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miércoles, 11 de marzo de 2020

JUEVES 12.3.2020 AD: "Si no escuchan a los profetas no se convencerán ni aunque resucite un muerto..." (Lc 16, 19-31):

EVANGELIO DEL JUEVES 12.3.2020 AD:

J 12: "Si no escuchan a los profetas no se convencerán ni aunque resucite un muerto..." (Lc 16, 19-31):

¡¡¡Buenos días hermanos!!! Hoy se nos invita a encontrarnos con Dios en la lectura del santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Lucas (Lc 16, 19-31).

¡Pero hacerlo podría ser para mí una faena! ¡Porque yo alguna vez voy a banquetes! (igual que el rico Epulón, y termina fatal...) ¿Se refiere a mí el Evangelio? ¿Es malo ir a fiestas o banquetes? Pues, parece eso si sólo leemos este texto y lo sacamos de su contexto (que es toda la Sagrada Escritura) y lo absolutizamos... (Justo lo que hacen algunos cristianos).

Pero si lo vemos en el conjunto de todo el Evangelio nos damos cuenta de que el mismo Jesús iba a banquetes: de boda, ofrecidos por publicanos recién convertidos o por amigos suyos... ¡Y nada de lo que Dios hace puede ser pecado!

Luego a lo mejor el secreto está primero en que banqueteaba "cada día". ¡Y el banquetear se había convertido en una obligación! Y esa idolatría le absorbió tanto que le llevó a cometer un gravísimo pecado de omisión y a desatender a un pobre que se moría de hambre a su puerta. ¡No! ¡No fue ir a banquetes lo que le condenó!

Y nos ayudará a evitar estos errores conocer el magisterio de la Iglesia y la Santa Tradición (en cuyo seno fueron escritas las Sagradas Escrituras)...

Pero vamos al Evangelio de hoy. Y vamos, como siempre, de la mano del Señor: ¡¡¡Ven Espíritu Santo!!! ¡¡¡Ven Espíritu Creador!!! 

(1) "EN aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos: (2) «Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba cada día. (3) Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que caía de la mesa del rico. Y hasta los perros venían y le lamían las llagas. (4) Sucedió que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abrahán. (5) Murió también el rico y fue enterrado. Y, estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantó los ojos y vio de lejos a Abrahán, y a Lázaro en su seno, (6) y gritando, dijo: “Padre Abrahán, ten piedad de mí y manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas”. (7) Pero Abrahán le dijo: “Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro, a su vez, males: por eso ahora él es aquí consolado, mientras que tú eres atormentado. (8) Y, además, entre nosotros y vosotros se abre un abismo inmenso, para que los que quieran cruzar desde aquí hacia vosotros no puedan hacerlo, ni tampoco pasar de ahí hasta nosotros”. (9) Él dijo: “Te ruego, entonces, padre, que le mandes a casa de mi padre, pues tengo cinco hermanos: que les dé testimonio de estas cosas, no sea que también ellos vengan a este lugar de tormento”. (10) Abrahán le dice: “Tienen a Moisés y a los profetas: que los escuchen”. (11) Pero él le dijo: “No, padre Abrahán. Pero si un muerto va a ellos, se arrepentirán”. (12) Abrahán le dijo: “Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no se convencerán ni aunque resucite un muerto”».

(1) "EN aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos:

Jesús se dirige hoy a los fariseos. A esos laicos (porque no eran consagrados) que eran ejemplos de religiosidad externa y de falta de Caridad. Y les pone un ejemplo en que la falta de Caridad lleva al infierno, y les invita a convertirse y a salir de sus rígidos esquemas y auto-justificaciones. Para que, en vez de su cumplimiento externo, amen y socorran más al prójimo...

Y este mensaje también va para mí. Para esa parte irreductible, hipócrita y farisea que tengo dentro, y en la que están todas mis falsas seguridades, vanidades, defectos, pecados, ídolos y todo lo que aún no le entregado al Señor...

Es un mensaje dedicado a los fariseos, que podemos escuchar todos... ¡Porque todos tenemos un fariseo, más o menos grande dentro, y nos vendrá muy bien escucharla imaginando que el Señor nos dice estas palabras mirándonos a los ojos!

(2) «Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba cada día.

El primer personaje sería un personaje digno de admiración hoy: Un potentado que vestía ricamente y "banqueteaba cada día"... ¡Una persona a la que no le faltaba nada! Seguramente nunca robó, ni mató, ni cometió adulterio... ¡Pero tenía apegos y había convertido en un ídolo sus riquezas, sus vestidos y sus banquetes! ¡Habían pasado de ser objetos de necesidad a ser el centro de su vida, y a ser el ídolo al que adoraba!

