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viernes, 14 de febrero de 2020

DOMINGO 16.2.2020 AD: "¡¡¡Jesucristo es la Plenitud de la Ley y de los Tiempos!!!". (Mt 5, 17-37):

EVANGELIO DEL DOMINGO 16.2.2020 AD:

D 16. "¡¡¡Jesucristo es la Plenitud de la Ley y de los Tiempos!!!".  (Mt 5, 17-37):


¡¡¡Buenos días hermanos!!! Hoy se nos invita a encontrarnos con Dios en el Santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Mateo (5, 17-37): y allí el Maestro nos aclara que no viene a abolir la Ley sino a darle cumplimiento y plenitud...

Y, sin embargo, en "nuestro paso del judaísmo al cristianismo" muchas cosas cambian, y otras caen en desuso. ¿Por qué? Porque una cosa es la Ley de Dios y otra las normas humanas que quisieron desarrollarla con toda la buena intención del mundo...

Y en Jesucristo se cumple la Ley; pero a la vez el Señor hace nuevas todas las cosas, porque Su sacrificio nos devuelve a la Comunión plena con Dios Padre, borrando nuestros pecados con Su Sacrificio. Y desde entonces el Bautismo nos hace entrar en la vida de Gracia y los demás Sacramentos la darán plenitud...

¿No buscaba la Ley acercarnos a Dios? ¡Pues eso hace Jesucristo! Y el Señor nos invita a no quedarnos sólo en cumplir la Ley, sino a crecer en santidad. Y si el que escribe estos renglones es santo, ¡es que es posible! (Por supuesto me refiero a San Mateo, no a mí... ) 

Y también nos muestra otra cosa esencial: ¡qué no es posible dar Gloria a Dios mientras uno está peleado con su hermano,...!

Y, por último, nos cuenta el Señor como ve Dios muchas cosas que nuestra sociedad hoy aprueba, recomienda y venera: erotismo, pornografía, sensualidad, divorcio... ¡Son temas que siempre están debatiéndose! (incluso algunos en la Iglesia, que no sé si es que no han llegado a leerse este Evangelio), y que siempre chocan contra estas u otras claras y contundentes palabras del Señor,... veámos que nos dice el Maestro, que tiene una cosa buena,.. ¡Qué habla muy claro y se le entiende todo! : ¡¡¡Ven Espíritu Santo!!! ¡¡¡Ven Espíritu Creador!!!

(1) EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: (2) «No creáis que he venido a abolir la Ley y los Profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. (3) En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley. (4) El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes y se lo enseñe así a los hombres (5) será el menos importante en el reino de los cielos. (6) Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos. (7) Porque os digo que si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. (8) Habéis oído que se dijo a los antiguos: “No matarás”, y el que mate será reo de juicio. Pero yo os digo: todo el que se deja llevar de la cólera contra su hermano será procesado. (9) Y si uno llama a su hermano “imbécil”, tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama “necio”, merece la condena de la “gehenna” del fuego. (10) Por tanto, si cuando vas a presentar tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda. (11) Con el que te pone pleito procura arreglarte enseguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último céntimo. (12) Habéis oído que se dijo: “No cometerás adulterio”. Pero yo os digo: todo el que mira a una mujer deseándola, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón. (13) Si tu ojo derecho te induce a pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en la “gehenna”. (14) Si tu mano derecha te induce a pecar, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir a parar entero a la “gehenna”. (15) Se dijo: “El que repudie a su mujer, que le dé acta de repudio”. (16) Pero yo os digo que si uno repudia a su mujer (17)—no hablo de unión ilegítima— (16) la induce a cometer adulterio, y el que se casa con la repudiada comete adulterio. (18) También habéis oído que se dijo a los antiguos: “No jurarás en falso” y “Cumplirás tus juramentos al Señor”. Pero yo os digo que no juréis en absoluto: ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del Gran Rey. Ni jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o negro un solo cabello. Que vuestro hablar sea sí, sí, no, no. Lo que pasa de ahí viene del Maligno»."

