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lunes, 1 de abril de 2019

LUNES 1.4.2019 AD: "¡¡¡Creyó en la Palabra de Jesús y se puso en camino!!!" (Jn 4, 43-54).

EVANGELIO DEL LUNES 1.4.2019 AD:

L 1: "¡¡¡Creyó en la Palabra de Jesús y se puso en camino!!!" (Jn 4, 43-54). 

¡¡¡Buenos días hermanos!!! Hoy, día 27 de Cuaresma, se nos invita a encontrarnos con Dios en la lectura del santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Juan(Jn 4, 43-54), que nos muestra como el Señor sana una enfermedad, pero esto no es lo más importante, sino que así se manifestó la Gloria de Dios y toda una familia creyó en el Señor y así se salvaron sus almas... ¡Eso fue lo importante de verdad!

Y, si esto fue posible es porque tuvieron Fe, Humildad y perseveraron en la oración. Porque la enfermedad no aleja ni acerca a Dios en sí misma, sino la actitud con la que la afrontamos. Desde luego es el momento en que se nos muestra más claramente nuestra debilidad y la caducidad de esta vida (que tendemos a valorarla como un absoluto, a pesar de que la experiencia nos muestra, una y otra vez, que es limitada y temporal)...

En el Evangelio de hoy la enfermedad les lleva a confiar en Dios y a acudir con Fe a Él, y a perseverar en las pruebas, y finalmente a ponerse en camino y a la sanación: ¡pero no sólo del cuerpo! (que ese ya lo tenemos perdido hasta que sea glorificado en la Resurrección de los muertos) ¡sino también del alma!

Y buscando la salvación de nuestra alma y la de nuestros familiares y seres queridos, vamos hoy al Evangelio de la mano de Señor, pidiéndolo que nos muestre como hacerlo vida en nosotros, y con la certeza de que Él mismo lo irá haciendo así y e irá actuando en nuestro interior. Con tal de que hagamos lo que este padre en el Evangelio de hoy, que es una línea que me ha gustado tanto que la he escogido como título de la reflexión de hoy... ¡Ojalá que nosotros hiciéramos lo mismo! ¡¡¡Qué creyéramos en la Palabra de Jesús y nos pusiéramos en camino!!!

Pero vamos de nuevo al encuentro diario con la Palabra, "en la hora de la brisa", de la mano del Señor: ¡¡¡Ven Espíritu Santo!!! ¡¡¡Ven Espíritu Creador!!!

(1) "EN aquel tiempo, salió Jesús de Samaría para Galilea. Jesús mismo había atestiguado: «Un profeta no es estimado en su propia patria». (2) Cuando llegó a Galilea, los galileos lo recibieron bien, porque habían visto todo lo que había hecho en Jerusalén durante la fiesta, pues también ellos habían ido a la fiesta. (3) Fue Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. (4) Había un funcionario real que tenía un hijo enfermo en Cafarnaún. Oyendo que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a verlo, y le pedía que bajase a curar a su hijo que estaba muriéndose. (5) Jesús le dijo: «Si no veis signos y prodigios, no creéis». (6) El funcionario insiste: «Señor, baja antes de que se muera mi niño». (7) Jesús le contesta: «Anda, tu hijo vive». (8) El hombre creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino. (9) Iba ya bajando, cuando sus criados vinieron a su encuentro diciéndole que su hijo vivía. Él les preguntó a qué hora había empezado la mejoría. Y le contestaron: «Ayer a la hora séptima lo dejó la fiebre». El padre cayó en la cuenta de que esa era la hora en que Jesús le había dicho: «Tu hijo vive». Y creyó él con toda su familia. Este segundo signo lo hizo Jesús al llegar de Judea a Galilea."

(1) "EN aquel tiempo, salió Jesús de Samaría para Galilea. Jesús mismo había atestiguado: «Un profeta no es estimado en su propia patria»."

Jesús, que es galileo, vuelve a Su patria. A pesar de lo mal que fue recibido allí insistirá, aunque aún resuenan en la memoria de los Apóstoles las palabras de Jesucristo diciendo que ningún profeta es bien recibido en Su Patria... ¡Pero el Maestro no abandona a los suyos y vuelve a su tierra, a pesar de que quisieron matarlo! (¡Eso sí que es perdonar setenta veces siete!).

Pero ¿y nosotros? Sí, nosotros. Que por nuestro Bautismo hemos sido constituidos a los ojos de Dios sacerdotes, profetas y reyes,... ¿Somos bien recibidos en nuestra tierra?