¿Cómo podemos saber nosotros si tenemos ídolos ocultos? El Obispo Munilla dice que los ídolos se reconocen por los apegos que tenemos hacia ellos. Y los apegos se perciben porque generan una cierta obsesión, y así nuestros pensamientos van a ellos muchas veces sin motivo aparente...

Y descubierto el apego, solo queda combatirle: "Sin perder la paz, pero sin hacer las paces". ¡Cayendo y levantándonos, y recibiendo la Gracia de Dios para poder hacerles frente en cada Confesión y en la L.O.A.! (= Limosna, Oración, Ayuno)

(3) Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que caía de la mesa del rico. Y hasta los perros venían y le lamían las llagas.  

Lázaro es el otro personaje. Un mendigo lleno de llagas, que sufrió en esta tierra el hambre y la enfermedad; y algo aún peor: la soledad y el abandono... (Las sobras del rico le hubieran bastado para saciarse... ¡pero nunca le fueron dadas! Y eso al final fue peor para el rico que para el pobre, como veremos...).

(4) Sucedió que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abrahán. 

... y Lázaro murió, (como moriremos todos) y se lo llevaron los ángeles a recostarse en el pecho (el seno) de Abraham... ¡Había pasado la prueba! Y aún en su pobreza extrema no maldijo a Dios ni a sus hermanos, ni fue esclavo de las riquezas ni de la salud que no tenía, y éstas no le llevaron a envidiar, ni a odiar a quienes sí las tenían, ni a robarles... (Por todo eso y no por su pobreza en sí misma fue llevado al Cielo).

(5) Murió también el rico y fue enterrado. Y, estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantó los ojos y vio de lejos a Abrahán, y a Lázaro en su seno,

Primer toque de atención: ¡los ricos y los autosuficientes también mueren y también son enterrados!

Es más, seguro que lo enterraron entre el amor de los suyos... pero la historia termina fatal: ¡En el infierno! (Este es el segundo toque de atención: los ídolos no pueden salvarnos y nos llevan al infierno...) Y desde allí ve a Lázaro junto a Abraham...

Y esta persona, que sería un hombre de éxito en nuestro mundo, ha cometido el único error que no podemos cometer en nuestra vida: ¡El de no ser santos!

 (6) y gritando, dijo: “Padre Abrahán, ten piedad de mí y manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas”. 

Pide socorro a Abraham, y solicita que aquel a quien él jamás socorrió en su vida le auxilie en la vida eterna... ¡Porque las cosas se ven muy diferentes en la opulencia que en la más extrema necesidad! Y es que, cualquier autosuficiencia se desvanecerá al cruzar el umbral de la muerte, y sólo quedará la verdad desnuda. Y se cumplirá lo que decía San Francisco de Asís: "Soy tan sólo lo que soy ante Dios."

(7) Pero Abrahán le dijo: “Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro, a su vez, males: por eso ahora él es aquí consolado, mientras que tú eres atormentado. 

Abraham le recuerda que tuvo éxito en la vida y ese éxito le condenó, (porque sólo se sirvió de él para su propio y exclusivo beneficio e idolatrar sus bienes le hizo olvidarse por completo del pobre tirado a su puerta)... ¡Los ganó dignamente, pero los usó egoístamente y no atendió al prójimo necesitado!

(8) Y, además, entre nosotros y vosotros se abre un abismo inmenso, para que los que quieran cruzar desde aquí hacia vosotros no puedan hacerlo, ni tampoco pasar de ahí hasta nosotros”.

Señala que entre los salvados (por la Misericordia de Dios y Su Gracia), y los auto condenados (por no aceptar el perdón de Dios y alejarse voluntariamente de Él) la comunicación será imposible tras cruzar la puerta que es la muerte...

¿No nos sirve de aliciente pensar en aquellos familiares buenos que ya estarán en la casa del Padre? ¿No queremos pasar con ellos toda la eternidad? ...

Pero, desgraciadamente, no todos fueron buenos. ¿Y los que se portaron mal? ¿Qué consuelo nos queda? Primero pensar que si al final acudieron a Dios, la sangre redentora de Cristo pesó muchísimo más que sus pecados, por muchos que fueran...

Una vez una señora fue desesperanzada a ver al Santo cura de Ars (San Juan María Vianney ) y le contó que su marido se había suicidado tirándose de un puente. Y él le respondió: "No te preocupes que entre el puente y el suelo estaba Dios"...