(1) "EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: 

Estas palabras las dijo y las dice Jesús a sus discípulos... Y la Iglesia, continua Su labor y sigue transmitiéndolas (Como todo el Evangelio)... ¡A los discípulos del Señor y a los que quieran serlo! ¡Luego no entiendo que hay personas, que no son cristianas y se alteren por ellas! (Y vuelvo a decir que yo no me altero, en absoluto, porque un hindú no coma ternera... ¡Quizá, porque estoy seguro de mis creencias! (Y quizás los que se alteran tanto por doctrinas ajenas no lo estén de las suyas)...

Y vamos a abrir bien los ojos y el entendimiento, porque la línea siguiente es indispensable para entender las Sagradas Escrituras como la Unidad total que son:

(2) «No creáis que he venido a abolir la Ley y los Profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. 

El Señor lo dice porque algunos discípulos pueden pensarlo. Y es que, muchas tradiciones eran más normas sanitarias que religiosas, y les daban igual valor... ¡Y no es así! ¡No es igual romper un Mandamiento del Decálogo, que ir contra la norma que prohíbe comer sangre de animales y comer una morcilla de Burgos! (Qué está claro que no puede ser pecado, como bien dice en clave de humor el padre Sayés).

Y por eso Jesús va quitando todo lo que le sobra a la Ley. Y dirá que nada que coma el hombre puede hacerle impuro, (pero sí le hace impuro lo que le sale del corazón)...

Y un hebreo que oyera algunas enseñanzas del Maestro, podría pensar que deja obsoletos a la Ley y a las enseñanzas de los profetas... ¡Qué es todo lo contrario de lo que ha venido a hacer! Y Jesús sabe que para ese momento del plan de salvación de Dios eran correctas las enseñanzas hebreas, pero ahora Él les da plenitud... ¡Porque en Jesús, se cumple lo que anunciaron los profetas! ¡Y en Él la historia de la salvación se consuma! ¡En Jesús el Amor de Dios llega a su plenitud! (Porque "nadie tiene amor más grande que el que entrega la vida por sus amigos")...

(3) En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley. 

Y el Señor asegura que toda la Ley se cumplirá. Y asegura que antes pasarán cielo y tierra que deje de cumplirse la más mínima parte de la Ley. (Pero de la Ley, no de los reglamentos que la desarrollaron según el buen entender humano)...

Y es que la Ley es tan importante que Dios la grabó en nuestro interior. Y eso es algo tan grandioso, que a Kant, le llevaba a Dios; (es una pena que no podamos decir lo mismo de sus teorías) y él decía: "Dos cosas hay que me llevan directamente a Dios: la Ley natural dentro de mí, y la de las estrellas por encima de mí. "

(4) El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes y se lo enseñe así a los hombres 

Saltarse uno de los preceptos menos importantes de la Ley tendrá su castigo, que será ser el menos importante en el Reino de los Cielos, (pero ¡mucho cuidado! porque saltarse uno de los más importantes nos hará quedar excluidos para siempre del Paraíso)...

Y este pasaje muestra que San Juan Pablo II, tuvo en sus tiempos de obispo una gran inspiración del Espíritu Santo, al resistirse a eliminar la distinción entre pecados mortales y veniales. ¡Porque no es igual saltarse unos que otros! Y unos nos impedirán llegar a Dios si morimos con ellos,... y otros debilitan únicamente la vida de Gracia,... ¡Y aunque hay que luchar con fuerza contra ambos, son muy diferentes! 

(5) será el menos importante en el reino de los cielos. 

Y el castigo de ambos será que quien los cometa será el más pequeño en el Reino de los Cielos...  

Luego en el Cielo habrá distintos niveles de Comunión con el Amor de Dios. (Es lógico que no tenga el mismo premio San Francisco Javier, que evangelizó y bautizó infatigablemente hasta la India y Japón, que San Dimas, arrepentido en el último minuto. Y todos tendrán su denario: la Comunión Eterna con Dios, pero de diversa forma. ¡Y esto llama a esforzarse!).

Pero, aunque el cristianismo reconoce el esfuerzo, no establece una relación proporcional esfuerzo-mérito. Y puede haber acciones muy meritorias que cuesten muy poco esfuerzo a quienes las hacen... Por ejemplo a una monja de la comunidad del Cotolengo en Madrid, que se dedica a cuidar a de pobres desahuciados con graves problemas mentales, les puede suponer poco esfuerzo lo que hace, porque está llena del Amor de Dios, y sin embargo ¡¡su mérito es inmenso!!!

(6) Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos. 