(Si lo somos debemos dar las gracias a Dios por el ambiente tan santo en el que nos ha injertado, o debemos preguntarnos si somos verdaderos profetas o somos "cristianos del servicio secreto"; si damos nuestra Alegría y nuestro consuelo o damos la Alegría del Evangelio,... (el primero no es malo, pero es limitado y temporal, y no salvará ningún alma. El segundo es el único que tiene Palabras de Vida Eterna y puede salvar una vida. Y es que a veces hacer un pequeño bien nos puede estar alejando de hacer lo mejor).

Por supuesto, esta reflexión es primero para mi... ¿Cuánto me queda por mejorar? ¿Cuántas personas no han llegado aún a Dios por mis respetos humanos? ¿Cuántas veces me predico a mí y no a Jesucristo? ¿Cuántas veces son mis pecados e imperfecciones las que alejaron y alejan a la gente de Dios? (Estemos como estemos y veamos lo que veamos, lo único importante es seguir aprovechando esta Cuaresma, y toda nuestra vida cristiana, para seguir creciendo, purificándonos e intentar llegar al encuentro con Dios los más limpios posibles y con muchos actos de misericordia a nuestras espaldas).

Hoy quiero dar las gracias a Dios porque nos acercamos a las 123.400 visitas, la mayor parte en Estados Unidos y en España, pero gracias a Dios veo entradas por muchos países de Europa y América latina, y algunas, aunque menos por el resto del mundo,... ¡Incluso lo leen hermanos en los Emiratos Árabes, a los que os mando un abrazo fuerte en el Señor!

 Pero ese no es el número que busco al escribir este blog cada día. Yo busco un número más pequeño que poder presentar al Señor, quizás sólo un 1 o un 2... ¡Y ese sí que será el más importante! Es un número que entenderemos leyendo la Carta del Apóstol  Santiago5, 19-20"Si alguno de vosotros, hermanos míos, se desvía de la verdad y otro le convierte, sepa que el que convierte a un pecador de su camino desviado, salvará su alma de la muerte y cubrirá multitud de pecados"...

Qué el Señor, que es el que pone la semilla y hace crecer los frutos bendiga este blog y a todos sus lectores, y a esta humilde reflexión del Evangelio, y también a todos los que la comparten y la difunden, para que el Evangelio nos ayude a muchos a salvar nuestras almas de la muerte y a cubrir multitud de pecados... ¡¡¡Amén!!! (Así son siempre las cosas del Señor, que el que parece que ayuda es siempre el más ayudado. Y, por supuesto, lo verdaderamente importante es el Evangelio y no la reflexión).

(2) "Cuando llegó a Galilea, los galileos lo recibieron bien, porque habían visto todo lo que había hecho en Jerusalén durante la fiesta, pues también ellos habían ido a la fiesta."

Pero esta vez los galileos Sí creían en Jesucristo. Pero no porque tuvieran Fe, sino porque habían visto los milagros que el Señor hizo en Jerusalén durante la fiesta. (Imagino que se refiere a la Pascua, que era la mayor de las fiestas y una de las tres celebraciones anuales por las que cada judío debía subir al Templo de Jerusalén)...

Así que ¡no han tenido otro remedio que creer en Él! ¡Porque han sido testigos de sus milagros! Y sus dudas se esfumaron,... (cosa que también tiene mérito, porque los fariseos vieron los mismos milagros y pensaron que sus obras venían del demonio...).

Y es que al Jesús de los milagros y de los signos poderosos es fácil acogerle. Pero al carpintero amigo de pescadores, publicanos y pecadores, ya no lo es tanto. Y al Hombre que muere en la cruz, es aún muchísimo más difícil acogerlo... ¡Pues mucho cuidado que no nos pase eso a nosotros! ¡Porque nunca sabemos de que forma se nos presentará el Señor para que lo recibamos! (Ya sea como un mendigo, como otro hermano, o incluso en nuestra propia vida en forma de Cruz,...)

(3) "Fue Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino."

Y vuelve al lugar de su primer milagro: cuando convirtió el agua en vino en las bodas de Caná; cuando Santa María le avisó: "No tienen vino", y aunque Jesús repuso que su hora aún no había llegado, La Madre insiste convencida de que ya era el momento y dijo a los criados: "haced lo que Él os diga"... y Jesucristo transformó el agua en vino, y lo hizo con generosidad, y no sólo para salir del paso, sino que sobró vino en abundancia y de una calidad insuperable...

