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martes, 26 de marzo de 2019

MARTES 26.3.2019 AD: "¿no debías tú también tener compasión...?" (Mt 18, 21-35):

EVANGELIO DEL MARTES 26.3.2019 AD:

M 26. "¿no debías tú también tener compasión...?" (Mt 18, 21-35):


¡¡¡Buenos días hermanos!!! Hoy se nos invita a encontrarnos con Dios en la lectura del Santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Mateo, (Mt 18, 21-35), que nos habla del perdón, que Dios espera que nosotros tengamos con los demás para que Él pueda perdonarnos... ¡Y es que cuántas veces dejamos que la semilla del odio crezca en nuestro interior sin darnos cuenta de que nos destruirá!

Cuando el alma está en lucha parece estar a merced de pasiones, odios y rencores... ¡Y eso sólo es señal de que necesitamos estar más dentro de Dios y dejar que Él nos sane y purifique!

Meditando esto tengo que dar la razón a San Rafael Arnaiz y hacer mías sus palabras: "Si tú que conoces a Dios eres como eres, ¿cómo quieres que sean los que no le conocen?" (¡Y hasta me sorprende que no esté todo mucho peor!).

Y es que, no conocer a Dios es sobre todo un drama. Y conocerlo y no frecuentarlo un auténtico disparate y un suicidio del alma...
Pidamos ayuda al Señor para poder perdonar siempre, y vayamos ya directamente al Evangelio de la mano del Señor: ¡¡¡Ven Espíritu Santo!!! ¡¡¡Ven Espíritu Creador!!!:

(1) "En aquel tiempo, acercándose Pedro a Jesús le preguntó: - «Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces le tengo que perdonar? ¿Hasta siete veces?» (2) Jesús le contesta: - «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. (3) Por esto, se parece el reino de los cielos a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus criados. Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así. El criado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo: -"Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré todo." Se compadeció el señor de aquel criado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda. (4) Pero, al salir, el criado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, agarrándolo, lo estrangulaba, diciendo: - "Págame lo que me debes." El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba, diciendo: -"Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré." Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía. Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido. (5) Entonces el señor lo llamó y le dijo: "¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo pediste. ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?" Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda. Lo mismo hará con vosotros mi Padre del cielo, si cada cual no perdona de corazón a su hermano.»"

(1) "En aquel tiempo, acercándose Pedro a Jesús le preguntó: - «Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces le tengo que perdonar? ¿Hasta siete veces?»"

San Pedro, como a todos nos cuesta perdonar. Por eso propone siete veces como un límite máximo aceptable para perdonar.

Y aunque el siete es el número que indica perfección para los hebreos, en mi opinión, para Pedro, perdonar más de siete veces era exagerar y ya podíamos estar muy satisfechos... (Pero así pensamos nosotros,... Pero, ¿Y Dios?).

(2) "Jesús le contesta: - «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete."

¡Pero Dios va mucho más allá! Y con el 70 veces 7, Jesucristo no se refiere que perdone 490 veces y a la 491 ya se le puede guardar rencor... ¡Quiere decir que hay que perdonar siempre! Y se lo explica con una parábola muy aclaratoria...

(3) "Por esto, se parece el reino de los cielos a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus criados. Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así. El criado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo: -"Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré todo." Se compadeció el señor de aquel criado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda."

El Rey de la parábola es el Señor, y ya nos dice el Credo que: "ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos". Así que conviene recordar que habrá que rendirle cuentas algún día...

Pero aquí el Maestro, no se refiere ni al Juicio Final, ni al Particular, sino a los muchos pecados que nos perdona en nuestra vida: ¡Esos son los 10.000 talentos!

Y el hombre deudor pide perdón y paciencia con su inmensa deuda (es imagen del pecador que EN VIDA y consciente de sus muchos pecados acude a la Misericordia de Dios para evitar la condena eterna)...

Y el Rey (que es Dios): "lo dejó marchar perdonándole la deuda"... ¡Atención! No le fracciona el pago, ni le alarga el plazo, ni le dice que le de algo a cambio: ¡le perdona la deuda! ¡Totalmente! Y aquí vemos que la Misericordia de Dios va mucho más allá de nuestras expectativas...

Y así Dios nos perdona de golpe cosas que ni nosotros mismos nos perdonamos... (Y si Dios me perdona yo no tengo derecho a no perdóname. Eso sería menospreciar la Misericordia de Dios; y soberbia, porque al final me siento mal por no haber sabido actuar y haber fallado, y no por haber ofendido a Dios).

Y pedir Su perdón en la Confesión y aceptarlo es la humildad que Dios quiere de nosotros...) Y, por supuesto, que yo lo comprenda no significa que lo consiga... ¡desgraciadamente!

Pero así dejamos este punto: que cuenta la historia de un pecador que pide perdón a Dios, y confiesa sus pecados y sale completamente perdonado...

(4) "Pero, al salir, el criado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, agarrándolo, lo estrangulaba, diciendo: - "Págame lo que me debes." El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba, diciendo: -"Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré." Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía. Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido."

El perdonado se encuentra con un compañero que le debe sólo 100 denarios. Y él se los exige sin Misericordia ninguna, le trata con violencia y le encarcela...

Y es que damos por hecho que nos merecemos el perdón de Dios, pero no tratamos con igual generosidad los defectos ajenos que los propios... ¡y les condenamos! (Y por esa condena seremos condenados).

