o reconvertirnos.

Señor, acompáñanos en este Adviento para adentrarnos en el misterio de Tu Palabra. Reactualízala en nosotros y danos PAX para que podamos encontrarnos en ella Contigo; LUX para que pueda iluminar nuestra vida, y Amor y Fortaleza para llevarla al mundo entero... Y que ni nuestros pecados ni nuestra tibieza impidan que así sea... ¡Amén! 

¡¡¡Ven Espíritu Santo!!! ¡¡¡Ven Espíritu Creador!!! :

(1) "EN aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó rogándole: «Señor, (2) tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho». (3) Le contestó: «Voy yo a curarlo». (4) Pero el centurión le replicó: «Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo. (5) Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; y le digo a uno: "Ve", y va; al otro: "Ven", y viene; a mi criado: "Haz esto", y lo hace». (6) Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían: «En verdad os digo que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe. (7) Os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos».

(1) "EN aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó rogándole: «Señor,"

La primera virtud del centurión es la humildad; que le permitió acercarse a Jesús y llamarle "Señor". Y sin humildad es imposible acercarse a Jesús, llamarle Señor y aceptar su perdón.

La soberbia nos aleja de Dios mucho más que otro pecado, y nos lleva al pecado contra el Espíritu Santo que dijo el Maestro que no sería perdonado: ¡Pensar que no necesitamos ser salvados por Jesucristo! ¡Qué el Señor nos libre de ello! !

Muchos "expertos en religión" se acercaron a Jesús habiendo tomado ya la decisión de rechazarle. ¡Así les fue! Fariseos, escribas, doctores de la Ley... tuvieron a Dios delante y le rechazaron: ¡Pues pensaron que no necesitaban que Jesús les Salvara!

Hoy pasa igual: Muchos se acercan a la religión, a La Biblia, a la iglesia, con su decisión ya tomada, dispuestos a cerrar su corazón y a no dejar sus pecados. Buscan una línea sacada de contexto que justifique su vida, o una "rebaja" en los mandamientos. ¡Tampoco quieren dejar que Jesús les salve! ¡Y el mayor drama de nuestro tiempo es pensar que no necesitamos ser salvados por Dios! (Este es el problema de esa enfermedad llamada: "Estoy muy feliz de haberme conocido, y todo lo hago bien").

Hoy un centurión nos enseña como acercarnos al Señor, y lo hace mejor que los profesionales de la fe de la época. Él, que estaba al servicio de Roma, y que pudo elegir por dios al emperador (como era mandado) no va a poner incienso a los dioses paganos por su problema; va a ver al hijo del carpintero, y lo primero que hace es reconocerle como Señor. ¡Ve muchísimo más en Él que un trabajador manual! ¡Ve, incluso, muchísimo más en Él que otro maestro! ¡Está viendo a Dios! Por eso él que tiene cien hombres bajo su mando se siente feliz porque ha encontrado un Rey al que verdaderamente merece la pena conocer y servir,... y sus labios muestran lo que esconde su corazón, cuando le llama: ¡¡¡Señor!!!

¿Y nosotros? ¿Nos acercamos a Jesús considerándole "Señor", o pensando a ver que dice, y si algo me parece bien me lo quedo y de lo que no me guste me olvido? (Sería un gran error: porque o es Dios y resucitó y venció a la muerte, y está vivo y puede acompañarme en mi camino y darle un nuevo rumbo a mi vida; o hago el tonto porque fue un carpintero que murió en una Cruz). 

Pero la pregunta clave es: ¿Creo que Jesucristo puede salvarme? ¡Es la respuesta más importante que hemos de responder en la vida! ¡Qué el Señor nos dé LUX para contestar de forma que nos lleve a la Vida Eterna! 

(2) tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho». 

Su segunda virtud y la que de verdad le llevó a Jesucristo fue su gran Caridad. En concreto el amor por un criado al que veía sufrir mucho. (También necesitamos tener mucho amor para llegar al Amor más grande).