El vino es símbolo de la alegría, y ya el día de la boda les iba a faltar la alegría. Y Jesucristo, señala la importancia del matrimonio haciendo Su primer milagro en una boda y santifica así esa institución de Derecho Natural basada en la unión permanente y estable entre un hombre y una mujer... (Jesucristo dirá que no es estable, sino definitiva hasta la muerte de uno de los cónyuges)

Y aquí la Virgen María nos habla a todos y nos llama a la misión y nos recuerda que los que viven sin Dios: "no tienen vino" y nos dice cual es la forma de vivir la misión: "haced lo que Él os diga"... ¡Y es que la verdadera devoción a Santa María, necesariamente conduce SIEMPRE a Jesucristo!

¿Qué pensaría el Señor paseando por esas calles? ¿Cómo recordaría el milagro? Seguro que pensaba ya en otro matrimonio de mayores dimensiones del que Él es el protagonista: ¡¡¡Del matrimonio de Dios con Su Iglesia!!! Qué el Señor nos ayude a perseverar en este Santo Matrimonio, y a ser fieles cada uno en la vocación a la que Él nos llama y a cumplir nuestros deberes de estado hasta el final. (Esto será más fácil cuanto más unidos al Señor estemos)... 

(4) "Había un funcionario real que tenía un hijo enfermo en Cafarnaún. Oyendo que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a verlo, y le pedía que bajase a curar a su hijo que estaba muriéndose."

 El funcionario real allí desaparece y sólo se presenta al Señor un padre de familia  desesperado ante la enfermedad de su hijo. Y ve a Jesucristo como su única salvación. (Aunque es menos humilde y tiene menos Fe que el centurión y sí le pide que vaya a su casa, porque necesita ver que de verdad lo hace...).

(5) Jesús le dijo: «Si no veis signos y prodigios, no creéis». 

Jesucristo no se niega aunque prueba su fe y se hace de rogar. Y le hace un reproche que va en realidad para toda Galilea: ¡Qué sólo creyeron cuando le vieron hacer milagros en Jerusalén! Y, sin embargo, cuando le tuvieron junto a ellos no tuvieron Fe en Él.

¡Qué fuertes son los prejuicios que nos nublan la vista y no nos dejan ver a Dios, cuando lo tenemos delante! (Y lo mismo pasa con nuestros pecados, con nuestros ídolos, con nuestros egoísmos, autosuficiencias... ¡Qué nos pueden estar separando continuamente de Dios, aunque Él esté frente a nosotros cada día!

(6) El funcionario insiste: «Señor, baja antes de que se muera mi niño». 

El funcionario se inquieta pero no se desespera, ni se da por vencido, e insiste. No se excusa (y al no excusarse reconoce su culpabilidad y sabe que sólo creyó por los milagros del Maestro), y con humildad le pide, una vez más, que le salve porque está muy grave y puede morir...

Esta es la oración que persevera ante la ausencia de frutos. Es la oración de Santa Mónica, capaz de perseverar hasta que San Agustín tuvo 33 años, y que entre lágrimas fue capaz de seguir teniendo Fe y confiando en Dios, y que transformó un pecador desgraciado en un Santo de Dios...

Y el inmenso problema de nuestra sociedad no es que haya muchos pecadores, que siempre los ha habido y siempre los habrá, sino que los padres de hoy prefieren aceptar los pecados de sus hijos que rezar con Fe a Dios pidiéndole su conversión,... ¡y eso es lo que está llevando a toda la sociedad y muchísimas almas al borde del abismo!

(7) "Jesús le contesta: «Anda, tu hijo vive»."

Jesucristo le concede la salvación de su hijo y así perdona en él a toda Galilea. El perdona de la mejor manera, educando antes para que puedan aprender y se arrepientan de haber rechazado al Hijo de Dios, a Dios Encarnado...

Y le comunica que su hijo ya está curado,... ¡Pero son sólo palabras! ¿creerá en ellas este pobre padre?

Y es que es necesario tener Fe para poder dar el primer paso. Y este Evangelio lo muestra y el funcionario debe volver a su casa con Fe, sin poder saber si será o no curado,... ¡Y así es siempre la Vida de Fe! Es necesario dar el primer paso, y responder a la llamada que Dios nos hace, para poder llegar a Él... 