Que el Señor nos conceda cumplirlos y saber transmitirlos a los que no se han enterado de que Dios sueña con construir un Templo en su interior...

Porque sino lo cumplo no puedo tener grandeza ante Dios, ya que le estoy ofendiendo. Y si lo cumplo, pero me lo guardo para mí, ¿voy a ser recompensado por atesorar una riqueza que no es mía, y disfrutar yo sólo de ella?

Aunque eso no significa que sólo pueden hablar de Dios los que ya son santos,... ¡Porque Jesús cuenta con nosotros para llegar a esos lugares donde no le conocen! Y no nos predicamos a nosotros mismos (gracias a Dios) sino a Jesús, Dios hecho hombre, Verdadero Dios y Verdadero Hombre, que sólo por Amor vino al mundo para santificar nuestra naturaleza caída con su vida, con su Pasión y Resurrección,  y además enviará después Su Espíritu Santo...

(7) Porque os digo que si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. 

Jesús nos dice que si no somos mejores que los escribas y fariseos no entraremos en el Reino de los Cielos. Y eso no significa una condena en masa de estos dos colectivos, si no de su actitud de creerse con derechos ante Dios (de los fariseos) y además de lucrarse con la religión (de los escribas)...

Los fariseos no podían pedir perdón por sus pecados porque se creían perfectos. Y su soberbia les impedía acercarse a Dios. (Algo muy común en esta sociedad, llena de personas encantadas de haberse conocido, que se han hecho a sí mismas sólo con su esfuerzo, y que jamás se han equivocado. Yo no creo que eso sea no tener pecados, sino tener una soberbia y una vanidad tan grandes, que impiden que ver la realidad...).

Los escribas tenían un gran  conocimiento de la Ley pero no actuaban para Mayor Gloria de Dios, sino propia...

Y ambos no se caracterizaban precisamente por su Caridad con el prójimo.

Y Jesús, aquí dice que los letrados y los fariseos no entrarán en el Reino de los Cielos... ¡Y nos invita a ser mejores que ellos para poder entrar!

Pero, ¿podemos ser mejores que los letrados y fariseos? Recuerdo al que rezando decía que ayunaba dos veces por semana y llevaba una vida muy virtuosa... ¿podemos ser mejores que él? ¿Qué hacemos, ayunamos tres días? Se me ocurre una cosa mucho mejor aunque tampoco sea fácil: ¡No creernos con ningún tipo de derechos adquiridos con Dios! Saber que todo es Gracia y que Él no nos debe nada. Saber que cuando oramos, hacemos un sacrificio, o trabajamos en Su mies lo hacemos, sobre todo, para bien nuestro... ¡Porque los más beneficiados somos nosotros!

San José de Calasanz recomienda seguir el camino de la humildad: "Si quieres ser santo, sé humilde. Si quieres ser más santo, sé más humilde. Y si quieres ser muy santo, sé muy humilde." (No parece que tuviera muchas dudas sobre el camino a seguir... ¡Y llegó a santo!).

(8) Habéis oído que se dijo a los antiguos: “No matarás”, y el que mate será reo de juicio. Pero yo os digo: todo el que se deja llevar de la cólera contra su hermano será procesado. 

El pecado nace en el corazón, y desde allí nos va pudriendo. Por eso no sólo el que mate será procesado, también todo el que riña con su hermano y dejé nacer el odio en su interior... 

Jesús decía que no había venido para abolir la Ley ni los profetas; y aquí vemos un ejemplo práctico: el Señor recuerda uno de los principios del Decálogo: "No matarás", y el que mate será condenado. ¡Jesús lo asume, pero va más allá! Y afirma que no sólo el que mate,  también será procesado todo el que esté peleado con su hermano... (¡y para Dios todos somos hermanos!)...

Así que, no sólo no abole el precepto sino que lo lleva a su plenitud...

(9) Y si uno llama a su hermano “imbécil”, tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama “necio”, merece la condena de la “gehenna” del fuego. 

Llamar renegado o imbécil supone que estamos juzgando y condenando a esa persona, a ese hermano.  Y Jesús dice: "No juguéis y no seréis juzgados". Pero, además, en la mayoría de los casos estaremos mintiendo, porque no conocemos toda su verdad y su vida,  (sólo la conoce Dios, por eso el juicio debe ser sólo suyo)... ¿Cómo va a ser verdad que perdonamos a los que nos ofenden (como nos pide el Señor y decimos en el Padre Nuestro) Si condenamos?