Y actuamos como nuestro protagonista, cuando tras confesarnos salimos de la Iglesia y cerramos nuestro corazón a la Misericordia; y negamos a los demás la misma Misericordia que hacia poco tiempo suplicábamos a Dios... ¡Y así nuestro corazón se va endureciendo, y hace imposible incluso que podamos rezar el "Padre Nuestro". Porque si no perdonados como vamos a decir: "perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden"...

Pero ¿y si no puedo perdonar? ¿Y si tengo el corazón herido y no puedo pensar en una persona sin recordar todo el mal que me ha hecho o ha hecho a otros? Pues entonces hay que recordar frases de La Biblia como: "Misericordia quiero y no sacrificios", o "rasgad vuestros corazones y no vuestras vestiduras"... y tras ver el camino a seguir, y no teniendo fuerzas para hacerlo por nosotros mismos, sólo nos queda acudir a la oración y pedir a Dios las fuerzas para perdonar y Amar, y rezar por la conversión de los que tanto daño nos han hecho...

Recuerdo una vez que estaba en la capilla por la noche. acababa de morir un político español que en la Guerra Civil ordenó asesinar miles de personas (por "crímenes" tan graves como ser católicos, ser militares o Guardias Civiles, etc...). Y pensé que si no me hubiera cogido el evento después de mi Conversión habría festejado su muerte por todo lo alto... (¡Así de triste soy, pero justo eso pensé!). Y le di las gracias a Dios por no alegrarme por su muerte...

¡Pero eso no bastaba! Y sentí que Dios me pedía rezar por su alma. Y todo mi interior se rebeló y se alteró, y dije: "¡Señor, no me pidas eso!",... ¡Pero lo hice! Me puse de rodillas ante el Sagrario, abrí las palmas de las manos hacia el Cielo, y comencé a rezar por su alma, las mismas oraciones que rezaban los que él mandó matar: "Padre Nuestro, que estás en los Cielos,..." ... ¡Y seguí rezando! Y fue como si una lluvia de Gracia cayera del Cielo inundándome, comenzando en la cabeza, hasta cubrirme por entero. Y aquel día terminaron décadas de odio o desprecio por él... (que Dios le tenga en Su Gloria)... ¡Y esa noche el Señor me sanó, porque el rencor es el veneno que uno se bebe por odio a otra persona,...

(5) "Entonces el señor lo llamó y le dijo: "¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo pediste. ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?" Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda. Lo mismo hará con vosotros mi Padre del cielo, si cada cual no perdona de corazón a su hermano.»"

Y al enterarse el Rey se indigna de ese inmisericorde que no perdonó sólo 100, cuando él le perdonó 10.000. Y le reprocha su falta de compasión y le condenó hasta que pagara su deuda...

El problema es que esa deuda es impagable (y más estando en la cárcel)... ¡Así que parece un castigo perpetuo! (Al que el Rey no condena realmente, si no que juzga con la ley que él juzgó)...

Y para que no haya dudas sale de la parábola a la realidad y dice que Dios también juzgará sin compasión al que "no perdona de corazón a su hermano ".

Reflexión: Hay quien dice que "perdona pero no olvida". ¿Puede haber perdón de la deuda si sigo recordando que me debía 100 denarios? En principio Sí, si no albergo en su interior ningún sentimiento negativo al recordarlo...

Pero la frase mencionada encierra más de lo que dice en principio, y la gente termina  queriendo decir: "le perdono porque tengo que perdonarle, pero le tengo un asco que no se me quitará y si le pasa una desgracia me alegraré"... ¿Es eso perdonar de corazón al hermano? El perdón de verdad es el que olvida (o al menos el que se esfuerza en olvidar)...

Que bonito sería poder hoy, de una vez para siempre: ¡Perdonar! ¡Olvidar! ¡Amar! A todas los que tenemos rencor o resquemores,... ¡a todos los que nos han hecho daño! ¡O peor aún! ¡También a todos los que han hecho daño a las personas que queremos! ¡Y cuando no podamos humanamente buscar la fuerza en Dios, que jamás nos pide cosas imposibles y que nos capacitará para hacerlo!

+ Y esta es la oración que os invito a hacer hoy: ¡Qué el Señor nos ayude a perdonar para que podamos ser perdonados por Él! Y para que nos perdonen todas las personas a las que hemos hecho daño... ¡Qué generalmente son las que más nos han querido!

+Y también para que el Señor les conceda el don de la conversión y de la perseverancia final a todas los que habéis leído alguna vez o compartís esta reflexión... ¡Muchas gracias por vuestro cariño e interés y qué Dios os bendiga a vosotros y a vuestras familias! ¡Vosotros hacéis posible que este humilde comentario del Evangelio se extienda! (Y esta es mi forma de daros las gracias por las casi 129.000 visitas a las que estamos a punto de llegar).

+Pero sobre todo muchas gracias a Dios, porque si el Señor no construye la casa en vano se afanan los albañiles,... ¡A Él todo Honor y toda Gloria, por los siglos de los siglos, y aún después de todo tiempo! ¡Amén!

Sigue tras 86 días el Libro de la Sabiduría, que nos exhorta a buscarla... (Hoy 6, 10):

"Porque los que guardan santamente las leyes santas serán santificados;
y quienes en ellas fueren instruidos encontrarán una defensa.": 

¡Feliz y Santo día hermanos! ¡Besos y abrazos  DCOLORES!!!

Pd: Y no olvidéis nunca que cualquier semilla puede ser el origen de un bosque, (si Dios  así lo quiere)... ¡¡¡Esparcid Sus semillas!!! ¡No os las quedéis sólo para vosotros!



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