(9) Él dijo: “Te ruego, entonces, padre, que le mandes a casa de mi padre, pues tengo cinco hermanos: que les dé testimonio de estas cosas, no sea que también ellos vengan a este lugar de tormento”.

El rico quería mucho a su familia, (no era un hombre hosco y ajeno al amor), y quiere librarles de su fin trágico y pide que vaya Lázaro a avisarles... (Amaba a su familia pero no era capaz de ver que Lázaro también era hermano suyo y su egoísmo al no socorrerle le llevó al infierno,... ¡Sus pecados de omisión le condenaron!)...

Este Evangelio habla del infierno como una realidad, no es un símbolo, ni un género literario, ni una metáfora,... Y la existencia del infierno está en el Credo: "descendió a los infiernos": y eso sucedió tras ser sepultado y antes de resucitar (Porque las historias que buscan ser comprendidas se desarrollan cronológicamente)... Esto lo digo por los "teólogos" o filósofos que dicen que el infierno se refiere a los sufrimientos de la Pasión. ¡No! ¡No es así! Y sea un estado o un lugar, Jesucristo, pasó por el infierno antes de resucitar... (Tuvo que ser bonita la imagen: "ver" a todos los demonios inclinarse ante Dios que como Hombre venció al demonio, al pecado y a la muerte... Si yo supiera pintar bien ¡ese sería el primer cuadro que haría!...). 

 (10) Abrahán le dice: “Tienen a Moisés y a los profetas: que los escuchen”. 

Abraham responde que ya están avisados por Moisés y los profetas; y que si no les hacen caso a ellos tampoco se lo harán a un muerto...

... ¡Y así es! Cualquier persona que se haya cerrado de antemano a lo sobrenatural, incluso aunque viera aparecer a su propio hermano muerto se iría a un psiquiatra a que le diera pastillas... ¡E incluso el que dice que necesita ver para creer, puede que obedezca antes a sus ideas preconcebidas que a sus propios sentidos! (¿No es esta una  idolatría de la "racionalidad", que no es capaz de escuchar ni al propio raciocinio que analiza los datos que perciben los sentidos?)

(11) Pero él le dijo: “No, padre Abrahán. Pero si un muerto va a ellos, se arrepentirán”.

... Y le hace ver que pueden llegar a tener Fe si son testigos de algo sobrenatural: ¡La Aparición de un muerto!... ¡Entonces sí que piensa él que cambiarían!

 (12) Abrahán le dijo: “Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no se convencerán ni aunque resucite un muerto”».

 Y aquí me imagino al Señor, con los ojos mirando a lo lejos (en el horizonte, y en el tiempo) y diciendo con pena estas palabras, que Él siente, pero que pone en boca de Abrahán. Porque al fin y al cabo es lo que Él sabe que sucederá después de Su victoria sobre la muerte: ¡¡¡Qué muchas personas no Le hicieron caso ni después de Su Resurrección, y siguen sin creer en Él, aunque resucitó un muerto!!!

+ Nuestra oración hoy por todos los que entregan su vida, su dinero y su tiempo para socorrer a los más pobres: ¡Qué el Señor bendiga sus esfuerzos y les haga dar fruto abundante! Y porque las instituciones dejen de moverse por la propaganda y la imagen, y apoyen mucho más a estos verdaderos benefactores de nuestra sociedad y dejen de discriminarlos por ser católicos. ¡Muchas gracias por vuestra labor! (Y porque purifique todas las instituciones que se dicen benéficas y lo sean de verdad).

Tras 102 días seguimos con el Libro del Sirácida (o del Eclesiástico). Hoy 4, 27:

"No te 
sometas al estúpido,
ni guardes miramientos con el poderoso."


¡Feliz y Santo día hermanos! ¡Besos y abrazos  DCOLORES!!!

Pd: Y no olvidéis nunca que cualquier semilla puede ser el origen de un bosque, (si Dios  así lo quiere)... ¡¡¡Esparcid Sus semillas!!! ¡No os las quedéis sólo para vosotros! 


Si no queréis las cookies de google, sólo se me ocurre que no entréis... (Si algún día me hago informático ya pongo un enlace para que me déis un consentimiento personalizado (y otro por si me queréis invitar a comer)... Mientras tanto, espero que este mensaje cumpla las leyes de la UE, de España, de internet y de los amigos de mantón de Manila... dicho sea con todo respeto y bastante cansancio por tanto mareo... ¡Gracias!).

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