No pide ganar la lotería, sólo pide al Señor salud. Y ni siquiera para él, ni para un familiar... ¡Para un criado! (Que en Derecho Romano era su propiedad... ¡Era una cosa!).

Luego por segunda vez es capaz de discernir e ir contra corriente del pensamiento dominante de su época, y sigue primero a su conciencia: Y ni va a poner incienso a los dioses, ni piensa que que su criado es una cosa que no tiene la dignidad de persona, ni le echa a la calle para que no le moleste... ¡NO! Se va corriendo a buscar a Cristo, porque ha oído que hace milagros porque la fuerza de Yaveh está en Él...

(3) Le contestó: «Voy yo a curarlo». 

Jesús, conmovido por su amor y su humildad quiere ir a curarlo. ¡El Señor siempre nos gana en todo, y especialmente en Amor y Humildad! Y no duda en ir a casa de un "pagano impuro" para curar al enfermo que  sufre mucho...

Y pensemos que si ese centurión ascendió fue a base de servir a Roma, batalla tras batalla, al servicio de sus conquistas. Sus manos seguramente se llenaron de sangre, y el Señor que lee los corazones no duda en acompañarle a pesar de todo... ¡Porque no hay pecado tan grave en este mundo que nos aleje de Dios para siempre! (Si estamos decididos a cambiar de rumbo y a volver al Señor, a pedirle perdón y a reparar el daño causado en la medida de lo posible). 

Porque Jesucristo está deseando que el más pecador del mundo vaya a Él, y si así fuera diría: ¡¡¡Voy a curarlo!!!

Mi frase favorita es: "Todo santo tiene un pasado, y todo pecador un futuro". ¡¡¡Y os invito a comprobarlo!!! 

(4) Pero el centurión le replicó: «Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo.

El centurión es consciente de su indignidad (y aún más si se compara con Jesucristo)... Y así nos da una pista sobre con quién tenemos que comparar nuestros actos: ¡Con Dios! Si le tomamos a Él por modelo y referencia es como tomaremos cuenta de nuestra indignidad... 

¡Nunca hay que compararse con los hermanos! Porque si los vemos mejores tendremos envidia, y si peores (primero les estaremos juzgando y el juicio sólo es de Dios) y puede hacer que nos relajemos aún más (y siempre es más fácil ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio)...


Es importante gastar nuestro esfuerzo en mejorar lo que podemos mejorar; y no desperdiciar energías en lo que no podemos cambiar, y que se lo demos a Dios en la oración... 

Por lo primero que debo luchar es por cambiarme a mí mismo e intentar ser cada día mejor (no puedo terminar con la corrupción en el mundo. Pero sí intentar no ser yo corrupto); y en mi casa, en mi trabajo, etc...).

Y no me ha puesto Dios, para que yo, católico de a pie, resuelva los problemas de la Iglesia (salvo rezando). Y, por desgracia, el demonio nos tienta quitándonos la PAX con cosas sobre las que no tenemos conocimiento, ni competencia, y en las que hay demasiados juicios y prejuicios; y, aún peor, incluso desconfiamos del Papa o de los hermanos... ¡El demonio siempre tienta contra la unidad! ¿Qué hicieron los santos al ver un gran mal en la iglesia? ¡No lo denunciaron a los cuatro vientos, ni se dedicaron a acusar y a decir yo no soy así! Rezaron por el Papa y por la Unidad de la Iglesia, y luego algunos escribieron cartas al Papa dando su opinión de los problemas y soluciones de la Iglesia, y después confiaron en el Espíritu Santo que es quién nos guía, (a pesar incluso de nuestros pecados).  

A los "impecables" del siglo XXI les vendría bien observar la humildad del centurión para darse cuenta de su realidad. ¡Porque ante Dios ninguno somos nada! ¡Ni los más santos, ni los más pecadores! Y en cada Eucaristía reconocemos: Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme!"