Y es que hoy que los insultos y las críticas parecen habituales y divertidas, son la forma más absurda de comparecer a juicio, ante el Señor, que nos llama a tener Misericordia para hallar Misericordia,... 

(10) Por tanto, si cuando vas a presentar tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda. 

Es necesario reconciliarse con nuestro hermano antes de poner nuestra ofrenda en el altar (al menos tratar de hacerlo por todos los medios). ¿Por qué esa urgencia? Porque el rencor es una semilla que echa raíces en el corazón y éstas son tan duras que con poco que se dejen será casi imposible quitarlas (salvo para Dios). ¡Así que mejor no meterlas en tierra! Y si ya están hay que arrancarlas cuanto antes. Y cuanta más razón creamos tener más necesario será arrancarlas inmediatamente. ...

Una vez Sebastián Gayá, (sacerdote coiniciador de Cursillos de Cristiandad) En una reunión en medio de un desacuerdo pidió perdón a una persona y le dió la razón. Varios hermanos se extrañaron porque sabían que era Sebastián quien estaba en lo cierto y le preguntaron porque lo había hecho. Él respondió: "porque con la razón se ganan las guerras, pero no se construye la paz"...

Hay unos versos de Ruyard Kipling (este poema gustaba especialmente a San Juan Pablo II) que nos decían exactamente cual era la cantidad de odio adecuada para nuestra vida: ¡cero! Decían: "si no tienes más odio, / que el odio que te tengan."

Jesús, recomienda no hacer ofrendas a Dios mientras tengamos cuentas pendientes con alguien. Y si esto lo decía cuando se inmolaban animales como sacrificio a Dios, ¿Qué nos diría ahora que recibimos el Cuerpo del Señor en cada Eucaristía? ¿Cómo recibir a Dios tras rezar el "Padre Nuestro" cuando estamos mintiendo al decir: "perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden"?

El rencor es el veneno que uno se bebe por odio a otra persona; y el rencor va pudriendo poco a poco al que lo padece... ¡Qué Dios nos dé el don de poder perdonar siempre y nos libre del odio y del rencor!

(11) Con el que te pone pleito procura arreglarte enseguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último céntimo. 

Aquí el Señor parece conocer un refrán de abogados (que yo comparto): "Vale más un mal acuerdo que un buen pleito". E invita a reconciliarnos con todos los que tenemos pleitos pendientes. Invita a solucionar pronto las disputas y hacer justicia a quién nos la pide. Así evitaremos tener cuentas pendientes que nos exigirán tarde o temprano.

Reflexión: Este parte del Evangelio nos recuerda que tras esta vida transitoria hay para nosotros un Juicio, y que los requisitos no son fáciles.  Pero ante esta idea no debemos perder la PAX. Habrá un Juicio Sí, pero de Misericordia y por quien más me quiere...

Ni es verdad que no hay pecado, ni es verdad que nadie se salvará....

Pero, yo os recomiendo lo mismo que San Juan Bosco ("Don Bosco"), que decía: "Hijo mío tienes una sola alma, es preciso que la salves"...

(12) Habéis oído que se dijo: “No cometerás adulterio”. Pero yo os digo: todo el que mira a una mujer deseándola, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón. 


El Señor confirma que sigue vigente el mandamiento que prohíbe cometer adulterio, y lo amplia, contemplando no sólo la consumación del hecho, si no condenándolo desde la primera mirada de deseo...

Y es que en el corazón es donde nacen todas las maldades (dirá el Señor en otra parte del Evangelio), e incluirá entre ellas las fornicaciones y los adulterios. Por eso no se trata sólo de no realizar unos actos externos, sino también de purificar la mirada y el corazón,...


De hecho, la única forma de poder purificar el corazón me parece que es antes recuperar la castidad de la mirada...

Y aquí habla sólo de mirar a una mujer casada, puesto que habla de adulterio. Pero en esa otra cita que he mencionado en este mismo punto también contempla la fornicación, (y, por supuesto, ya no es necesario que la mujer esté casada)...


Y, evidentemente, el mismo pecado comete la mujer que mira a un hombre deseándolo, que ya cometió adulterio con él en su interior,...