(Por eso lo mejor es comenzar a andar hacia Dios... Y el ateo puede comenzar haciendo una oración condicionada: "Dios mío, si existes que yo también te vea"... Y el que se ve puesto a prueba, por ejemplo, porque ve que sus hijos se están perdiendo: "Sé Señor que Tu Amor es mayor que nuestros pecado, y por eso te entrego a mis hijos, para que  hagas en ellos lo que yo no he sido capaz de hacer, y para que con un milagro los devuelvas al estado de Gracia que sueñas para nosotros"... ¡Y podremos incluso morir sin ver ningún fruto en los demás, pero si perseveramos hasta el final, Dios es fiel y sabrá como hacer posible todo lo que nosotros vemos como imposible! ¡¡¡Ojalá que este siglo XXI pueda ver un ejército de "Santa Mónicas"!!! ¡¡¡De padres y madres capaces de cambiar el mundo con su oración y su Fe!!! ¡¡¡Amén!!!).Y recordemos que San José, murió sin ver la vida pública de Jesús... ¡Qué él, que es un gran ejemplo de confianza en Dios, nos ayude a tener Fe hasta el final y nos asista en la hora de nuestra muerte! ¡¡¡Amén!!!

(8) El hombre creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino. 

Y vemos como ha ido creciendo su Fe. Primero fue lo suficientemente fuerte para creer en Jesucristo e ir a pedírselo (Es la Fe del que comienza a hacer una oración y que ya tiene suficiente Fe para dirigirse a Él)... ¡Pero su Fe va creciendo según habla con el Señor! ¡Y llega a ser tan grande que cuando Jesús le dice que su hijo ya está curado, lo cree firmemente y se pone en camino! ¡¡¡Su Fe ha crecido en el trato con el Señor!!!

Y quizá podamos extraer de aquí una enseñanza: ¡Nuestra Fe irá creciendo según vayamos tratando más con el Señor! Cuanta más oración, Sacramentos, limosna y ayuno,... ¡mayor será nuestra Fe! (Y si no la regamos se irá secando y enfermará o morirá... ¡Dios no lo permita! Y ya que sabemos como podemos hacerla crecer,... ¡hagámoslo!).

(9) Iba ya bajando, cuando sus criados vinieron a su encuentro diciéndole que su hijo vivía. Él les preguntó a qué hora había empezado la mejoría. Y le contestaron: «Ayer a la hora séptima lo dejó la fiebre». El padre cayó en la cuenta de que esa era la hora en que Jesús le había dicho: «Tu hijo vive». Y creyó él con toda su familia. Este segundo signo lo hizo Jesús al llegar de Judea a Galilea.

Sus criados le informan que su hijo ha sanado. Y él entonces, una vez conseguido lo que quería, tiene una cierta duda (o al menos quiere asegurarse): "¿Fue  Jesús  quien lo ha curado?"... (Eso pasa muchas veces, que la gente reza pidiendo un milagro, y cuando se concede piensa: "Bueno se ha curado, pero seguro que un milagro no ha sido")... 

Pero cuando pregunta la hora de la curación sus dudas se disipan. Y entonces la mayor curación viene a él y a toda su familia, y al creer en Jesucristo sus nombres pasan a estar escritos en El Libro de la Vida... Y es que las curaciones físicas son sólo signos de otras más importantes y profundas: ¡las del alma!

¡Cuánto tiempo dedicamos a nuestros cuerpos mortales que se pudrirán antes de la resurrección de la carne! ¡Cómo si fuesen a valer las dietas y las horas de gimnasio para la vida eterna! ¡Y que poco tiempo invertimos en nuestra alma inmortal, en tenerla limpia y hacerla crecer en Gracia y en conocimiento de Dios! ¿No sería bueno dedicarnos a cuidar nuestra alma al menos el mismo tiempo que dediquemos a cuidar a nuestro cuerpo?

+ Mi oración hoy porque deseemos hoy vehementemente que nuestros nombres y los de todos nuestros seres queridos estén de verdad escritos en El Libro de la Vida y actuemos en consecuencia hasta el final de nuestra vida para que así sea. Y porque escuchemos con Amor las enseñanzas de Santa María para poder ayudar a otros hermanos: "No tienen vino"; "Haced lo que Él os diga"...

Sigue tras 91 días el Libro de la Sabiduría, que nos exhorta a buscar la sabiduría de Dios... (Hoy 6, 18-19):

"Desear ser instruido es amarla;
amarla es guardar sus leyes;
guardar sus leyes es asegurarse la incorrupción,
y la incorrupción nos acerca a Dios.": 

¡Feliz y Santo día hermanos! ¡Besos y abrazos  DCOLORES!!!

Pd: Y no olvidéis nunca que cualquier semilla puede ser el origen de un bosque, (si Dios  así lo quiere)... ¡¡¡Esparcid Sus semillas!!! ¡No os las quedéis sólo para vosotros!


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