(5) Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; y le digo a uno: "Ve", y va; al otro: "Ven", y viene; a mi criado: "Haz esto", y lo hace».

Pero no necesita ir porque descubre la tercera virtud del Centurión: ¡Su inmensa Fe! Una Fe que será recompensada, por encima de su pasado, su impureza, de no pertenecer al pueblo elegido... ¡Una Fe tan grande que le lleva a obtener la Gracia de Dios!

Y ante una Fe así sólo cabe exclamar: "¡¡¡Creo, Señor, pero auméntame la Fe!!!"

(6) Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían: «En verdad os digo que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe. 

Eran el pueblo elegido y su falta de Fe les separó a muchos de Dios. Otros acogieron a Cristo y comenzaron a vivir una nueva vida en profunda amistad con Él. 

Y esta es una de esas frases que nos hace relajarnos y pensar... ¡pobre Israel! Y parece que no va con nosotros... Pero, ¡¡¡Claro que va con nosotros!!! ¡¡¡La Iglesia, somos el nuevo Israel!!! Y, ¿Qué Fe va a encontrar en nosotros el Señor? ¿Tanta Fe como el centurión o no encontrará en nosotros tanta Fe? 

"¡¡¡Creemos, Señor, pero auméntanos la Fe!!!"

(7) Os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos».

Aquí el mismo Jesús, (antes que San Pablo y que el primer Concilio de Jerusalén), anuncia que la salvación y el Reino de los Cielos es para todos, y no para los hebreos en exclusiva... 

Y recordemos las tres virtudes que hacen que el centurión llegue a Jesús: HUMILDAD, AMOR Y FE...

También nos muestra que nuestra indignidad y nuestro pecado no son excusas para alejarnos de Dios, si no indicadores para ver que hemos de acercarnos más y más a Él. 

Me consuela oír en cada Misa:  "Te damos gracias  Señor  porque nos haces dignos de servirte en tu presencia". ¡Y no hemos de esperar a ser dignos para acercarnos a Dios, porque sólo Él puede hacer el milagro de hacernos dignos! (Y sin Él cualquier intento de conversión será vano)... 

Sobre Amor, Humildad y Fe es muy bonita la frase de San Agustín"Dos amores construyeron dos ciudades: El amor a sí mismo hasta el desprecio de Dios; y el amor a Dios hasta el desprecio de sí mismo ". ¡Qué el Señor nos bendiga y nos conceda llegar a alcanzar tan preciados dones! (Pero sólo como peldaños para llegar a Él.)

+ Oremos por los que externamente o en su interior son tentados contra la Unidad de la Iglesia, y por todos los que podrían ayudar retornando a la barca de San Pedro a hacer crecer a la Iglesia. Porque el Señor reconduzca su santa indignación y la pongan al servicio de la Iglesia para que podamos cada día, mientras caminamos juntos, ser mejores. Siempre subiendo peldaño a peldaño: primero lucho por ser mejor yo; luego por mejorar mi familia, mi parroquia, mi carisma, mi entorno; luego por hacer mejor la diócesis; y luego por mejorar la Iglesia y el mundo... ¡Qué el Señor nos permita ver una Iglesia unida como Él la soñó!

Y no olvidemos lo que nos dijo Santa Teresa de Calcuta: "A veces pensamos que lo que hacemos es sólo una gota de agua en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota"...

Tras 1025 días el Libro del Sirácida (o Eclesiástico), nos habla de la fama. Hoy 41, 11


"El duelo de los hombres es por los cuerpos,

pero el nombre maldito del pecador será borrado."


¡Feliz y Santo día hermanos! ¡Besos y abrazos DCOLORES!!!

Pd: Y no olvidéis nunca que cualquier semilla puede ser el origen de un bosque, (si Dios así lo quiere)... ¡¡¡Esparcid sus semillas!!! ¡No os la quedéis sólo para vosotros!!!







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