San Juan Bosco, el entrañable "Don Bosco", tenía una frase que me hubiera encantado aprender de joven: "No le pidas a Dios una mujer, hasta que no le demuestres a Dios que eres un hombre". (Y seguro que si viviera en estos días añadiría al final: "...y viceversa"...


(13) Si tu ojo derecho te induce a pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en la “gehenna”. 

Esto no quiere decir que sacarse un ojo sea el primer paso en el combate espiritual por la castidad... ¡Sólo quiere enfatizar la gravedad del hecho que trata! Y que no es algo secundario... ¡sino que puede llevar al infierno! 

Y que, en caso de haber sido condenados y de habernos auto-excluido de la salvación por haber preferido la idolatría de la carne a Dios, más nos valdría habernos sacado el ojo que nos llevó a pecar.


De hecho, la voluntad dirige la mirada, y pedir la castidad de la mirada nos librará de seguir descendiendo peldaños de esa escalera que lleva al infierno. (Y estas palabras las dice Jesús, no nos olvidemos de eso...).


(14) Si tu mano derecha te induce a pecar, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir a parar entero a la “gehenna”. 

De la seducción de la vista, que hace nacer la apetencia, se pasa a consumar el hecho y a pecar contra la castidad. ¡Y el Señor reafirma la idea de la gravedad del tema que trata, insistiendo en que antes que ir al infierno por este hecho, sería incluso mejor cortarse la mano!

Pero, insisto, no es el primer paso a seguir, sino que sirve para enfatizar la importancia de la castidad y de la pureza para el Señor,...


Pero, ¿y si ya no soy puro? ¿Y si ya no recuerdo ni que era la castidad? Pues hay que hacer una terapia de choque en unos pasos:


1º Una vez que uno es consciente de que ha ofendido a Dios, y de que eso le duele,y siempre que esté bautizado, puede acudir a la Confesión, donde el Señor nos perdona los pecados y nos devuelve a la situación anterior a pecar... ¡y nos da la Gracia para no volver a caer en ellos!


2º. Y comenzamos a luchar contra nuestros pecados teniendo en cuenta: "Que contra el pecado se lucha sin perder la paz, pero sin hacer las paces". Y, que como decía San Bernardo: "Las batallas se libran mejor lejos del castillo", (que quiere decir, que cuanto más lejos estemos de las tentaciones, más fácil nos será no caer).


3º. Santo Tomás de Aquino: "De la reiteración de actos pecaminosos nacen los vicios. Y de la reiteración de actos buenos nacen las virtudes".


4º. Que el Amor de Dios es mucho mayor que nuestros pecados, y que como dice el Papa Francisco: "Dios nunca se cansa de perdonar, somos nosotros los que nos cansamos de pedirle perdón"


Al final es todo un problema de luchar con "determinada determinación" (que diría Santa Teresa de Jesús), y quien siga estas pautas y tenga claro que por muchas veces que caiga volverá a levantarse una vez más... ¡Ya ha vencido! ¡¡¡Seguro!!!


(15) Se dijo: “El que repudie a su mujer, que le dé acta de repudio”. 

Y aquí el Señor primero demuestra que conoce la Ley de Moisés y la cita para demostrar que el hombre podía dar acta de repudio a su mujer y divorciarse de ella. ¡Y es que ni Israel, ni ningún otro país en el mundo era monógamo! ¡Es el cristianismo el que introduce la monogamia! (En este precepto vemos que la Ley de Moisés está abierta a la poligamia, pero sucesiva, y no simultanea... ¡como las leyes actuales!).

(16) Pero yo os digo que si uno repudia a su mujer  (...) la induce a cometer adulterio, y el que se casa con la repudiada comete adulterio. 

¡Es en el Evangelio donde el propio Jesucristo introduce la monogamia! 

Alguno dirá que en Derecho Romano ya se reconocía el matrimonio como unión permanente y estable entre un hombre y una mujer. Pero en la Roma precristiana eso no les impedía divorciarse, ni otras varias formas reconocidas de "poligamia" funcional...


Y aquí el Señor equipara el divorcio al adulterio. Y parece señalar con mayor culpa al que responsable del divorcio... por inducir al adulterio...


Para los hebreos sólo el hombre podía divorciarse, la mujer no...


Y había dos escuelas rabínicas enfrentadas en los motivos para divorciarse: para uno era por causas gravísimas, para otro por cualquier cosa, incluso que un día estuviera mala la comida...


Y cuando los fariseos y los escribas van al Señor en otra parte del Evangelio, sólo quieren preguntarle cuál de los dos rabinos tiene razón. ¡Y Jesús dirá que ninguno! ¡Qué no es válido el divorcio! Y seguirá defendiendo esta postura en público y en privado (ante sus discípulos varias veces). Y en la respuesta de uno de sus discípulos vemos como la monogamia no era, ni mucho menos un valor asimilado por los hebreos, y dirá: "entonces no trae cuenta casarse"...


(17)—no hablo de unión ilegítima—

Aquí no dice que si la mujer comete impureza sí puede divorciarse... ¡NO! Porque eso contradeciría el resto del significado del mensaje.

Aquí el Maestro dice que la unión entre un hombre y la mujer, sin ser sancionada ante Dios, simplemente dejándose llevar por su impureza no tiene los efectos del matrimonio y no es una unión permanente. Y que esta unión ilegítima, ya sea temporal o prolongada en el tiempo, no tiene ante Dios los efectos del matrimonio,...


Comentario:  ¿Y entonces qué pasa con los divorciados vueltos a casar? ¿Están excomulgados? ¡NO! ¡Forman parte de la Iglesia! Y deben, como cualquier otro cristiano acudir todos los Domingos y Fiestas de guardar a Misa, y como cualquier otro cristiano son responsables de educar cristianamente a sus hijos. Pero no pueden recibir la Comunión mientras no solucionen su situación irregular,...


Y el Papa Francisco vuelve a incidir, una vez más, en que necesitan un acompañamiento especial y el cariño de la Iglesia, que rechaza el pecado y acoge al pecador (y yo le doy las gracias a Dios por ello, porque si no fuera así yo no podría estar en la Iglesia)


(18) También habéis oído que se dijo a los antiguos: “No jurarás en falso” y “Cumplirás tus juramentos al Señor”. Pero yo os digo que no juréis en absoluto: ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del Gran Rey. Ni jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o negro un solo cabello. Que vuestro hablar sea sí, sí, no, no. Lo que pasa de ahí viene del Maligno».


Y este precepto sobrepasa con mucho el "No tomarás el nombre de Dios en vano". ¡Va mucho más allá! Invita a no jurar jamás, y a que nuestra palabra sea suficiente en cualquier testimonio que demos... ¡porque mentir no es una opción cristiana!

+ ¡Mi oración hoy porque nos esforcemos por cumplir y amar la Ley! ¡Pero mucho más! ¡Porque nos esforcemos por Amar de Verdad a Jesucristo, profunda e intensamente, y entonces la Ley se cumplirá sola! Porque como decía San Juan de la Cruz: "En el atardecer de la vida seremos juzgados en el Amor", y si de verdad amamos a Dios, el Amor rebosará y llegará a todos los demás hermanos... ¡Qué así sea!

+ Porque el Señor nos haga mejores que letrados y fariseos y podamos entrar un día en el Reino de los Cielos, (¡y no lo hagamos solos sino con muchos hermanos a nuestro lado!

+ Y por todos los matrimonios: Por los que rompimos, para que Dios vuelva a juntarlos en el Amor primero, (sé que "esto para los hombres es imposible, pero no para Dios"). Por los que están en crisis y "no tienen vino" como en las bodas de Caná, para que el Señor pueda ponerse en medio y convertir el agua en vino. Por los que están a punto de formarse, para que el Señor les dé LUX para ver la voluntad de Dios, y fortaleza para cumplirla hasta el final, y sean los matrimonios santos que el mundo necesita ... 


Y, tras 77 días, seguimos con el Libro del Sirácida (o del Eclesiástico). Hoy 3, 31:

"Quien corresponde a los favores piensa en el futuro,
y al tiempo de su caída encontrará un apoyo."

¡Feliz y Santo día hermanos! ¡Besos y abrazos  DCOLORES!!!

Pd: Y no olvidéis nunca que cualquier semilla puede ser el origen de un bosque, (si Dios  así lo quiere)... ¡¡¡Esparcid Sus semillas!!! ¡No os las quedéis sólo para vosotros!




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